Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Resulta que el Gobierno ha puesto en las cárceles por aquello de la igualdad de género a presas vigiladas por funcionarios, a presos vigilados por funcionarias, y se escandaliza cuando saltan chispas de feronomas entre ellos, y que funcionarias o presas sean acosadas por la vehemencia sexual de los hombres, o al revés, quién sabe.

Zapatero, entre usted y sus ministras-ministros han decidido que todos somos iguales porque no tenemos sexo, sino género neutro, han inventado el Adán con iguales hormonas que Eva, y les desconcierta que surjan en las cárceles las orgías de guardias varones y presas, como se denuncia en Alcalá-Meco, cerca de Madrid, lo que posiblemente ocurre también en otras partes de España.

Señor Zapatero, que no se crea usted que todas las mujeres son asexuadas ni todos los hombres eunucos.

Usted ha querido reinventar el ser humano y ha puesto en las cárceles a hombres vigilando mujeres y viceversa, algo que no se hace en ninguna parte del mundo, porque allí hay gentes de todas las edades, pero la mayoría son jóvenes con sexualidad levantisca.

La homosexualidad y bisexualidad crecen en esos medios, donde no desaparece la líbido. Y si se establece en esos recintos la igualdad de sexos zapateril entre el funcionariado, esa líbido se multiplica por muchos puntos.

Como consecuencia, las funcionarias sufren la tremenda agresividad de los reclusos varones, y las presas las asechanzas de los funcionarios poco virtuosos: los lugares cerrados, los ambientes opresivos, incrementan el sensualismo.

Y no se trata aquí de proponer la separación sexual islámica, que acepta en su Alianza de Civilizaciones, esa sí, sino de aplicar solamente el sentido común. Por algún motivo que usted debería conocer en ningún lugar, ni en el más liberal, a las presuntas delincuentes no las cachean hombres, sino otras mujeres.

Pero, no. Usted inventa e inventa. Usted y sus creadoras de palabras y actitudes seudoigualitarias quieren sexo infuso y difuso. Hasta van a poner una policía de igualdad de género en el trabajo: si es mixta, y dada la obsesión sexual a la que deberán dedicarse, porque su género es neutro pero el sexo de los demás no, terminarán en camas redondas.

Tenga sentido, hombre, tenga sentido: no todo el mundo es eunuco, asexuado ni místico ni tiene una despreciable formación moral antigua como usted se cree que son todos los humanos.

Lo que ha ocurrido es lo lógico entre gente encerrada, joven y fogosa, sin grandes condicionantes morales o éticos, asi que no se encandalicen ni usted ni los suyos, defensores de esas liberalidades en toda circunstancia, lugar y edad.

¿Pero qué se esperaban ustedes si son los primeros propagandistas de esas buenas costumbres?

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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