Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Franquistas

Francisco Franco murió hace 35 años, pero aparece más en los medios informativos ahora que en los últimos años de su vida. Y no por la propaganda de sus admiradores, sino por la de los antifranquistas.

El climax se produce estos días con motivo de los tres juicios a los que debe someterse en el Tribunal Supremo Baltasar Garzón, juez que presuntamente se excedió ejerciendo su poder.

Un exfiscal que le juró leantad a Franco y le sirvió durante trece años, Jiménez-Villarejo, acusó de franquistas en un acto multitudinario a los miembros del Supremo por cumplir con su deber juzgando a Garzón, cuando gran número de los magistrados proviene de “Jueces para la Democracia”, una asociación izquierdista.

Como diría Oriana Fallaci, hay dos clases de franquistas, los franquistas, y los antifranquistas, que padecen tal obsesión con un muerto que muchos jóvenes que lo ignoraban terminarán echándolo de menos, como el mutilado que sufre el síndrome del miembro fantasma.

Ahora se califica automáticamente como franquista a todo lo que no se ajusta al pensamiento progresí, que empieza en Rodríguez Zapatero y se extiende hasta la extrema izquierda estalinista.

Contaba hace poco Arturo Pérez Reverte el caso de un nuevo instituto al que padres y profesores iban a ponerle nombre, y que rechazaron el de Miguel de Cervantes porque el franquismo bautizaba así muchos centros: hasta Cervantes resulta ser franquista ahora.

Tras la muerte del dictador nacieron una Constitución y un Estado democráticos, con leyes y jueces como en las demás democracias.

Pero sigue la obsesión franquista en gentes que insisten tanto en recordar al General que parecen necesitar que los pise nuevamente una bota de montar.

Por eso resultan doblemente franquistas: por la propaganda que hacen de la dictadura, y por echarla de menos.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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