Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Jueces-Ganado

Felipe González goza aún del respeto de muchos españoles que nunca lo votaron, pero lo pierde al usar un desenfado despectivo para llamarle “ganao” o ganado a la cúpula judicial que, dice, “está hecha unos zorros”.

Que el expresidente del Gobierno español con catorce años de mandato ataque así a los administradores de la justicia es mucho más grave que el gesto de su sucesor, José María Aznar, mostrándole erguido el dedo corazón derecho, llamado también cordial, a quienes lo calificaban de genocida.

La frase de González contra un poder fundamental en la democracia tuvo poco eco y el dedo de Aznar, sin embargo, escandalizó a gentes azuzadas por el implacable odio que le profesan muchos medios informativos.

El enfado del PSOE obedece a que la cúpula judicial parece querer librarse de la tutela gubernamental socialista, que comenzó cuando Felipe González hizo entrar en vigor el 1 de julio de 1985 la Ley Orgánica del Poder Judicial que le permitía controlar el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) a través de la asociación afín Jueces para la Democracia (JPD).

Mientras los jueces del franquismo fueron desapareciendo, y a pesar de que las asociaciones conservadoras, centristas y los independientes eran cuatro veces más, JPD dominaba la carrera.

Pero una cosa es elaborar leyes buenistas en el Parlamento y otra ordenar aplicarlas, y enfrentado a la dura realidad, el Poder Judicial comenzó a rechazar la blandenguería que debería mantenerse bajo control progresí.

Ahora, lo que parece que desconcierta e indigna al PSOE es que los exprogresís del Poder Judicial no toleran ya los excesos posiblemente delictivos de progresís como Garzón, que mezclan política, voluntad omnímoda de encarcelar y exhibicionismo.

Claro que también hay una última interpretación: que más que una lucha por la independencia judicial, toda esta guerra dentro del CGPJ es un enfrentamiento entre camarillas en las que ya no se sabe quién es progresista, quién progresí, conservador, ultra o espectador pasivo del espectáculo. Entonces González tendría razón, pero no debería haberse expresado así.

Lo que sí es seguro es que un juez anónimo que hubiera cometido los mismos errores y abusos que Garzón, al margen de sus heroicidades –que son su obligación, como la de los demás jueces–, ya estaría inhabilitado desde hace bastantes años.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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