Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Ominpotente Garzón

La campaña del principal periódico español a favor de Baltasar Garzón para evitar que lo juzguen por dos presuntos delitos es ya colérica contra quienes ven motivos para encausar al juez, incluso desde el sector llamado progresista de la magistratura.

La primera denuncia, por prevaricación, fue presentada por un grupo fascista, y la aceptó el Tribunal Supremo, supuestamente porque no le quedaba otro remedio.

La instruye un magistrado fundador de la izquierdista Jueces para la Democracia (JPD), y obedece a que Garzón quiso anular la Ley de Amnistía, que concilió a los españoles tras el franquismo, ordenando investigar a asesinos franquistas, pero no a los republicanos, como Santiago Carrillo.

Algo así hizo cuando acosó a Pinochet, pero rechazó encausar a un dictador más sanguinario, perpetuo y empobrecedor, Fidel Castro.

El segundo posible delito es menos ideológico, cohecho: habiendo recibido ayudas pecuniarias del Banco Santander, rechazó emprender después una investigación sobre esa entidad.

La campaña de “El País” para apoyar a Garzón busca adhesiones a su favor apelando al recuerdo de los crímenes franquistas y a su actuación en el caso Pinochet.

A la vez, ataca a los compañeros ideológicos del juez en el Poder Judicial que aceptan que lo encausen, como Margarita Robles, una magistrada que, como él, fue alto funcionario socialista del último gobierno de Felipe González.

En su ofensiva, el periódico denunció que Robles se pavoneaba de haber colocado muchos más altos cargos en la carrera judicial, miembros de JPD, que los que le correspondían por ser minoritaria.

Así se da la paradoja de que quien evidencia esa injusticia no es la derecha, sino el diario que defendía que JPD tuviera más poder que la mayoritaria y conservadora Asociación Profesional de la Magistratura.

Queda, pues, una pregunta sobre qué sabe Garzón sobre el periódico o sus amigos, y que podría revelar si lo abandonan: en una ocasión así, gran montero amante de la caza mayor, se revolvió resucitando el caso GAL.

Ahora tiene el Faisán, de supuesto apoyo gubernamental a ETA, y quién sabe cuántos secretos más observa, personales, empresariales o políticos –de la oposición como del Gobierno–, con el teleobjetivo de su rifle tumbaelefantes.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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