Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Vampirismo solidario

Hay políticos que desean que se produzca un gran desastre en cualquier país pobre y lejano para vestirse con ropa de campaña, subirse con casco de obra a los escombros y mostrar ante las televisiones su abnegada entrega a las víctimas.

Haití es el motivo ideal para la exhibición de los políticos del primer mundo que necesitan recuperar popularidad, como empezamos a comprobar estos días.

Este método de vampirismo, de ir a recibir la gloria molestando a quienes trabajan ayudando a los damnificados, muestra inevitablemente al político besando tiernamente a niños con mocos y haciendo notorios gestos que transmitirán fervorosas las televisiones nacionales o regionales asegurando que son de dolor, cuando realmente muestran asco.

El político viaja en un avión, casi siempre especial, rodeado de periodistas con gastos pagados por el Gobierno para que lo alaben, y de extrañas oenegés progubernamentales que sólo son un negocio paran alimentar a su propia burocracia.

Este séquito es un gran plató televisivo con decenas de componentes que cada uno de ellos consume más bienes y servicios que diez damnificados.

Mientras, trabajan incansablemente, y a veces en total anonimato, millares de civiles y militares que llegaron desde cualquier parte del mundo, incluyendo el pequeño Israel, que instaló un hospital de campaña.

Si algún compatriota del político falleció en el terremoto, se le verá recoger el cuerpo con solemnidad mientras promete seguir “coordinando” los trabajos.

Los políticos siempre “coordinan” labores sobre las que no tienen la menor idea.

Pero ahí están, subidos a las ruinas, como héroes solidarios que entregan su vida a un pueblo desgraciado.

Lo anterior se refiere obviamente a los políticos no españoles, porque la vicepresidenta Fernández de la Vega, ella si ha ido de coordinadora a Haití como experta en desastres.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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