Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Ruina chavista

Con la devaluación «bolivariana» del bolívar a la mitad de su cotización, lo que duplicará los precios de todos los bienes, incluyendo los de primera necesidad que no se producen ya por la corrupción y las incautaciones chapistas, Venezuela va irremisiblemente a la ruina y a la miseria cubanas.

Aparte de agravar la pérdida de capacidad productiva de, por ejemplo, alimentos o petróleo, el Comandante revolucionario, como se autoproclama Chávez imitando a Fidel, ha ido disimulando la creciente pobreza facilitando servicios demagógicos no a los trabajadores, sino a las gentes menos esforzadas, los que esquilman la olla de quienes producen.

Un camino hacia el desastre con el aplauso de izquierdistas, supuestos progresistas, y de los antisistema de todo el mundo, convertidos en ardorosos suicidas revolucionarios.

Sus portavoces en el gochismo, modelo Ramonet, Raúl Bracho u Oliver Satone –que ahora ve a Hitler como una víctima de su época–, aplauden como triunfo revolucionario este fracaso, que para Chávez y sus camaradas es un “golpe duro a la sociedad de consumo, que venía sobreviviendo en nuestra marcha al socialismo y torpedeando la creación de la conciencia de la mujer y el hombre nuevo necesarios”.

“Por supuesto que tendrá efectos en nuestro poder adquisitivo: el lujo, el acceso a toda la basura imperial será restringido (…) Las importaciones, esa forma de coloniaje y de dependencia a los mercados extranjeros han recibido un batazo en la barriga”, escribe Bracho. Debe referirse a la ausencia intestinal de arroz y frijoles.

Cuando un país entra en la espiral del suicidio, con locas grandezas, corrupción, egolatría del líder y producción decreciente de todos los bienes, se llega aceleradamente a la miseria.

Y Venezuela repite la Cuba de los años 1960: verborrea revolucionaria, desidia, pobreza buscada y persecución “popular” de los disidentes.

Corruptos y delincuentes se adueñan del país, los trabajadores se exilian, eclosionan las jineteras y pronto habrá hambre generalizada donde hasta las piedras producían riqueza.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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