Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Ágora, futurismo según Amenábar

Ágora, la recién estrenada película del oscarizado Alejandro Amenábar, es un arreglo de cuentas de la intelectualidad española autoproclamada progresista con la historia del cristianismo, presentada como vivero de fanáticos sanguinarios y machistas.

La superproducción transcurre en la transición de los siglos IV y V d.C., y se centra en la matemática y filósofa neoplatónica Hypatia, cuya muerte se atribuye a la intransigencia cristiana, a la que se acusa también de haber desmantelado la Biblioteca de Alejandría, creada por Ptolomeo siete siglos antes en la ciudad egipcia fundada por Alejandro el Magno.

Hypatia murió así, víctima de una venganza de cristianos fanatizados contra la que luchaban otros cristianos, pero la destrucción de aquella legendaria Biblioteca se debió, primero, a Julio Cesar, luego a desastres naturales, y finalmente, en el siglo VII, al califa Omar Ibn Al Khattab, quien advirtió salafistamente que si los textos contenían igual doctrina que el Corán, sobraban, y que si no estaban de acuerdo con él, no debían conservarse.

Amenábar, que fue un católico que ahora se declara agnóstico, parece querer vengarse de su antigua religión, pero le salió un alegato diferente: una película contra el islamismo, cine de anticipación, una película sobre lo que viene.

Sus cristianos de hace quince siglos resultan ser los musulmanes fanáticos de hoy. Defienden la guerra santa para expandir la fe, concepto solamente islámico, y rechazan que una mujer pueda ser sabia.

Talibanes destructores de cultura, wahabistas saudíes, Hermanos Musulmanes, clérigos locos de Irán, terroristas envueltos en la violencia y el suicidio contra infieles y musulmanes poco fervorosos.

Amenábar retrata una historia de hombres barbados, túnicas negras, que odian a la mujer libre, hormigas que atacan enfervorecidos tras oir prédicas delirantes de imanes sunnitas y de santones chiítas.

Cine futurista: entre otras pías reivindicaciones, Al Qaeda del Magreb acaba de ponerle el nombre de Al Andalus a su agencia de propaganda.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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