Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Medicina patriótica

Los enfermos catalanes, gallegos y vascos van a darle ejemplo de patriotismo al mundo aceptando, como demandan sus ultranacionalistas, que sus médicos los atiendan no por sus conocimientos científicos, sino porque hablan los idiomas autonómicos.

Morir en manos de ignorantes autonómicos en lugar de vivir en las de forasteros es patriotismo, porque los titulados más incompetentes conocedores de las lenguas locales encontrarán plaza en los hospitales que, en esas comunidades, rechazarán a los sabios de otras regiones o países si son sólo castellanohablantes.

Heroísmo y patriotismo de los enfermos, que sucumbirán confortados porque sus médicos patrióticos, además, les recomendarán que pidan lápida también en su bella lengua local.

La medicina patriótica debe verse como superación revolucionaria del juramento hipocrático, como nuevo paradigma.

Exige la colaboración de políticos, médicos y contribuyentes y haber sido formado en el Espíritu Nacional para aceptar morir patrióticamente, con la alegría del héroe, mientras le entonan a uno el himno territorial.

La medicina patriótica aplicada se explica con porcentajes: en relación a la población española, por cada médico con idioma autonómico hay tres castellanohablantes, lo que supone que hay tres bobos estatales por cada bobo local, pero también tres sabios estatales por cada uno local.

Y en los concursos para obtener plazas deberían ganar los mejores, locales o estatales, con idioma autonómico o castellano, porque hoy hablan castellano prácticamente todos los pacientes.

Pero el idioma local se impone por motivos ideológicos, lo que nos dará muchos homicidios. Porque un médico bobo local desplazará siempre a tres listos castellanohablantes.

Así, nuestros patriotas locales podrán engendrar muchísimos tontos para darles trabajo como médicos sin competencia del exterior.

Pues seamos más patriotas aún: si tenemos más derecho al idioma autonómico que a la mejor medicina, volvamos a nuestros empíricos, entrañables curanderos.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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