Crónicas Bárbaras

Manuel Molares do Val

Democracia de suecas en bikini

Quien no haya conocido la España de los años 1960 dificilmente entenderá una reciente frase de Alfonso Guerra que explica el paso del franquismo a la democracia: «Las primeras turistas que llegaron en bikini ayudaron más a la Transición que muchos discursos políticos».

Sí. La casi desnudez de las suecas frente al puritanismo de las españolas, vigiladas por curas con sotanas mentales y físicas, despojó de hipocresía a un país pobre y siniestro, en el que se medía la longitud de falda desde el tobillo a la rodilla, ni siquiera desde la rodilla al tobillo.

Aquellas vikingas, valkirias, provocativas francesas, a todas se les llamaba suecas, destapaban el escondido sol del futuro: el ombligo.
Cuando se rompe un embalse no hay fuerza que detenga la salida del fluido.

Aquellas suecas demolieron el dique del nacionalcatolicismo, tan enfermizamente obsesionado con el sexo que sorprendía incluso al papa Juan XXIII.

Alfonso Guerra añadió que “Ahora se dice que la Transición fue obra de la sociedad y nada de los políticos. También es falso».

Como la principal izquierda de entonces, el PCE, era proviética y, por tanto, también puritana, quizás Guerra esté homenajeando a Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo que prohibió sancionar a las suecas en bikini cuando en la Gran Vía de Madrid aún ponían multas de cinco pesetas a los hombres con camisa de manga corta.

Roto el dique, con las españolas tratando de competir con las suecas y diciendo “ahora destapo yo mi cuerpo serrano”, todo cambió: piel y ombligo emancipados atrajeron las demás libertades. El siguiente paso: la exigencia de democracia.

Corolario: seguramente lo que necesitan quienes padecen el fanatismo islamista es contemplar a muchas huríes humanas, mujeres en bikini, que iniciarían una gran revolución modernizadora.

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Autor

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

Manuel Molares do Val

Natural de Vigo/Pontedeume, Galicia, trabajó para la Agencia EFE como corresponsal permanente en México, Bélgica, la República Popular China --el primer peridista español destinado allí--, y EE.UU. Fue enviado especial en todo tipo de acontecimientos en los cinco continentes.

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