El récord de abstención en las elecciones europeas del 7 de junio ya dejó clara la falta de entusiasmo de los ciudadanos con la Unión Europea. Por si alguien tenía dudas, una encuesta postelectoral encargada por la propia Eurocámara ahonda más en la herida: uno de cada tres europeos consultados (32%) afirma no sentirse «ciudadano de la UE».
Subraya Laia Fores en La Vanguardia que, tras la última ampliación, el club cuenta ya con más de 500 millones de personas, pero parece que el sueño de Schuman, Monet y Adenauer crece a la par que se aleja de los ciudadanos. «Esta es la gran contradicción: tenemos una UE que ha tenido mucho éxito como proyecto político pero que no ha creado identidad, a los ciudadanos les cuesta identificarse con la Unión», apunta Laurent Scheek, del Instituto de Estudios Europeos (IEE) de la Universidad Libre de Bruselas.
El 69% de los consultados considera que para su Estado es positivo pertenecer a la UE. Sin embargo, un 32% no se siente cercano a Europa y un 40% no tiene confianza en las instituciones europeas, frente a un 50% que responde afirmativamente. Así, cuatro de cada diez ciudadanos no valoran positivamente instituciones como el Parlamento, la Comisión Europea o el Consejo.
¿De quién es la culpa? «Las políticas europeas tienen mucha influencia en la vida de la gente. El problema es que no se explica bien a los ciudadanos, ni los gobiernos ni los medios de comunicación explican su impacto. El sentimiento de lejanía de las instituciones europeas no es nuevo y, además, va empeorando cada año», asegura Marco Incerti, investigador del Centro de Estudios de Política Europea (CEPS).
Incerti también apunta a la poca concreción de las políticas comunitarias, así como a sus excesivos tecnicismos para explicar el desencanto de la gente con Europa. «Hace años que se negocian cambios institucionales pero los ciudadanos quieren ver cosas concretas. A veces parece que en la UE todo es teoría y abstracción. Eso aleja a los ciudadanos».
Laurent Scheek echa la culpa a los políticos: «Los ciudadanos suelen conocer el sistema político de su país pero no el de la UE. ¡La culpa es de los políticos!».
El sondeo refleja el tradicional europeísmo de los españoles. Si en el conjunto de la UE el 32% de las personas consultadas no se sienten ciudadanos de la UE, en España el porcentaje es sólo del 18%. En países más euroescépticos, como Reino Unido, hasta un 63% de los británicos no se sienten ciudadanos comunitarios y un 71% no tiene confianza en las instituciones europeas.
La Eurocámara no sale mejor parada. Cuatro de cada diez europeos considera que el Parlamento no tiene en cuenta las preocupaciones de los ciudadanos. Y para los electores pesó más la crisis económica y el paro que el euro o las competencias de las instituciones comunitarias.
