La OTAN tilda de «unilateral y a destiempo» la decisión de España de retirar las tropas de Kosovo

Tropas españolas vigilan a un grupo de serbios, en Kosovo
Tropas españolas vigilan a un grupo de serbios, en Kosovo

La ministra de Defensa llevaba meses rondando la fórmula para retirar las tropas españolas de los Balcanes. Primero lo intentó discretamente en el caso de Bosnia apoyada en la complicidad de Francia y la sola mención de que puedan desaparecer los soldados causó un terremoto político, en Sarajevo y en Bruselas.

Explica Enrique Serbeto en ABC que en el caso de Kosovo lo ha hecho por las buenas, y en cierto modo, cinco años de trabajo diplomático para restablecer la reputación política de España como buen aliado militar después de la apresurada retirada de Irak, se han perdido en cosa de minutos.

La OTAN se lo ha tomado mal, como era de esperar, y probablemente este gesto se hará sentir en la cumbre de Estrasburgo. España no reconoce la independencia de Kosovo y su presencia allí se hacía cada vez más complicada, pero los problemas diplomáticos no son los que han impedido a una ministra española viajar a un país con el que no podríamos tener relaciones diplomáticas.

El Gobierno ha informado al secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Schefer, cuando la decisión de retirarse de Kosovo ya estaba tomada y en el cuartel general de la Alianza en Bruselas el anuncio de la ministra Chacón no ha caído nada bien.

Con pocos circunloquios, los portavoces del secretario general han dicho que una decisión así solo se puede tomar en el seno de las instituciones políticas aliadas y en cualquier caso, la Alianza considera que aún no ha llegado el momento de pensar en reducir la KFOR. Si el propósito era dar una alegría después comunicando que el contingente retirado de Kosovo servirá para poder aumentar tropas en Afganistán, la noticia no ha llegado en el momento adecuado.

LOS ANTECEDENTES

Como subraya Hermann Tertsch en ABC, el Gobierno ZP lleva ya cinco años jugando con el prestigio, con la respetabilidad, la autoestima, la economía y la seguridad interna y externa de nuestro país.

Por eso no debiera extrañar a nadie ya ni un disparate continuado como son la política territorial o la económica ni un exabrupto demoledor para nuestros intereses a largo y corto plazo.

En la categoría de estos últimos entra, con escaso honor y muy poca gloria, el anuncio hecho ayer por la ministra de Defensa, Carmen Chacón, de que España vuelve a desertar, sin aviso previo como suelen hacer los desertores, de una campaña militar común con sus aliados. Esta vez es de Kosovo.

El Ejército español deja en la estacada a todos sus aliados presentes en Kosovo y se viene a casa. El Gobierno de España como gusta llamarse de un tiempo a esta parte en sus promociones publicitarias y su agitación propagandista, todas pagadas por el cada vez más exhausto erario público ha decidido «pirarse» -como diría un sorchi en el frente- de una de las regiones en la que Europa entera se juega su estabilidad, la seguridad y la paz.

Lo hace después de una larga retahíla de manifestaciones de incompetencia, necedad y falta de criterio e información en la región.

Hoy dan ganas de llorar una vez más, sin apenas consuelo, por los magníficos soldados españoles que se han dejado la vida en los Balcanes. Y por todos los hombres y las mujeres de nuestro Ejército que han estado allí desde hace más de década y media y han dejado una huella indeleble de valor, gallardía y honor, ellos sí muy conscientes de su papel en la Defensa de la seguridad y los intereses de su patria que muchas veces se dirime tan lejos de sus fronteras.

La grotesca estampida que ha anunciado la ministra de Defensa y que ha caído como una bomba en el Cuartel General de la OTAN, y en los Gobiernos y mandos de los otros ejércitos allí presentes que se creían aliados nuestros, tiene por supuesto unos antecedentes políticos.

AFGANISTÁN COMO TELÓN DE FONDO

Hay altos altos mandos que temen que la imagen de España pueda quedar empañada ante nuestros aliados, ya que, como ocurrió en Irak, se rompe de forma unilateral el compromiso y el calendario establecido. Recuerdan a este respecto el desprecio a la máxima de la OTAN: all in, all out (todos o ninguno).

Pero tras la repentina decisión del Gobierno podría estar una futura mayor implicación de España en Afganistán, en sintonía con los planes de Estados Unidos para aquel país.

El presidente Zapatero coincidirá la primera semana de abril en varios actos con Barack Obama, de visita en Europa, y podría dar un empujón a las relaciones bilaterales accediendo a sus deseos de incrementar la presencia militar en territorio afgano.

Lo cierto es que la presencia de España en Kosovo hipotecaba nuestra participación en otros escenarios más acordes con nuestros intereses estratégicos.Sea por convicción o por conveniencia -y existen argumentos para pensar que hay un poco de todo en la postura del Gobierno español- la decisión de retirar las tropas de Kosovo podrá haber sido torpe en las formas, pero es la más congruente con nuestra posición en los Balcanes.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído