(PD).-De nada sirve mostrar una profunda consternación si se miente sobre el verdadero papel de nuestras tropas en Afganistán. La ministra que se volcó con el «Puta España» de Rubianes y la persecución de su partido a los castellanohablantes en Cataluña, ayer no quiso dar explicaciones y despachó la rueda de prensa en apenas dos minutos. Eso sí, consternada. Tanto como los periodistas que fueron a recabar información y se encontraron con la misma opacidad en la información que en la etapa Bono y el accidente del Cougar. ¿Qué ocultan?
¿Cuándo va a reconocer el Gobierno español que nuestros militares están en Afganistán en una misión de alto riesgo? Un familiar de unos de los militares asesinados ha dicho que los soldados viajan sin saber lo que les espera. Entre tantas proclamas al pacifismo, es normal que viajen confundidos. La ministra debería entender que lo importante ahora es -como le recuerda el editorial de ABC– «hacer más eficaz la labor de los soldados presentes allí, incluyendo una ampliación de las reglas de enfrentamiento. Los que deben vivir con miedo son los terroristas y los insurgentes, no los soldados occidentales, que disponen de la profesionalidad y los medios para vencer. Por desgracia, es muy posible que las de ayer no sean las últimas bajas españolas en Afganistán, porque la tarea que tienen encomendada es compleja y llevará tiempo».
También El Mundo le lee la cartilla a la ministra sobre todas las cuestiones que ayer se dejó en el tintero:
¿Tiene fecha de caducidad el costoso sacrificio que España está realizando en ese país? ¿Por qué no se hace nada para ganar el apoyo de la sociedad española a la labor de los más de 700 militares desplazados allí? Dado que lo primero que va a pedir Obama a sus aliados es más tropas para Afganistán (acaba de prometer una «nueva estrategia» y el envío de al menos 10.000 nuevos soldados a la zona), ¿va a desairar nuestro Gobierno a quien acaba de declarar su lealtad? En ese sentido, ¿es definitivo lo que hoy dice Moratinos en una entrevista en estas páginas en cuanto a que no vamos a aumentar las tropas? ¿A que se refiere el ministro cuando asegura que podemos colaborar de otra forma distinta a la militar? ¿Se están estudiando fórmulas para dar más seguridad a nuestro contingente?
Mientras una y otra vez se subraya oficialmente que nuestros soldados están en una «misión de paz», el país asiático es un avispero cada día más agitado, como viene a demostrarlo el hecho de que no haya pasado ni un mes del último ataque contra tropas españolas, en esa ocasión, cuando custodiaban un convoy de la ONU. Con la muerte de estos dos nuevos soldados, son ya seis los fallecidos en ataques terrestres en Afganistán, si bien la cifra global alcanza los 87, la mayoría, víctimas del accidentes aéreos Yak 42 y del nunca aclarado episodio del helicóptero Cougar. Es hora de dejarse de lloriqueos y hablar con transparencia.
VIAJA A AFGANISTÁN
La ministra de Defensa, Carme Chacón, viajará en las próximas horas a Afganistán, acompañada por el jefe de Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), general del Aire José Julio Rodríguez, para repatriar los cadáveres de los dos militares de la Brigada de Infantería Ligera Aerotransportable (BRILAT) fallecidos en el atentado suicida perpetrado hoy por la insurgencia en el distrito de Shindand, en la provincia de Herat, confirmaron a Europa Press fuentes de su Departamento. Chacón partirá en breve desde la Base Aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid) a bordo de un avión del 45 Grupo de la Fuerza Aérea. Tras una escala intermedia, Chacón y la delegación del Ministerio de Defensa llegará en las próximas horas al aeropuerto de la Base de Apoyo Avanzado (FSB) de Herat, situado a unos quince kilómetros de la Base Camp Stone, sede del contingente de instructores militares atacado este domingo.
