(PD).- Cinco días después del terremoto que removió el suroeste de China, el peor de las últimas tres décadas, siguen apareciendo personas vivas bajo los escombros. Los servicios de rescate han conseguido recuperar a 63 supervivientes.
El número de fallecidos en Sichuan y en las provincias vecinas por el terremoto del pasado lunes supera los 32.477 y el de heridos aumentó a 220.109, según ha anunciado la oficina de atención a emergencias.
Las localidades con más víctimas mortales son Mianyang, con 11.874, y Deyang, con 10.341, de acuerdo con los datos oficiales. Nuevos seísmos continúan provocando heridos. Al menos tres personas fallecieron el domingo por un fuerte réplica.
«Aunque ha pasado el tiempo para tener mejores posibilidades de rescate (…) salvar vidas sigue siendo la máxima prioridad de nuestro trabajo» dijo el presidente Hu Jintao a los angustiados supervivientes del terremoto, que afectó fundamentalmente a la provincia de Sichuan. Se estima que el balance final de víctimas puede superar los 50.000 muertos.
El presidente Hu ha inspeccionado el condado de Wenchuan, epicentro del terremoto, donde alabó a los trabajadores de rescate por su valentía. Entre los supervivientes, 57 han sido socorridos en Yingxiu, en este condado.
En Deyang, donde las autoridades calculan que ha habido 20.000 muertos, una mujer de 31 años fue rescatada. En la vecina ciudad de Shifang se rescató a un hombre de 33.
En la ciudad de Dujiangyan se rescató a dos personas. Una mujer de 61 años, que había pasado 127 horas bajo los escombros fue rescatada por personal ruso, en el primer rescate de un equipo extranjero. En esta localidad también se ha rescatado a un hombre de 46 años, Zhang Xiaoping, que había pasado 129 horas atrapado bajo los restos de un edificio residencial. El hombre fue conducido de inmediato para que le amputasen las dos piernas.
En el distrito de Beichuan se liberó a dos hombres, de 52 y 69 años, atrapados bajo bloques de hormigón. El sexagenario había pasado 119 horas bajo tierra.
Sin embargo, las labores de rescate se han visto dificultadas por las réplicas del terremoto, el mal clima, el terreno peligroso y la amenaza de inundaciones. De hecho, las labores fueron suspendidas en el condado de Beichuan después de que cundiese la alarma por el temor a que un lago se desbordase.
Miedo a inundaciones
Los trabajadores de rescate regresaron después a sus tareas, pero miles de chinos han huido de sus hogares y no han regresado, nerviosos por un lago formado después de que réplicas del terremoto provocaran corrimientos de tierra que bloquearon el flujo de un río.
Los medios oficiales se apresuraron a aclarar que se trató de una falsa alarma, pero los informes previos no parecían indicar que el peligro fuese ficticio. Según dijo inicialmente un oficial paramilitar, la posibilidad de que el lago se desbordara era «extremadamente grande«.
La situación era «muy peligrosa porque todavía hay temblores causando deslaves que podrían dañar la represa«, dijo Luo Gang, un trabajador de construcción que abandonó la ciudad porteña sudoriental de Xiamen y se dirigía a su hogar a buscar a su novia desaparecida.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS por su sigla en inglés) informó de un seísmo de magnitud 6,1 que se registró a 80 kilómetros al oeste de Guangyuan. Se trata del más reciente y el mayor de una serie de réplicas que han sacudido a la provincia de Sichuan desde el seísmo del pasado lunes. No hubo noticias inmediatas de daños o víctimas en la zona.
«¿Qué pasará ahora?»
En tanto el clima se vuelve mas tibio, los supervivientes estaban preocupados por la higiene y realizaban preguntas sobre su futuro a largo plazo.
«Lo que no necesitamos ahora son más fideos instantáneos«, dijo Wang Jianhong, conductor de un camión en la ciudad de Dujiangyan. «Queremos saber qué pasará con nuestras vidas«, agregó.
Ha habido cada vez mayor preocupación por la seguridad de represas y reservas que se han visto debilitados en la montañosa provincia de Sichuan, un área de un tamaño similar al de España.
En Sichuan y Chongqing, 17 reservorios se encontraban dañados, y algunas represas tenían grietas o filtraban agua. Muchas están ubicadas en el río Min, el cual pasa por las áreas más afectadas entre la meseta tibetana y la planicie de Sichuan.
La represa Lianhehua, construida a fines de la década de 1950 en noroeste de Dujiangyan, tenía grietas del tamaño de un puño.
