(o “¿Burka sí o burka no?”).

Bueno, mi señoría está obnubilado con las declaraciones de la señora o señorita Bibiana Aído, ´miembra´ esta del Gobierno de España. cuyo Presidente sigue siendo todavía, y no se sabe hasta cuándo, el señor Rodríguez que, por cierto, continúa sonriendo o riéndose –en Puerto Hurraco diríamos ´sonriyendo´o ´riyéndose´ igual que, por ejemplo, ´refriyendo´ o ´friyéndose´, que es lo que se hace allí con los huevos (con los de las gallinas, claro) para su ulterior ingesta. También pueden “pasarse por agua” (los huevos, sí) pero hay quienes opinan que el agua, estropeando como estropea los zapatos -sobre todo, la de lluvia-, ¿qué no hará con los huevos? También están los huevos duros, los huevos al plato, etc. En general, en España se presume mucho de huevos, aunque tampoco hay por qué exagerar demasiado.

Todo esto venía a propósito del gerundio de refreír y freír, y de cómo en Quesolandia se utilizan los ya citados (los gerundios, claro), aunque tal vez sean incorrectos en español, pero que pueden no serlo en castúo. De todas formas, da igual; es decir, la cagamos (con perdón), porque el castúo no es lengua cooficial, así es que… Y si se fijan vuesarcedes, los participios de freír y de refreír pueden ser tanto freído y frito como refreído y refrito. No obstante, gramatiquerías aparte, mi señoría cree que unos huevos freídos no pueden saber tan bien como unos huevos fritos. Y huevos aparte, mi señoría lo que quería y quiere saber es por qué sigue riendo o sonriendo el señor Rodríguez, el joven éste de Valladolid. Porque que lo hiciera o hiciese antes, en la época de vacas gordas, ¡vale!, pero coño, ahora, que no joda…

Mas dejemos a un lado tanto a los huevos como al joven y apolíneo Presidente, es decir, soslayémolos a ambos inclusive, dejándolos a estribor, por ejemplo, ya que sobre todo el Presidente bastante tiene el pobre (esto de pobre es un decir, claro) con lo de la crisis económicofinancierasuperfragilisticaespialidosa, con las medidas que tiene que tomar contra ella, con lo de hacer lo que le digan el galófilo Sarkosy, la germana Señora, que no la hermana de la señora, o sea, la Merkel y el máster por Harvard (es decir, Obama), etc., y hablemos de la ministra gaditana y ´miembra´ por antonomasia del Ejecutivo, a la que ya se ha citado. Mi señoría, en su calidad de ´acarajotado senil´, no acaba de enterarse qué piensa la susodicha acerca del problema del burka. “Prohibir el burka supondría penalizar aún más a las mujeres”, lo cual no obsta para que añada “no queremos que el burka esté en la vida pública ni privada”. ¿En qué quedamos, doña Bibiana? ¿No dizque, además, esa prenda (de vestir) es como “una cárcel de tela que convierte a la mujer en presa”? Para ABC (cfr. pág. 7, viernes, 25 -6-2010), lo suyo, respetada y respetable dama, es “el colmo de la contradicción, el cinismo y el sarcasmo. Y una evidente falta de arrojo político, propio de quienes practican una ´igualdad´ de salón”(sic).

En tan dudosa situación, y para que todos nos enteremos claramente, sobre todo los que adolecemos del citado ´acarajotaminento´, ¿por qué no declara su señoría, sugiere uno, vía decreto, sin circunloquios ni rodeos, en román paladino, que el burka sí o que el burka no, que cuándo, que dónde y que cómo o de qué manera? Porque si no, aquí, cada quién se va a poner o se va a quitar el atuendo en cuestión y… “si te vi no me acuerdo”, lo cual no deja de ser un simple dicho popular. Y como “in dubio pro reo”… ¿O no?

26-06-2010.