No es lo mismo iglesia “hermosa” que comunidad “hermosa”. La fe está en la hermosura de la comunidad: en la oración sincera, en la ayuda mutua, en relaciones sanas, en el cuidado de los más débiles... Pidamos la hermosura del Reino diciendo: “Aumenta tu amor en nosotros”.
Por la Iglesia:
- que se ocupe de anunciar y vivir el Evangelio;
- que cuide más a los necesitados que a sus templos.
Roguemos al Señor: “Aumenta tu amor en nosotros”.
Por quienes presiden las comunidades cristianas (papa, obispos, presbíteros...):
- que “renuncien para siempre a la apariencia y a la realidad de la riqueza...,
- a vestidos y a insignias de materias preciosas...” ("Pacto de las Catacumbas” 16.11.1965).
Roguemos al Señor: “Aumenta tu amor en nosotros”.
Por las comunidades cristianas:
- que todos los cristianos participemos en nuestra comunidad;
- que conozcamos y vivamos bien el Evangelio de Jesús.
Roguemos al Señor: “Aumenta tu amor en nosotros”.
Por la educación cristiana:
- que niños, jóvenes y adultos crezcamos en conocimiento y amor;
- que leamos y reflexionemos asiduamente la el Evangelio.
Roguemos al Señor: “Aumenta tu amor en nosotros”.
Por la democracia en nuestra parroquia:
- que podamos hablar, escuchar, tomar decisiones comunes;
- que haya transparencia en la administración parroquial.
Roguemos al Señor: “Aumenta tu amor en nosotros”.
Por esta celebración:
- que el Espíritu de Jesús penetre nuestro corazón, nos consuele y fortalezca;
- que la comunión con Cristo sea comunión amorosa entre todos.
Roguemos al Señor: “Aumenta tu amor en nosotros”.
Que esta eucaristía nos haga sentir tu mismo amor, y nos mueva a trabajar por el reino de la vida, de la verdad, de la justicia, de la paz, de la alegría. Contigo, Jesús resucitado por los siglos de los siglos.
Amén.
Rufo González
Sábado, 16 de febrero