Se disiparon los temores y se confirmó una esperanzada transición. La Compañía Nacional de Danza estrenó anoche su primer programa con José Carlos Martínez como director. Había mucha expectación tras la traumática salida de Nacho Duato del puesto y su lamentable reacción a un relevo inevitable. Martínez y la CND presentaron un abanico de cuatro piezas con el propósito de que ‘el espectador asista en una misma noche a un amplio abanico de posibilidades estéticas, musicales y coreográficas que responden a diferentes sensibilidades y formas de entender la danza’. Resultó un tanto heterogéneo y atrabiliario, pero demostró que la compañía tiene ganas de avanzar y el director, ideas y oficio que permitan avanzar otra etapa.
La primera entrega fue una creación del madrileño Alejandro Cerrudo para la Hubbard Street Dance Chicago, donde milita desde 2005. ‘Extremely close’ mostró una gran continuidad con la etapa anterior de la CND y el inconfundible estilo de Nacho Duato. Siempre la composiciones pianísticas de Philip Glass han sido plataforma adecuada para la danza moderna y esta pieza volvió a demostrarlo, con coreografía y escenografía nada sorprendentes y una sensación de estar viendo algo muy cercano al tono repetitivo de la CND en los últimos años. Un trabajo para ocho bailarines de puro clasicismo minimalista.
La segunda fue un homenaje a la historia, con el estreno en España de ‘El espectro de la rosa’, la pieza con que Angelin Preljocaj rememoró en el Garnier parisino en 1993 el estreno de Nijinsky en 1911 de la pieza del mismo título sobre un célebre pasaje musical de Carl-María von Weber, al que en pleno contraste y fuerte ruptura se añadió el contrapunto musical de Marck Khanne. La pieza, para Preljocaj, es ‘una puerta que comunica con otro período en el tiempo, una cuarta dimensión’. Consiste en una doble acción que enfrenta los movimientos clásicos y los modales refinados de dos parejas de torero y bailarina de tutú al ritmo de la música de Weber, con la disfuncionalidad de una pareja -¿actual, futura?- sobre pasajes de Khanne. Este coreógrafo francés, instalado desde 2006 con su propia compañía en Aix-en-Provence, estrenó esta pieza hace dos décadas, y la conmoción ocasionada entonces hoy ha desaparecido por completo.
En tercer lugar, el programa ofrecía un clásico, ‘Artifact II’ de William Forsythe sobre la «Partita Nº 2» en Re menor de J. S. Bach. La pieza tiene tiene también casi dos décadas, y es la segunda parte del ballet del mismo nombre, el primero que coreografiara completo Forsythe tras su nombramiento como director del Frankfurt Ballet. Es la séptima obra de Forsythe que la CND adopta en su historia y no es nuestra favorita. Ciertamente, los dos ‘pas des deux’ exquisitos y neoclásicos representaban en el conjunto de la noche la confirmación para la compañía de trabajar en el futuro próximo más equidistante de las dos almas de la danza actual, abundando en la técnica clásica. La morbosa curiosidad por ver a la CND bailar de puntas se cumplió con éxito. Pero las dos parejas interpretando danzas simultáneas de gran belleza sobre líneas y planos de la técnica clásica que buscan el límite en cada movimiento, emergían de un cuerpo de baile cuyas evoluciones de gimnasia sueca no representan lo mejor de este coreógrafo neyorquino, al igual que las abruptas y ruidosas bajadas de telón que interrumpen el bello discurrir buscando sorpresa y renovar el interés de la audiencia.
El broche final lo puso ‘Walking Mad’, una coreografía del sueco Johan Inger estrenada por el Nederlands Dans Theater en 2001 inspirada en el famoso Bolero de Maurice Ravel y completada con la no menos famosa música de Arvo Pärt, “Für Alina”, en su versión para piano de 1976. Fue la pieza fuerte de una noche de creciente intensidad a lo largo de sus cuatro etapas. Una espectacular coreografía plena de humor y alegría, llena de ocurrencias fantásticas, fascinante y vertiginosa, con un final rupturista, el intimismo recoleto que cabe esperar acompañando a esa pieza de Pärt que algunos consideran la canción más bonita del pasado siglo-, el cual difumina un tanto la propuesta.
El florido ramillete de coreógrafos consagrados y músicas excelsas fue demasiado variado. La dispersión conceptual fue muy agudizada con excesivos entreactos, con inopinados oscurecimientos de la sala que propiciaron esos recurrentes y temibles aplausos a destiempo, y hasta con la proyección de un vídeo conmemorativo, alargando en demasía un buen espectáculo. Sería de desear que la CDN apareciera más breve de programa y más frecuente de actuaciones. Una noche de danza no tiene por qué durar más de una hora, hora y pico. Lo importante es que sea ese concentrado vitamínimo de alegre euforia que la danza nos transmite.
Y un poco de historia dado el acontecimiento. La Compañía Nacional de Danza fue fundada en 1979 con el nombre de Ballet Nacional de España Clásico, y tuvo como primer Director a Víctor Ullate.En febrero de 1983 se hizo cargo de la Dirección de los Ballets Nacionales Español y Clásico María de Avila, quien sistematizó el trabajo interno del Ballet y puso especial énfasis en abrir las puertas a coreografías como las de George Balanchine y Anthony Tudor. María de Avila encargó coreografías a Ray Barra, bailarín y coreógrafo norteamericano residente en España, ofreciéndole posteriormente el cargo de Director Estable que desempeñó hasta diciembre de 1990. En diciembre de 1987 fue nombrada como Directora Artística del ballet, Maya Plisetskaya, extraordinaria bailarina rusa. En junio de 1990 Nacho Duato es nombrado Director Artístico de la Compañía Nacional de Danza, cargo que ejerció durante veinte años, hasta julio de 2010 aportando un cambio innovador en la historia de la formación. En agosto de 2010 Hervé Palito le sucede como Director Artístico durante un año.
El 17 de diciembre de 2010 el Ministerio de Cultura anunció el nombramiento de José Carlos Martínez como nuevo director de la Compañía Nacional de Danza, que tomó posesión de su cargo el 1 de septiembre de 2011; quiere abrirse a diferentes estilos y autores en ‘un proyecto integrador que incluirá obras de coreógrafos españoles e internacionales que aporten múltiples sensibilidades artísticas en sus diferentes formas de entender la danza’. Le han hecho mil entrevistas, entre ellas ésta, destacable, en la que aborda de frente la situación que encuentra. Duato debe enmendar el error cometido y poner sus coreografías a disposición de la compañía. Martínez merece ser un buen heredero.
Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 7
Concepto: 6
Coreografías: 7
Interpretaciones: 7
Escenografías: 6
Iluminación: 6
Vestuarios: 6
Realización: 7
Producción: 7
Compañía Nacional de Danza
Director Artístico: José Carlos Martínez
Teatro de la Zarzuela
Del 18 al 22 de enero de 2012
Programa:
-Extremely close
Alejandro Cerrudo/Philip Glass, Dustin Ohalloran
-El Espectro de la Rosa
Angelin Preljocaj/Carl-María von Weber
-Artifact II
William Forsythe/J.S. Bach
-Walking Mad
Johan Inger/Maurice Ravel y Arvo Pärt.
