Utopía cumplida del flamenco, por J.C.Deus

mariapages_012.1_foto_david_ruanoCuando una cierta utopía se hace verdad, el mundo mejora un poco. El flamenco tras recorrer un fértil y arriesgado camino en décadas pasadas llega a situarse entre lo mejor y lo más genuino de la danza contemporánea, a codearse con los mejores coreógrafos y compañías del mundo, a tener un sitio propio más allá del folclore y el tipismo. Este espectáculo es la demostración de que se ha conseguido. Pocas veces llegó el flamenco tan alto, tan creativo, tan crisol de influencias, y tan arrebatador desde raíces firmes. Aquí el flamenco se acerca al arte total que busca la ópera: canto, baile, música y representación; un todo nuevo, auténtico e inspirador. María Pagés con esta ‘Utopía’ estrenada ayer en Madrid se coloca como líder de la media docena de grandes creadores que hoy día consiguen espectáculos flamencos de máximo nivel. Una de nuestras muchas o pocas aportaciones a la cultura viva mundial.

La Pagés dice titular con esta palabra, utopía, no en su acepción más usada, la de proyecto irrealizable o lugar idílico, sino en su acepción literal, del griego εú (buen) y τóπος (lugar): buen lugar. Un lugar utópico en el sentido de anhelo, impulso, crítica a lo que ya existe y se ha marchitado por el uso, las convenciones y el desgaste del tiempo y de los hombres. Pues efectivamente así es este espectáculo: refugio estético, consuelo sugerente para olvidar los caminos trillados e iniciar nuevas rutas por el universo artístico, reflejo mejorado y alimento nutritivo en el discurrir de la existencia.

Estamos ante una propuesta que puede calificarse de danza contemporánea de primer nivel. Allá los puristas de una u otra disciplina, pero este espectáculo flamenco nos trae ecos de Martha Graham y Merce Cunningham, y nos produce sensaciones de plenitud y asombro como las que acabamos de sentir sin ir más lejos en el último ‘Madrid en Danza’ ante el ‘Poppea Poppea’ de Eric Gauthier, el ‘New York’ de Éduard Lock o el ‘FAD’ de Wayne McGregor. Con la particularidad de que en el cruce laberíntico de escuelas y coreógrafos actuales, el flamenco representa una veta pura y rica cuya explotación está en sus comienzos y cuyo poder telúrico permite todas las amalgamas y combinaciones de la alquimia musical de nuestros días.

maria_foto_david_ruanoPagés se centra esta vez en unos cuantos de los muchos caminos a explorar. Incorpora el violonchelo por la puerta grande, demostrando por fin lo agotados que están esos recurrentes arreglos con instrumento de viento -flatuas, sobre todo- que han causado estragos. Eleva abanico y bata de cola a niveles estéticos de primera magnitud. Convierte las palmas en recurso coreográfico de impacto. Domeña el insurto zapateado tradicional hasta codearse con las zapatillas de punta. Baila en silencio; construye arias y duetos con el cante flamenco, y hasta fusiona la canción ligera brasileña para presentar un manifiesto iberoamericano más provechoso que las veintiuna cumbres políticas celebradas hasta la fecha.

Estamos ante un espectáculo flamenco de adecuado nivel intelectual para los tiempos que corren, estamos ante una propuesta de gran contenido cultural, en la que aparecen e interaccionan contenidos clásicos y actuales, influencias literarias, musicales y estéticas de muy diversas procedencias, todo ello para parir una criatura nueva, una síntesis innovadora y original.

maria_foto_david_ruano-w800-h600‘Utopía’ dice ser un camino con ocho paisajes. El sorprendente prólogo brasileño introduce una farruca de impresión, a la que sigue una coreografía que habla de vida breve y tiempos rotos, una irrupción del cuerpo de baile que interesaría al mismo William Forsythe. Cantaor y cantaora desgranan soleares a base de Pablo Neruda y Miguel de Cervantes. La brújula del conjunto destella sin que cesen cante, baile y toque. Antonio Machado hace camino con taranto y martinete. Y la alondra de Baudelaire se eleva finalmente.

‘Lo que importa, mientras estamos aquí, es la vida, la gente. Abrazar a los amigos, vivir feliz. Cambiar el mundo. Y nada más’, dice Oscar Niemeyer, el socio sorprendente de esta utopía realizada, cuya escenografía es un austero homenaje a la arquitectura emblemática que puebla de curvas y elipsis nuestra época. La idea nació de la admiración de la artista por este arquitecto brasileño que cumplió ayer mismo 103 años de edad. ‘Utopìa’ se estrenó el 8 de octubre de 2011 en el Centro Niemeyer de Avilés y es de suponer que dará una buena vuelta al mundo.

Lo anterior: ‘Autorretrato’ de María Pagés

Lo comparable: ‘La Curva’ de Israel Galván

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 8
Dirección: 8
Baile: 8
Cante; 8
Música: 8
Coreografía: 8
Escenografía: 7
Realización: 8
Producción: 8

TEATRO ESPAÑOL
UTOPÍA, una creación de María Pagés
del 15 de diciembre al 1 de enero

Idea, dirección y coreografía, María Pagés
Coreografía farruca y asistente de coreografía, José Barrios
Música y arreglos, Rubén Lebaniegos, Fred Martins, Isaac Muñoz y José “Fyty” Carrillo
letras: Charles Baudelaire, Mario Benedetti, Miguel de Cervantes, Antonio Machado, Larbi El Harti, Pablo Neruda, Oscar Niemeyer, Marcelo Diniz, María Pagés, Fred Martins
iluminación, Pau Fullana
Escenografía y diseño de vestuario, María Pagés
Diseño de sonido, Albert Cortada

Elenco artístico

Baile
María Pagés
Isabel Rodríguez
Eva Varela
María Vega
José Barrios
José Antonio Jurado
Paco Berbel
Rubén Puertas

Músicos
Ana Ramón e Ismael De la Rosa (cante)
Rubén Lebaniegos y José “Fyty” Carrillo (guitarras)
Fred Martins (voces, guitarra y cavaquinho)
Sergio Menem (chelo)
Chema Uriarte (percusión)

Una producción de María Pagés Compañía y Centro Niemeyer (Avilés), en coproducción con Les Nuits de Fourvière (Lyon) y Checkhov International Theatre Festival (Moscú), con la colaboración de Ayuntamiento de Torrelodones, Comunidad de Madrid, Ministerio de Cultura – INAEM y Agencia Andaluza del Flamenco.

1.- Utopía. Un prólogo, un índice de lo que está por venir, una presentación de personajes, símbolos y motivos.
Música: Fred Martins Letra: Marcelo Diniz
2.-Diálogo. Una reflexión sobre la igualdad y el equilibrio escenificado con la farruca.
Música: Isaac Muñoz
3.-Tiempo roto nos habla de la brevedad de la vida, del orden y el caos, del enfrentamiento, de los que ganan y los que pierden, del cautiverio, de la libertad y del exilio.
(Trilla-Soleá) Música: Rubén Lebaniegos y popular Letras: Pablo Neruda, Miguel de Cervantes y Rubén Lebaniegos
4.-Conciencia y deseo. Un poema bailado en el que María Pagés se sumerge en esa sombra más allá de la sombra, en el interior de sí misma.
(Granaína-Rondeña) Música: Rubén Lebaniegos Letra: Larbi El Harti
5.-Vamos juntos, compañero. Un baile coral sobre la solidaridad.
(Debla-Martinete) Música: popular Letra: Mario Benedetti
6.-Camino rojo. Una metáfora del camino machadiano, de las etapas de la vida construidas al andar.(Taranto-Martinete) Música: José “Fity” Carrillo y popular Letra: Antonio Machado
7.-Es ahí donde quiero vivir. Una apuesta por la ironía y la alegría.
(Guajira-Tangos) Música: Rubén Lebaniegos, Caio Marcelo y popular Letra: Oscar Niemeyer
8.-Elevación significa el fin del camino. La ruptura de las cadenas. La alegría de la subida a un lugar en el que mirarnos, tan pequeños, desde el cosmos.
(Alegrías) Música: Rubén Lebaniegos y popular Letra: Charles Baudelaire.

María Pagés es artista asociada al Centro Niemeyer.
María Pagés Compañía es residente del Teatro Bulevar de Torrelodones (Comunidad de Madrid).

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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