Atrapados por las tentaciones vanas de la existencia, los mortales viven, mueren y se reencarnan en una rueda interminable de sufrimiento. Es el ‘samsara’ del budismo y otras tradiciones. Sólo los que se elevan sobre las tentaciones terrenales rompen el maleficio y llegan al ‘nirvana’. Víctor Ullate cuenta que en la mesa de operaciones comprendió que debía cambiar de vida. Así nació este ecléctico espectáculo influenciado por las espiritualidades de Oriente, en el que músicas exóticas y danza moderna quieren transmitir un mensaje bienintencionado de paz, amor y buenas vibraciones.
El mensaje espiritual de Oriente irrumpió masivamente en Occidente en aquel verano del amor de 1968. Tras la oleada hippie, las comunas, los gurus y las flores, sufrió una dura retirada vencido por la fuerza del consumismo durante un par de décadas. Volvió con energías renovadas en los años noventa y se alió con el ecologismo y las alternativas sociales para a partir de la Cumbre de Río de 1992 insistir en la necesidad de un cambio espiritual en Occidente. La física cuántica, la psicología transpersonal, los movimientos renovadores en todas las ciencias y las artes, y la proximidad del cambio de milenio retomaron la esperanza de que el mundo entrara en la era de Acuario, la era de la armonía y de la realización tras la era de Piscis, la era del conflicto y la desunión. El movimiento ‘New Age’ influyó hasta en algunos líderes políticos, sociales y empresariales, Clinton incluido. Pero el mazazo de las Torres Gemelas volvió a aplazar la revolución espiritual pendiente. Últimamente retornan sus ecos. Es una sed insaciable que va contagiando nuevos sectores. Es la utopía pendiente.
Esta larga introducción por la que pido disculpas viene al caso de considerar que los ecos de los ecos de los ecos de este subterráneo movimiento un día ‘underground’ han llegado también hasta Víctor Ullate, y que su espectáculo ‘Samsara’ se nutre del componente orientalista de aquel -tiene otros- de forma muy tenue y moderada, reflejando que algo del ansia de trascendencia idealista ha prendido a todos los niveles.
‘Samsara es una abstracción de los sentidos que permite, a través de la conjunción del movimiento corporal y la música, trasladar al espectador a aquellos lugares de donde procede el diverso repertorio de músicas étnicas que conforman este ballet’, explica su autor. No es una coreografía nueva sino mera reposición de la que ya estrenara hace cinco años. Una coreografía correcta, una pequeña antología de lo que se ha convertido en habitual en la danza contemporánea desde Maurice Béjart.
Resulta bien ensamblada con el conjunto de músicas de diversas procedencias a las que pone movimiento. Danza occidental y sonidos orientales combinan adecuadamente en un espectáculo agradable, fácil de seguir, un combinado asimilable por el gran público, una introducción a la danza actual a menudo tan ininteligible, con un punto de exotismo siempre agradecido en la época del turismo de masas que ha permitido a muchos espectadores seguramente visitar El Cairo y hasta Katmandú fuera de temporada.
Mejores en general los movimientos colectivos que los pasos a dos. Un leve descenso en la calidad general desde el espectáculo anterior. Síntomas de una cierta esclerosis por abandono de la búsqueda de la excelencia. Muy deficiente la presentación impresa del trabajo, sin especificar los detalles de cada escena y sus intérpretes.
No se facilita una relación pormenorizada de las músicas enlatadas que se suceden en escena. Lástima que no se haya recurrido a alguna fórmula imaginativa para conseguir que fuera interpretada en directo. Madrid bulle de grupos musicales aficionados y semiprofesionales que cultivan todos los folclores africanos y asiáticos, de los cuales probablemente algunos hubieran estado encantados de colaborar con el proyecto a cambio de pisar este fabuloso escenario y gozar de tal experiencia.
Hubieran prestado más fuerza vital al espectáculo, que resulta sumamente frío y desangelado víctima de excesiva parquedad escenográfica. Cumple el vestuario con alguna excepción desafortunada, mucho mejor en el caso de ellos que en el de ellas. Se ha evitado un espectáculo continuo, una síntesis quizás mucho más difícil. Las sucesivas escenas no están ligadas y los fundidos en negro invitan al público al aplauso, lo que impide lamentablemente que se cree el ambiente recogido que parece buscar la relación de frases que se proyecta en el escenario abriendo cada escena. Dicen así:
1.La verdadera esencia del ser humano es
la bondad. Existen otras cualidades
provenientes de la educación y la sabiduría,
pero, si uno quiere convertirse en un
verdadero ser humano y dar un sentido a su
existencia, es esencial tener un buen
corazón.
XIV Dalai-Lama
2. La envidia y los celos proceden de la
incapacidad fundamental de regocijarse por
la felicidad o el éxito ajeno.
Matthieu Ricard
3. La esencia del Budismo: “Sin el Yo, no
hay problema”.
La esencia del budismo
4. Ejercitando incansablemente la
transformación de nuestras emociones es
como acabaremos cambiando nuestro temperamento.
Matthieu Ricard
5. No atiborres tu espíritu con pensamientos inútiles. ¿Para qué dar vueltas
al pasado, anticipar el porvenir? Permanece en la sencillez del instante
presente.
Dilgo Khyentse Rimpotche
6. El problema es que piensas que tienes tiempo.
Maestro Budista
7. Es nuestro espíritu, y sólo él, quien nos encadena o nos libera.
Dilgo Khyentse Rimpotche
8. No nos irritamos contra el palo, autor inmediato de los golpes, sino contra
el que lo maneja; ahora bien, este hombre está manejado por el odio. Es el
odio, pues, al que hay que odiar.
Shantideva
9. Cuando meditas te invitas a experimentar tu autoestima, la dignidad, la
humildad y la fuerza de buda que eres.
Sogyal Rimpotche
10. Los conflictos entre los pueblos son un reflejo de nuestro propio
conflicto interior y de nuestro miedo.
Jack Kornfield
11. Los pájaros que viven en una montaña de oro reflejan el color del oro.
Proverbio Tibetano
12. Cuando ocupamos el sitio que nos corresponde descubrimos que
somos inquebrantables.
Jack Kornfield
13. Cuando nos sentimos responsables, implicados y comprometidos,
experimentamos una profunda emoción, un gran valor.
XIV Dalai-Lama
14. Creer que podemos encontrar algún placer duradero y evitar el dolor, es
lo que el budismo denomina el Samsara, un ciclo sin esperanza que se
repite indefinidamente una y otra vez y nos causa grandes sufrimientos.
Pema Chödrön.
Quizás nos hemos pasado de prolijos, pero la relación -que por supuesto no se incluye en el escuálido programa de mano- ilustra la altura de las pretensiones.
El ‘Víctor Ullate Ballet’ ejerce de compañía oficiosa de la Comunidad de Madrid. No está en la ‘Champions’ de la danza europea pero se mantiene con holgura en la clase B. No es vanguardista ni revolucionaria pero cumple adecuadamente un papel de puente entre el público lego y la danza contemporánea, ese papel de puente en el que de alguna manera se están especializando los Teatros del Canal en otras disciplinas, como el teatro y la música. Además de las diez sesiones programadas, ofrece dos matinales dominicales familiares abiertas a los niños, y ello es un gran acierto. En ellas el espectáculo pierde al menos cuatro de sus catorce etapas, acortando su duración y haciéndose más accesible a los niños. La joven aficionada de cinco años de edad que nos acompañaba no pestañeó en la hora larga, salvo ya al final cuando Ullate alarga excesivamente la despedida y cuando en la pulsión final en busca de aplausos, con bailaraines y bailarinas rindiéndole pleitesía por turno en el escenario, demuestra que efectivamente aún está en el duro camino de superar el samsara.
Hace un par de años, en el veinte cumpleaños de la compañía, presentaron ‘2 you Maestro’ un homenaje ditirámbico a Ullate, que duraba tres horas y aunaba fragmentos de 17 de sus coreografías más conocidas. Un compendio agotador que sirvió para demostrar la calidad del cuerpo de danza, pero también un protagonismo excesivo por parte del homenajeado y el bautismo de su hijo Josué en la senda del padre.
Creado en 1988, el Víctor Ullate Ballet, ha sobrevivido a diversas coyunturas. Desde 2010 sufre un descenso importante de 250.000€ en la subvención de la Comunidad de Madrid por temporada, y ello les obliga a encontrar otros patrocinadores. Que haya suerte.
Vídeoclip del espectáculo
Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 6
Coreografía: 6
Interpretación: 6
Música: 5
Escenografía: 4
Producción: 3
Teatros del Canal
Sala Roja
SAMSARA
Del 28 de octubre al 6 de noviembre de 2011; matinales: 30 octubre y 6 noviembre
Víctor Ullate Ballet-Comunidad de Madrid
Coreografía: Víctor Ullate / Música: Varios autores
Diseño de vestuario de Ana Güell
Iluminación de Nicolás Fischtel
Escenografía de Paco Azorín
Director Adjunto: EDUARDO LAO
Asistente de Dirección: RUTH MAROTO
Asistente Coreográfico: ANA NOYA
Maestros de Compañía: VÍCTOR ULLATE, RUTH MAROTO, ANA NOYA
Bailarinas
Ksenia Abbazova, Natalia Arregui, Zara Calero, Leyre Castresana.
Y Sophie Cassegrain, Noelia Díaz, Arianne Lafita, Diana Miqueo, Sophie Renier, Laura Rosillo, Ana Belén Sanz, Reika Sato, María Sordo, Alba Tapia y Ángela Yu.
Bailarines
Dorian Acosta, Mariano Cardano, Carlo De Martino.
Y Raffaele De Martino, Matthew Edwardson, Oliver Edwardson, Luca Giaccio, Jonatan Luján, Yester Mulens, Cristian Oliveri, Josué Ullate y Hao Wang.
GIRA PREVISTA
-Tudela (Navarra). 12 de noviembre. El Arte de la Danza. Teatro Gaztambide.
-Alcorcón (Madrid). 19 de noviembre. Wonderland. Teatro Buero Vallejo.
-Lleida. 16 de diciembre. Samsara. Teatre de la Llotja.
-El Escorial (Madrid). 3 y 4 de enero. Coppélia. Teatro Auditorio de El Escorial.
-Pozuelo de Alarcón (Madrid). 21 de enero. El Arte de la Danza. Mira Teatro.
-Madrid. Del 8 al 19 de febrero. El Arte de la Danza. Teatros del Canal. (Días 15, 16 y 17 de febrero, a las 11:00 horas, representación especial para colegios)
