Llaman de Polonia, J.C.Deus

anhelli3Polonia ha pasado a ser la reserva espiritual de Europa. Para ratificarlo, la compañía ‘Teatr ZAR’ nos visita con ‘Anhelli, la llamada’ parte final de una trilogía a la que han dedicado la última década. Sólo cuatro representaciones de un espectáculo muy especial, sucesión de milenarias músicas polifónicas unidas por la trascendencia al servicio de una historia exótica. Pero también simple metáfora de la dura travesía humana por la existencia.

Esta gente de diferentes nacionalidades han estudiado en un instituto teatral que lleva el nombre del mítico Grotowski y han recopilado canciones georgianas, griegas, corsas y sardas unidas por su carácter de himnos religiosos de celebración por la vida, de elevación al cielo y de resignación ante la muerte. Cantan, y cantan como los ángeles, y ya sólo el vibrar de sus voces podría ser todo un espectáculo. Pero no se agrupan simplemente ante un micrófono y se quedan ahí parados interpretando su escogido y especial repertorio. Con él han montado una historia que interpretan con original coreografía, una danza sin baile, una escenografía de elementos escasos y depurados llenos de significación, en un espacio simple y complicado al mismo tiempo, bajo una iluminación de esas que presagian la aparición de la misma Virgen María.

anhelli1Son cinco actores y cinco actrices, conforman un grupo coral asombroso, y son también músicos, bailarines y acróbatas cuando se tercia. Hacen un teatro para ser escuchado además de visto, en el que el coro de voces humanas es energía pura deteniendo el tiempo. La historia del poeta polaco romántico Juliusz Słowacki, que en la primera mitad del siglo XIX viajó a Tierra Santa, donde escribió un poema a cuenta de los rebeldes polacos deportados a Siberia, a nosotros poco o nada nos dice. Su protagonista Anhelli sufre y pena, es un sísifo repitiendo una y otra vez el intento de liberarse, de ascender, de llegar a un sitio ansiado al que cada cual puede ponerle el nombre que quiera. Jarosław Fret, el director del proyecto, plantea que ‘el espectáculo explora el fenómeno de la soledad infinita en el corazón de todo aquel que busque la respuesta a la pregunta por el sentido de la vida, un viaje interior al borde de la “no-experiencia de la muerte. Yo percibo la vida como música, que uno escucha en busca de los vestigios de la explosión primigenia. Creo que el canto puede condicionar la visión, que el canto puede cambiar el color de la llama de una vela, revelar lo inefable’.

Este viaje místico, esta experiencia transpersonal, este espectáculo ‘new age’, tiene una duración de sesenta minutos de alimento concentrado, tras el cual sólo queda paz. La gente se empeña en aplaudir cuando el aplauso sobra. Cuando la impresión es conmovedora, el aplauso es el silencio quieto. Sólo los grandes públicos saben guardar silencios como truenos. Sólo los actores comprometidos con el significado último del teatro, reconocen su valor. Aquí se pide silencio al final, no lo estropeen como el día del estreno.

anhelli4Teatr ZAR realizan una ceremonia sagrada viajando al pasado a recuperar las antiguas herramientas de encantamiento. En España, Ana Zamora guarda semejanza con ellos, y su Auto de los Reyes Magos tiene esa fuerza telúrica de lo enraizado. Carecemos de la suficiente documentación sobre la sucesión de músicas que presentan, pero en una de ellas, quizás la tercera o la cuarta, se confunden las raíces cristianas con su deriva musulmana y una auténtica música sufi surge inesperada -señal de síntesis- y hasta el protagonista baila una simulación de danza derviche, el giro continuo siempre de derecha a izquierda, como giran los planetas.

Contemplando el producto destilado del trabajo serio y de la vocación sincera de esta compañía de actores jóvenes de edad y maduros de comportamiento, uno se emociona ante el destino humano, tan misterioso y contradictorio. No hay arte más revolucionario que el que busca hondas raíces en el pasado; no hay nada más progresista que conservar las esencias, trascender los horizontes terrenos. Con austeridad y pocos medios, este grupo polaco elabora colectivamente una compleja escenografía y una interesante coreografía que ya quisieran compañías consagradas con elevados presupuestos. Van a ofrecer este fin de semana un taller al que los profesionales deberían acudir en masa. Quisieron representar la obra en las ruinas de Belchite, atraídos por su significado, y nadie nos cuenta por qué no les ha sido posible, qué inconvenientes lo impidieron.

De T.S.Elliot al Cantar de los Cantares. De san Juan de la Cruz al maestro Eckhart. Tañe una campana, llora un arpa y resuena el gong. Un pandero conmociona la escena y los acordes de un armonium nos llevan hasta el Punjab de Yogui Bhajan. Zar se llaman las canciones funerarias interpretadas por la tribu Svaneti de las regiones altas del Cáucaso, en el Noroeste de Georgia. Todo lleva a lo inefable, el lugar fuera del tiempo. Y el teatro a veces recuerda la importante misión curativa para la que fue creado.

Aproximación al espectáculo (valoración del 1 al 10)
Interés: 8
Argumento: 6
Interpretación: 8
Contenido musical: 8
Escenografía y coreografía: 8
Realización: 9
Producción: 9

anhelli2Teatro de La Abadía
TEATR ZAR
– Anhelli. La llamada –
Del 27 al 30 de octubre de 2011

ACTORES / MÚSICOS
Anhelli, Matej Matejka
Ellenai / Eloe, Ditte Berkeley / Emma Bonnici

Nini Julia Bang
Przemysław Błaszczak
Alessandro Curti
Jean François Favreau
Jarosław Fret
Aleksandra Kotecka
Ewa Pasikowska
Tomasz Wierzbowski

Director del proyecto, Jarosław Fret
Diseño de iluminación, Bartosz Radziszewski

Esta presentación es parte del Programa Cultural de la Presidencia polaca de la UE

Taller de Jarosław Fret y el Teatr ZAR en La Abadía

Bajo el título En las profundidades del sonido será impartido los días 29 y 30 de octubre
Taller dedicado a la exploración, a través de la conexión respiración-voz, de los esquemas naturales, armónicos y rítmicos de la respiración desarrollada en acciones basadas en el contacto físico entre los actores-cantantes. Durante el taller, los participantes podrán conocer las armonías esvanas (de Svanetia, en el alto Cáucaso), el canto litúrgico georgiano de la tradición del monasterio de Gelati, gritos y exclamaciones. Nos adentraremos también en el estudio del ritmo frente al ritmo de la respiración (a partir de esquemas rítmicos balcánicos e improvisaciones) para indagar en las tendencias naturales, así como en la conexión entre ritmo físico y respiración, y en el trabajo sobre los impulsos físicos y los movimientos acrobáticos.
Asimismo, y también dentro del programa Performer, Perfomance Studies: Perspectivas, Teatr ZAR ofrecerá una serie de cursos, talleres y debates tanto en la Real Escuela Superior de Arte Dramático (24 y 25 de octubre) como en el Instituto del Teatro de Madrid (26 de octubre). Un programa de actividades parecido tendrá lugar en el mes de noviembre en París, en la Universidad de la Sorbona y en la sede de la UNESCO, coincidiendo con la exhibición de Anhelli. La llamada en le iglesia de Saint-Merri de la capital francesa.
Más información en www.culture.pl

Anhelli estaba previsto en Belchite Los días 21 y 22 de octubre, antes de su exhibición en La Abadía, entre las ruinas del antiguo convento de San Agustín (siglo XVIII) en el Pueblo Viejo de Belchite (Zaragoza). Víctima de una de las batallas más cruentas de la Guerra Civil española, Belchite nunca fue reconstruido. Precisamente por ello, se había elegido este espacio como un lugar único de recuerdo y respeto por sus miles de víctimas.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

Lo más leído