Que ni come ni deja comer, por J.C.Deus

El Perro del HortelanoSer como el perro del hortelano, que ni come ni deja comer. La despedida de Euardo Vasco al frente de la Compañía Nacional de Teatro Clásico (CNTC) durante siete años ha servido para inaugurar la nueva temporada ya bajo la dirección de Elena Pimenta. Vasco ha escogido para despedirse una de las obras emblemáticas de Lope de Vega, y sin quererlo ha ejemplificado el dicho. Su versión de ‘El perro del hortelano’ es una floja despedida. Contiene no pocos de los defectos atávicos de puesta en escena que tanto han dañado a nuestros clásicos y ‘ni come ni deja comer’: sonsonete y mala pronunciación dificultan el entendimiento del texto; la escenografía es pobre y la interpretación solamente pasable; y buscando divertir, la sutileza e ingenio del autor son sepultados bajo una tonelada de obviedades chistosas a base de disfraces, gesticulación y recursos elementales. Él, que tantos elogios merecidos había recibido estos años, pasa el testigo de forma un tanto desafortunada.

Porque esta versión de la comedia de Lope no es ejemplo a seguir salvo como enumeración de errores: el texto no recibe la primacía absoluta que merece; el verso es recitado de forma convencional; sus largos parlamentos resultan cansinos y a menudo ininteligibles; la dirección parece buscar únicamente la risa del espectador, que es provocada hasta el sonrojo; la escenografía es demasiado pobre: un tapiz, un recortable… decorados poco afortunados; el vestuario parece una liquidación de saldos sin coherencia; hasta esa música de época en directo que tanto hemos celebrado en los espectáculos de la CNTC está esta vez un tanto sacrificada a continuas intervenciones de los actores secundarios que parecen más bien de revista musical.

La interpretación del elenco actoral nos pareció inferior al nivel al que la Compañía nos tenía acostumbrados. Sólo Eva Rufo llega al notable; hasta Joaquín Notario sufre de sobreactuación. Y es que ni la trama ni los personajes necesitarían el añadido gracioso y popularizador que el director ha escanciado en grandes dosis. No se necesita forzar la sonrisa cómplice en risa lela. Los clásicos no necesitan vulgarización ni ser trivializados; necesitan mucho respeto. Evítese por todos los medios el mal ejemplo de la zarzuela y su penar en el infierno de la chabacanería. ¿Por qué el marqués Ricardo, el conde Federico y sus ayudantes Celio y Leónico tiene que hacer tantas gracias en el escenario?.

De esta forma y por estos motivos, las casi dos horas de duración del espectáculo casi consiguen enemistarnos con don Félix Lope de Vega Carpio. Y es que el tesoro de los clásicos es sumamente frágil ante las versiones abusivas, -especialmente ante los excesos por subrrayar el significado-, en la misma medida que agradecido ante las buenas adaptaciones.

El Perro del HortelanoNo hay que engañarse, esta comedia de enredo tiene gran densidad psicológica, nada menos que diecisiete monólogos. Si les sumamos los dos sonetos, las ficticias cartas que leen Teodoro y Diana, y los apartes, estamos ante personajes que continuamente reflexionan en voz alta mientras salvo en el tercer acto, poca cosa sucede en la obra, una comedia de alto contenido verbal y escasa acción dramática, en la que el monólogo de Teodoro en cinco décimas al comienzo del acto segundo, solo en escena, tras la marcha de la condesa con el séquito de los criados y de sus pretendientes, es esencial. Texto, sólo texto y nada más que texto.

Hay pocas acciones, y la mayoría son fingidas, falsas. Diana manda a Teodoro leer y escribir cartas a una supuesta amiga suya que no existe, se cae fingidamente para que él le ofrezca la mano, hace que Teodoro —y éste delega a su vez en Fabio— anuncie al marqués Ricardo su elección como marido y luego niega haberlo hecho. Tristán lleva un papel de Marcela a su señor, pero éste lo rompe sin leerlo. Teodoro dice a Marcela que su señora quiere casarla con Fabio, y es una invención suya. De esta forma, las nimias acciones de la condesa, el encierro de Marcela y el bofetón a Teodoro, destacan como lo que son: la prueba esencial de su amor por el secretario.

En el tercer acto, tal como destaca la introducción a la obra del Centro Virtual Cervantes, los dos disfraces de Tristán, de rufián y de mercader griego, tendrían que haber desembocado en dos acciones contrarias: la muerte y el nacimiento de Teodoro como noble. Sólo la última tendrá lugar y además es de nuevo una falsedad. La comedia está formada, pues, esencialmente por palabras. Pero a través de ellas, vemos a unos personajes espléndidos luchando con sus sentimientos, arriesgándose, hasta llegar al gozoso «fortuna, tente, tente» final.

El Perro del Hortelano‘El perro del hortelano’ se publicó en 1618, y debió escribirse entre 1613 y 1615; fue muy pronto traducida a varios idiomas y pasó a formar parte del repertorio europeo. Habitualmente se programa en todo el mundo pero solamente ha sido representada una vez por la CNTC, en 1989. Tendrá que haber una tercera pronto.

Este montaje se estrenó en la pasada edición del Festival de Teatro Clásico de Almagro. Según Eduardo Vasco, ‘contiene lo mejor de Lope: su mirada optimista sobre la vida, el inconformismo descarado ante la adversidad, la natural elegancia que embellece cada situación, y la lírica sobre todo, señalando con su huella sublime e imperecedera cómo el autor reina sobre todo, una lección sobre lo imprevisible que debe ser una comedia, sobre las ventajas de la mezcla de géneros y la audacia necesaria para enfrentarse a los límites». Es así, pero no ha sido así.

Texto completo

Vídeoclip de la obra

VALORACIÓN DEL ESPECTÁCULO (del 1 al 10)
Interés: 7
Texto: 8
Dirección: 5
Interpretación: 6
Realización: 5
Producción: 5

COMPAÑÍA NACIONAL DE TEATRO CLÁSICO
Temporada en el Pavón 2011-2012
EL PERRO DEL HORTELANO, de Lope de Vega.
Dirección: Eduardo Vasco.
Duración: 1 h. 50´
Hasta el 23 de diciembre

ESPACIO SONORO: Eduardo Vasco
DISEÑO DE MAQUILLAJE: Joel Escaño
ASESOR DE VERSO: Vicente Fuentes
ILUMINACIÓN: Miguel Ángel Camacho
SELECCIÓN DE VESTUARIO: Lorenzo Caprile
ESCENOGRAFÍA: Carolina González
VERSIÓN Y DIRECCIÓN: Eduardo Vasco

REPARTO
Teodoro, secretario: David Boceta
Tristán: Joaquín Notario
Diana, condesa de Belflor: Eva Rufo
Fabio / Antonello: Alberto Gómez
Otavio / Furio: Pedro Almagro
Anarda: María Besant
Dorotea: Luisa Martínez
Marcela: Isabel Rodes
Marqués Ricardo: David Lorente
Celio: Diego Toucedo
Conde Federico: Miguel Cubero
Leónido: David Lázaro
Lirano / Camilo: José Juan Rodríguez
Conde Ludovico: José Luis Santos

Músicos:
Viola de gamba: Alba Fresno
Arpa: Sara Águeda
Percusión: Eduardo Aguirre de Cárcer

Representaciones
Festival de Teatro Clásico de Almagro : 1-10 de julio de 2011
Madrid (Teatro Pavón): 18 de septiembre – 23 de diciembre
Toledo (Teatro Rojas): 13-14 de enero de 2012
Logroño (Teatro Bretón): 20-21 de enero de 2012
Jerez de la Frontera (Teatro Villamarta): 10-11 de febrero de 2012
Alicante (Teatro Principal): 24-25 de febrero de 2012
Sevilla (Teatro Lope de Vega): 7-11 de marzo de 2012.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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