Él, Salvador Dalí, por J.C.Deus

Yo Dali_5439Como personaje, el mejor; como artista, quién sabe. El centenario del nacimiento de Salvador Dalí en 2004 demostró que los enanos, movidos por la envidia, suelen conspirar contra el tamaño de los gigantes inclasificables. Como que ha tenido que esperar siete años el estreno de la ópera que el ministerio español de Cultura encargó para conmemorarlo. ‘Yo, Dalí’, con música de Xavier Benguerel y libreto de Jaime Salom, es una obra madura y seria, aceptable en su resultado y discutible en su concepción. El libreto insiste en el dalí anecdótico y en la gala perversa cuando era ocasión de salir de los tópicos y descubrir la compleja humanidad de tan enormes personajes, y la música se mantiene fiel y pegada a los convencionalismos ‘modernos’ de hace cincuenta años, que tan mal están envejeciendo. Se estrena una ópera española, que no es poco. Es aceptable, que ya es mucho. La imaginación y el riesgo deberían haber volado más alto.

‘Yo, Dalí’ no tiene nada que envidiar a ‘La página en blanco’. Sin embargo, Jurado estrenó en el Real entre clamores mediáticos, y se han necesitado siete años para que Benguerel estrene en la Zarzuela, un apaño que viene a demostrar que zarzuela y ópera son lo mismo y sus respectivas sedes deberían complementarse. Nos pareció también superior a ‘El viaje a Simorgh’ de José María Sánchez Verdú y a ‘Faust-bal’ de Leonardo Balada, por citar lo último de la producción nacional operística.

Yo Dali_5308Tal como explica el programa de mano -jugoso en estos tiempos famélicos- la obra se desarrolla en español, catalán e inglés, con algunas gotas de francés, y gira en torno a dos personajes principales: Dalí y Gala, de manera que son episódicos los demás, aunque sean tan famosos como Paul Éluard, Luis Buñuel o Federico García Lorca. Está escrita en cuatro actos que se representan en dos partes y la obra, ya musicada, alcanza una duración de dos horas. Los actos primero, segundo y cuarto constan cada uno de cuatro escenas mientras el tercero es una escena única. Trece escenas, todo un desafío.

Dalí está encarnado por un barítono y Gala por una mezzosoprano, además hay tres
tenores (Éluard / Superstar, Goemans y García Lorca), dos bajos (Padre de Dalí /
Director del circo y Buñuel) y otro barítono (Gerente). Hay otro par de cantantes episódicos, varios personajes mudos, un coro y una bailarina para la escena final. La orquesta lleva maderas a tres, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones, tuba, timbales y cuatro percusionistas, además de cuerda.

Yo Dali_5459Gira en torno a la personalidad de Dalí y a su relación con Gala. Un genio enloquecido por su propio talento, su protagonismo histérico y su afán de dinero, incluso por una retorcida sexualidad que le lleva a amar compulsivamente a una mujer que será madre, amante e incluso enemiga, y de la que dependía para todo. Gala es su musa perversa que abandona a su marido y a su hija por él, que lo maneja, lo admira y desprecia en iguales exageradas dosis, pero que le sigue hasta la muerte. Dos enfermos, pues. Por el contrario, Dalí y Gala fueron mucho más que eso.

Estamos ante un buen libreto desde el punto de vista formal, que demuestra que los libretos los deben escribir los literatos, como la música la hacen los músicos. Ya hemos señalado que conceptualmente es tímido y hace el juego a la mala imagen actual daliniana, manchada de antifranquismos tardíos y de prejuicios miserables. Música y texto se ensamblan muy acertadamente. Pero la música se mantiene en un tono discreto que nunca se eleva hacia regiones emocionantes, pasajes sorprendentes y terrenos fronterizos: no es daliniana. Y encuentra su principal hándicap en el canto, como les ocurre a casi todos los compositores operísticos españoles y del mundo. Las disonancias instrumentales resultan más accesibles que las vocales. Es imposible salvar la barrera de la artificialidad, la ausencia de coherencia, de belleza y de armonía que las voces experimentan. No hay intervenciones destacadas de los cantantes, no hay apenas combinación de voces. Todos los papeles cantan igual, poco más que recitan frases siempre acentuadas donde no puede ser y además es imposible.

Yo Dali_5489La dirección musical es pulcra y cumple sobradamente. La dirección escénica se mantiene en el tono convencional de la historia. Nos gusta la serie de cuadros cortos que componen los cuatro actos y el modo en cómo se suceden. Pero la escenografía no aporta nuevas ideas a lo ya frecuente en los escenarios, y si algo hay que destacar es la iluminación.

Insistimos en lo que tiene peor arreglo: ese tratamiento de las voces con agudos disonantes en las últimas ‘siLALABABAS’, ese monótono ‘parlicanto’. ¿Sonaba quizás mejor cuando cantaban en inglés? Los creadores de ópera españoles actuales deben aprender de la zarzuela. O hacer zarzuela sin complejos. ¿Por qué ‘Yo, Dalí’ no es una zarzuela?

La valoración del compositor Tomás Marco en el programa de mano, es de encargo y por tanto laudatoria y diferente a la nuestra: ‘El canto no es convencional pero tampoco es un anti-canto, desarrollándose muy lógicamente y con la existencia de verdaderas arias modernas… casi siempre subrayando, cuando no exagerando, situaciones que en la mayoría de los casos rayan el esperpento’.

Yo Dali_5358Y añade: ‘El entramado instrumental de toda la ópera es sutil, ya que la orquesta es amplia, pero está muy meditadamente distribuida y sólo cuando es estrictamente necesario suena plenamente. Benguerel usa de su gran experiencia en la escritura concertística. Llama la atención la eficaz y bastante persistente presencia de conglomerados tímbricos de xilófono y marimba, a los que en ocasiones se unen también vibráfono y celesta’.

Para Marco, ‘no estamos ante una ópera del pasado sino ante una ópera de hoy que habla al hombre de nuestros días, con su propio lenguaje, y de algunos de sus propios problemas. Tampoco estamos ante una ópera del futuro y no sólo porque eso es siempre utópico sino porque el compositor no ha pretendido hacer una obra experimental. Un lenguaje de hoy, una ópera de hoy y para hoy. Eso es más que suficiente’. Cierto.

Yo Dali_5438Sólo falta puntualizar que vestidos todos igual, en escenarios todos parecidos, narrando linealmente una historia trillada mediante una música sin sorpresas, y coordinados todos los elementos de la ópera en un tono correcto pero anodino, ‘Yo, Dalí’ finalmente agrada sin entusiasmar. Fue un proyecto difícil desde el principio: al menos y felizmente ha llegado a término.

Buena clausura del festival operadhoy 2011. Que debería coordinarse con el Real y la Zarzuela para convertirse en su conjunta aportación actual y simbiótica, operazarzuelística, valga el palabro.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Argumento, 4
Libreto, 7
Partitura, 7
Dirección musical, 6
Dirección artística, 5
Voces, 6
Orquesta y Coro, 7
Interpretación, 5

YO, DALÍ
Ópera de Xavier Benguerel para 11 voces, orquesta y coro.
Estreno absoluto.

Jaime Salom, libreto
Xavier Albertí, director de escena
Escenografía, Quim Roy
Vestuario, María Araujo
Iluminación, Juan Gómez-Cornejo (A.A.I.)
Coreografía, Roberto G. Alonso

Joan Martin-Royo, Dalí
Marisa Martins, Gala
Antoni Comas, Paul Eluard
Hasmik Nahapetyan, Ana Dalí
José Antonio García, padre de Dalí
Javier Roldán, Maître
Mariano Viñuales, Buñuel
Carlos Cremades, Lorca

Orquesta de la Comunidad de Madrid
Miquel Ortega, director musical
Coro del Teatro de La Zarzuela
Dirección: Antonio Fauró

OPERADHOY 2011
8,10 y 11 de Junio de 2011
TEATRO DE LA ZARZUELA

Producción de operadhoy, Teatro de Zarzuela y Gran Teatre del Liceu
próximas funciones Liceu: 19,21,23 de octubre de 2011.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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