Una cierta impostura, señora González, por J.C.Deus

lidell-1‘Maldito sea el hombre que confía en el hombre: un projet d’alphabétisation’ es una obra tan larga y pretenciosa como su título, destinada a consagrar a Angélica Lidell como rebelde oficial del reino. No importa que sea una floja performance, que carezca de novedades y originalidades reseñables, que sea insoportablemente aburrida y obscenamente pretenciosa. Si no tuviera tantas y tan cerradas defensas en el Establishment cultural la juzgaríamos con más indulgencia. Si nos dejáramos llevar por la compasión y la empatía que nos genera su sufrimiento existencial, ejerceríamos la -tan despreciable para ella- misericordia, un arma de humanidad mucho más potente que sus provocaciones de énfant terrible tan antiguas y tan estériles. El emperador está desnudo pero no conviene decirlo. Ya lo proclama Ansón: “Angélica Liddell es el terrorismo hirviente de la mirada, la boca anidada de chispas desesperadas, el gemido orgásmico que entristece, la ceniza habitada por el sollozo”.

“Gracias al teatro organizo el dolor y lo comprendo”. De acuerdo, Angélica. Te sirve, es su catarsis de usted, su descarga, su equilibrio. Pero hay que darle algo más al público que manidos alegatos, ristras de blasfemias, escenografías baratas, carreras y espasmos, ruidos y una banda musical a base de repetir Schubert y cantar algunos superventas de la infancia. El festival la presenta como ‘una pieza visual y psicológicamente potente, de nuevo crítica, controvertida y sobrecogedora’. Un grupo de niñas recitan el alfabeto (francés, por supuesto) y juegan al recreo durante minutos y minutos; Angélica y su amiga escuchan una y otra vez una sonata de Schubert en el siguiente cuarto de hora. Sacan unos conejos muertos que esparcen por el escenario; deshojan un libro cuyas páginas cuelgan de árboles pintados; llenan el escenario de latas vacías de cerveza que arrojan contra las paredes insistentemente; corren y saltan, se tumban aquí y allá a menudo espatarradas, simbólico hallazgo de rebelión femenina feminista… Así pasa otra media hora. Angélica dispara un par de parrafones y llegan los acróbatas que dan saltos y saltos por el escenario con comba y sin comba. Más Schubert; más apertura de piernas; más guiños a Francia. Un par de nostálgicas canciones francesas de aquellos tiempos que la artista nos ofrece. Una broma muy larga con los electricistas y la falta de corriente. Morricone a todo trapo. Un lobo disecado y una cabeza de lobo disecada. Una procelosa exhibición de vello púbico a cargo de la amiguita de la artista. Y un intermedio para reponerse después de más de hora y media de función consumida de tal forma. Algunos no nos repusimos y sentimos por ello no poderles relatar la segunda parte.

lidell-5“Siento un asco profundo por todos nosotros, siento pena por la tierra, por tener que soportar esta carga de indignos… (Esta pieza) es lo que queda después de la masacre, lo que queda tras el dolor. Y lo que queda es, por supuesto, la desconfianza. ¿Qué camino de decepciones hay que recorrer para llegar a separarse de la idea de humanidad? ¿A cuántos tipos despreciables hay que conocer para suplicar que ya no vuelva a ser concebido un solo niño más sobre la tierra?’. Este mensaje provocador y nihilista tiene al menos un siglo de prolífica y ya cansina existencia en el arte occidental, en la literatura y en el teatro en particular. Nuestra sociedad necesita ‘malditos’ institucionales, radicales que llaman al suicidio y al crimen desde lo alto de la pirámide. Y es mucho más patética su impostura que la del resto, los que asumen la realidad y se aprovechan en lo que pueden de ella con mejor o peor estilo y maneras. Sólo quedan al margen los marginales de verdad -que no llevan uniforme, que no presumen, que de verdad a veces son felices y a veces lloran- y esos jamás serán subvencionados conjuntamente por el gobierno y la oposición.

Tenemos un grave problema generacional en este país, el que representa la generación de Angélica y el agravado de la siguiente generación. Narcisismo y falta de carácter. Mimos y mala educación. Simulación en vez de sentimientos. Poses en vez de voluntad. Una bayeta mágica de televisión y desamor les ha desnortado. Reflejar la banal sociedad del espectáculo y del simulacro es quizás el mérito de ‘Maldito sea el hombre que confía en el hombre: un projet d’alphabétisation’. Pero Lidell debería enfrentarse antes o después al hecho de que ha pasado el tiempo de los gritos y los ademanes, que la rebelión hoy está hecha de humildad y silencio, de sinceridad y renuncia, tras los aspavientos colectivos del pasado siglo. Cuando lo haga, y deje de dar doctrina desfasada, sus muchos méritos en el escenario encajarán. A sus 45 años va siendo hora. Ojalá ocurra.

lidell-3En 1993, Angélica González, de nombre artístico Liddell, (Figueres, 1966), funda Atra Bilis Teatro, compañía con la que ha montado dieciséis creaciones. Autora, directora y actriz, ha ganado numerosos galardones. Sinceramente sentimos tener que decir que la trayectoria no es ascendente en relación a La casa de la fuerza, su anterior éxito de la temporada 2009-2010.

Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Concepción: 5
Texto, 3
Música: 6
Dirección, 5
Escenografía, 3
Interpretación, 5
Realización, 5
Producción, 5

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‘MALDITO SEA EL HOMBRE QUE CONFÍA EN EL HOMBRE:
UN PROJET D’ALPHABÉTISATION’
Atra Bilis / Angélica Liddell
– ESTRENO ABSOLUTO –

Actores: Fabián Augusto Gómez, Lola Jiménez, Angélica Liddell, Carmen Menager y Johannes de Silentio.
Acróbatas: Xiaoliang Cao, Jihang Guo, Sichen Hou, Haibo Liu, Changsheng Tian.
Niñas: Ana Boston, Alba Braybrooke, Florence Braybrooke, Alicia Díez, Lara Lussheimer, Carmen Montplet, María Morales, Paloma Paniagua y Blanca Torrado.

Escenografía, vestuario y dirección: Angélica Liddell
Diseño iluminación: Carlos Marquerie
Profesor de Taichí y coreografía: Ángel Martín Costalago
Realización de escenografía: Light Expo, Josune Cañas
Taxidermia: Taxidermia Arte Ibérico, S.L.
Pianista grabación funciones: Alina Artemyeva
Sonido: Félix Magalhães

Producción: Iaquinandi S.L.
Coproducción: Festival de Otoño en primavera y Festival d’Avignon
Con el apoyo de: Comunidad de Madrid y Ministerio de Cultura –INAEM

Naves del Español – Matadero Madrid
19, 20 y 21 de mayo a las 20.30 horas, y 22 de mayo a las 19 horas
Duración aproximada: 2 horas y 30 minutos (con intermedio).

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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