Una historia con muchas historias, una sucesión de diálogos y monólogos sin más ilación que la vida, unidos por un pasodoble, un ciruelo que da una manzana, y un rosal que parecía muerto y no lo estaba. ‘Delicadas’ es el tercer acierto seguido del director Alfredo Sanzol, y como a la tercera va la vencida, lo confirma entre lo mejor de la generación de la Transición. Enorme capacidad de observación, mirada sin anteojeras, y mucha ternura para hablar de este mundo cruel sin cabrearse. La compañía ‘T de teatre’ son cinco jovencitas que en 1991 decidieron luchar juntas y van a seguir aún haciéndolo. Cuatro de ellas son las delicadas y poderosas damas de esta sobresaliente pieza.
Construida con fragmentos de conversaciones dispares, con trozos de banales sucesos cotidianos, con elementos que en apariencia no tienen relación, cuatro mujeres y dos hombres van representando 18 sucesivas pequeñas historias sin solución de continuidad, sin más cambios en el escenario que los del cielo que nos cubre a todos. Un árbol, un arbusto, algunas sillas, una maleta, un crucifijo, poco más.
“Esta pieza está dedicada a mi abuela y a sus hermanas. Es una manera de devolverles su cariño, de intentar comprender aquello que sabemos que nunca entenderemos”. Sanzol nos trae retazos de su vida y de la nuestra, de conversaciones que hemos oído todos, de personajes que conocimos de niños o de jóvenes o incluso antesdeayer mismo. Una mujer que guarda las hebras de hilo que le sobran después de coser, como hacían nuestras madres. Y los vasitos de los yogures, para plantar semillas. Un hombre que quiere hacerse amigo de su hija en Facebook, como algunos de ustedes. Alguien que se va a la guerra. Una abuela que pierde memoria y unos nietos que andan por esos mundos de dios. Mujeres al borde de un ataque de nervios, mujeres bregadas, mujeres que llevan los pantalones y las faldas.
Una pintora que consigue vender uno de sus cuadros. Un concierto de platillos. Una foto de la novia desnuda. Cosas que conforman una vida y que van pasando hasta que ya no pasan más. Alfredo Sanzol (Madrid, 1972) entra en los cuarenta con sensatez y oficio, dirigiendo sus textos, y habiéndonos ofrecido antes de ésta, otras dos grandes contribuciones, ‘Sí, pero no lo soy’ y ‘Días estupendos’. Los que aman las comparaciones dirán que la mejor fue la primera, pero tuvo a su favor la sorpresa. En las anteriores y en ésta, la materia prima está escogida con esmero, y el cocinero aplica un estilo casero original, sabroso, sin aditivos, el potaje del teatro universal.
La compañía ‘T de Teatre’ -siete espectáculos (entre ellos, las conocidas ‘Hombres’ o ‘Criaturas’), 2.300 funciones, 830.000 espectadores- encargó a Sanzol un texto, y éste escribió ‘Delicadas’.
‘Cuando eres pequeño la imaginación completa a toda velocidad lo que no sabes, y creo que Delicadas es una ensoñación que necesitaba fabricar, una deuda pendiente’. En 2008 hizo Sí, pero no lo soy (4 nominaciones premios Max 2009) para el Centro Dramático Nacional. En abril de 2009 dirigió La cabeza del Bautista, dentro del tríptico Avaricia, lujuria y muerte de Valle-Inclán. En 2010 llegó el turno de Días estupendos, todo para el Centro Dramático Nacional, que puede enorgullecerse de haberlo puesto en órbita, cumpliendo una obligación que no siempre se cumple.
‘Delicadas es una historia de muerte y de su resurrección. Una historia en la que vivir es más importante que cómo vivir. Mi abuela creía en el
cielo y, al levantarse, lo primero que hacía, antes de visitar las plantas, era mirar hacia arriba. Y al acostarse, lo último, también mirar hacia arriba, mirar la cielo. Mujeres con los pies en la tierra y la mirada en el cielo. Esa ha sido la clave para construir un espacio en el que estos dos elementos, tierra y cielo, aparecen literalmente. Puede que ellas pertenezcan a otro tiempo. Un tiempo perdido. Un tiempo de hombres y mujeres que vivieron entre el cielo y la tierra. Puede que nosotros creamos que ya no somos como ellos. Puede que los miremos como si aquel tiempo esté ya superado. No lo sé’.
Lo mejor de Sanzol es eso, que reconoce que no sabe, que parece no tener ínfulas de oráculo ni delirios de grandeza. El autor/director ha vuelto a apoyarse en su equipo técnico habitual, el cual engarza con acierto una escenografía simple y estática en la que bastan detalles mínimos, combinados con parecida sutileza en la iluminación y el vestuario, para acoplarse a los sucesivos ‘sketches’. Todo sigue el estilo de la levedad detallista opuesto al de las parafernalias abrumadoras, los dos polos entre los que se mueve la forma de representar.
Carmen Pla, que adivina que el perro se ha escondido al pasar el tren y no está muerto; Mamen Duch, que da buenos consejos a sus nietos; Marta Pérez, que se las sabe todas de los hombres y Ágata Roca, que posa desnuda para su novio que está en el frente de batalla. Cuatro delicadas actrices que hacen todas estas cosas y muchas más, desdobladas en registros emocionantes y vívidos, y escoltadas por dos actores a su altura. Mejor dicho, a su bajura, porque la clave de Delicadas está en haber captado el sutil equilibrio de la pareja tradicional que ha mantenido el mundo rotando unos cuantos miles de años, esa simbiosis de mujeres mandonas y hombres dóciles que trasmutan cuando atraviesan el umbral del domicilio conyugal en mujeres sumisas y hombres muy machotes para la galería.
Los monólogos son incluso superiores a los diálogos y recibieron al menos tres ovaciones el día del estreno. El banal y mundano público de estos eventos aceptó de buen grado la ‘diferencia Sanzol’, alguien que no hace sangre con el pasado y la tradición, que no plantea memorias manipuladas, que no cultiva la nefasta ‘political correctness’. Y ese es un mérito más a sumar a lo que celebramos.
Aproximación al espectáculo (del 1 al 10)
Argumento, 7
Texto, 9
Dirección, 7
Interpretación, 8
Realización, 7
Producción, 7
TEATROESPAÑOL
DELICADAS
Autor: Alfredo Sanzol
Dirección: Alfredo Sanzol
Compañía: T de Teatre
Del 15 de abril al 15 de mayo
Intérpretes:
Mamen Duch
Marta Pérez
Carme Pla
Albert Ribalta
Jordi Rico
Àgata Roca
Escenografía y vestuario: Alejandro Andújar
Iluminación: Albert Faura (A.A.I.)
Sonido: Roc Mateu
Producción ejecutiva: Daniel López-Orós
Dirección técnica: Judit Vidal
Una coproducción de T de Teatre y Grec Festival de Barcelona. Con el apoyo del Institut Català de les Indústries Culturals de la Generalitat de Catalunya y el Ministerio de Cultura INAEM
