‘Revulsivo Mortier’ en el Teatro Real, por J.C.Deus

MORTIER-nuevo-dir-artistico-RealOnce óperas y tres ballets forman la próxima temporada 2011-2012 del Teatro Real. Su director, Gérard Mortier, la presentó con una larga exposición ante casi un centenar de periodistas, calificándola de ‘exigente’, se supone que en el sentido de comprometida más que en el de caprichosa o despótica. Pero apuntó su preferencia por ganar nuevos públicos más que por contentar al existente. Las dificultades de esta transición con aires de ruptura, y en un desfavorable contexto de crisis, representan un gran riesgo conscientemente asumido. Deseamos y confiamos en que salga bien.

Podrá decirse lo que se quiera de Mortier pero no que no sea consecuente y que no actúe de forma previsible. Explica la primera temporada cien por cien suya, -pues en la actual ha tenido que coexistir con la programación de su antecesor-, en tres apartados: Clásicos del siglo XX, Nuevos horizontes, y Otras perspectivas. La acertada iniciativa de publicar una detallada explicación nos libera de informar punto por punto, y nos permite pasar a lo destacable.

La selección del siglo XX la conforman ‘Electra’ de Richard Strauss, ‘Pélleas et Mélissande’ de Claude Debussy y ‘Lady Macbeck de Mtsenk’ de Dimitri Shostakovich. Mortier destaca la presencia del pintor Anselm Kiefer a cargo de los figurines de la primera, de Bob Wilson a cargo de la dirección artística en la segunda, y de Eva-Maria Westbroeck interpretando a Katerina Ismalova, la protagonista de la tercera.

Los nuevos horizontes son para captar nuevos públicos. La propuesta más rumbosa es ‘The life and death of Marina Abramovic’, en la que esta aclamada artista serbia que se define como ‘la abuela del arte de la performance», describe no sólo su vida pasada sino también su muerte futura, con música del cantante pop Antony -‘porque el canto es más que el bel canto’, Mortier dixit-, otra escenografía de Bob Wilson y la presencia del actor Willem Dafoe: un Teatro Real realmente muy cambiado.

La secunda C(h)oeurs, un proyecto de otro ‘modelno’ de la escena europea, Alian Platel, usando músicas de Wagner y Verdi para dilucidar en la relación individuo-masa a partir de las opiniones de Vargas Llosa sobre lo público y lo privado en reciente artículo.

Teatro_Real_(Madrid)_03Y completan el cuarteto de nuevos horizontes, Poppea e Nerone de Claudio Monteverdi en orquestación de Philippe Boesmans y por tanto bien diferente a la versión barroca de hace dos temporadas, y Ainadamar, de Osvaldo Golijov, una extraordinaria amalgama musical de sonidos hispanos sobre la figura -una vez más- de Lorca. Para captar nuevo público, se ofrecerán 16.000 entradas a menos de 40€.

En cuanto al tercer apartado de la temporada 2011-2012, las ‘Otras perspectivas’, ‘obras del repertorio operístico menos conocidas’ según Mortier, I due Figaro nos permitirán degustar a un Mercadante semiespañol en dúo musical artístico encomendado a Ricardo Mutti y Emilio Sagi, mientras el Cyrano de Bergerac de Franco Alfano asegurará la presencia de Plácido Domingo, su descubridor dispuesto a ejercer de tenor antes de protagonizar Il Postino en la temporada siguiente, y Iolanta/Perséphone nos permirtirá asistir a un duelo inédito Chaikosvki-Stravinski con la presencia del mítico escenógrafo Peter Sellars por primera vez en estos lares. Un cuarteto que completa La clemenza di Tito, la ópera de Mozart revindicada insistentemente por Mortier como equiparable a La flauta mágica, cuya presentación escénica correrá a cargo de los respetados hermanos Hermann.

Para presentar la temporada, Mortier ha redactado un bonito texto en el que trasluce sus preferencias en el viejo duelo teatro-música cuya síntesis constituye el muy noble género denominado ópera. Termina así: ‘El teatro occidental representa un momento privilegiado en la historia de la civilización y se convierte en un modelo para Claudio Monteverdi: su teatro se llamará dramma per musica. Todos los grandes compositores le siguieron: desde Händel a Gluck, Mozart, Wagner o Berg; desde Verdi a Dallapiccolla, por poner sólo algunos ejemplos. El teatro es siempre una reflexión sobre la condición humana; tanto más cuando lo sufraga el presupuesto público, por lo que normalmente debería servir para defender los valores de una constitución democrática. Este teatro puede ser muy gozoso porque nos libera de nuestras pesadillas. Sería un error pensar que lo trágico no puede ser popular, como lo demuestran Shakespeare, Mozart o Verdi. Este teatro nada tiene que ver con un teatro populista que sólo está al servicio de los instintos. Siempre intento reflejar estas ideas heredadas del teatro griego en mi programación y espero que el público me acompañe por este laberinto, a veces alarmante pero en el que debemos perdernos –como Tamino en La flauta mágica– para encontrarnos de nuevo’.

Bien. Mortier está ahorrando y dice que no va a pasarse de 200-300.000€ por escenificación. El Teatro Real está cambiando de modelo, de un presupuesto subvencionado mayoritariamente, a una potenciación del patrocinio (+20%) y del alquiler de sus prestigiosos espacios (+30%). Reduce gastos y se olvida de producciones propias. Quiere suplir con ingenio ciertos dispendios del pasado. Todo ello es positivo, y todo ello es necesario.

Únicamente tenemos tres dudas: primera, si el tránsito de una programación convencional a otra vanguardista no alejará a un público fiel al que se debe todo; si toda programación no debiera incluir siempre algún ‘rossini-puccini-bellini-verdi’; segunda, si el debido respeto y fomento del patrimonio español debe dejarse ya de rodeos y acometer la asignatura pendiente, programar zarzuela de alto nivel cada temporada, con revisiones orquestales y de libreto, con las mejores batutas y los mejores escenógrafos ¡Qué jugada del destino si el artífice de ello fuera un oriundo de ese Flandes donde residen las mayores incomprensiones hacia España de todo el continente europeo! Y tercera, si Mortier llegará al final de su contrato. Reciba desde aquí un rotundo voto de confianza.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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