Animalitos en la penumbra, por J.C.Deus

26-1-10.Matadero.Penumbra Foto Andrés de Gabriel (8)

Llevar al teatro la realidad es difícil; pero llevar lo que está más allá de la realidad, debajo o al otro lado de los hechos, de los actos, de las palabras y de los silencios, es casi imposible. Animalario lo ha intentado con todos los elementos -trabajo colectivo, reflexión, tiempo, energías y creatividad- que hacen de esta compañía una de las más serias del panorama actual. Y lo ha conseguido. ‘Penumbra’ es una de las mejores obras españolas de lo que va de siglo. Y sospechamos que también podría serlo (no conocemos el percal lo suficiente) a escala europea. Una propuesta seria, dios sea loado. Una obra de reducidas dimensiones para tiempos de mudanza. Una inquietante indagación tras las apariencias.

Calificación del espectáculo (del 1 al 10)
Argumento, 7
Texto, 8
Música, 7
Dirección, 9
Interpretación, 9
Realización, 8
Producción, 7

La vida no es lo que parece. Balo la banalidad cotidiana se esconden los infiernos y purgatorios de la existencia. Una pareja madura con su hijo único van de vacaciones como todos los años a la casa de los padres de él junto al mar. Junto a lo anodino empiezan a ocurrir discordancias. La trama circula a tres niveles: las apariencias, las psicopatías y los automatismos; la Máscara, la Sombra y la Marioneta.

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Estamos en un universo que limita al norte con el teatro angustioso de Samuel Beckett y al sur con The Sinning (El resplandor), la celebrada película de Kubrich; un territorio en el que pronto descubres anormalidades e inmediatamente sospechas tragedias, en el que el hombre ha perdido la cordura sin perder el tipo, la mujer es presa alienada del terror y el hijo es observador lúcido, desdoblado en actitudes obedientes de títere y visiones alteradas de conciencia.

Los tres personajes deambulan por el andamiaje de su casita veraniega, se sientan alrededor de la gratificante sopera y se asoman a las ventanas sin decidirse nunca a bajar a la playa. El hombre tiene constantes pesadillas; la mujer sufre atávicos miedos; el hijo percibe aproximarse el desastre. Los abuelos viven en una dependencia anexa, condicionando todo con su presencia invisible. Y un personaje misterioso se mueve por los rincones, observa todo desde el tejado, consuela al padre, hace el amor con la mujer y plantea al niño respuestas para que éste descubra las preguntas.

26-1-10.Matadero.Penumbra Foto Andrés de Gabriel (9)

Animalario ha realizado una obra colectiva en la que sus miembros han rememorado sus miedos personales para trazar una ruta a través de la penumbra, un territorio fronterizo entre los mundos consciente e inconsciente, entre la personalidad oficial y lo que se esconde debajo, entre lo que mostramos ladinos y ocultamos odiosos. De ese trabajo colectivo de creación se deduce el aspecto nebuloso de la obra, los meandros del argumento y los pasadizos sin salida. El personaje sin nombre se transformará en un inválido que agrietará la coherencia del argumento. La violencia de género enconará el conflicto. La trama se complica. Se roza el desastre.

Todo se repite: sueños, sopa, lencería roja, caja de música. La realidad es un sueño y el sueño se hace realidad envueltos los protagonistas en plástico traslúcido, encerrados en unas vacaciones obsesivas mientras ante sus ojos se hunde un trasatlántico y se ahogan parte de los pasajeros.

“Soñar. Contar los sueños, compartir la vida. Crecer sin dolor. Eliminar el
sufrimiento de la cadena de las generaciones. ¿Quiénes son los monstruos que
nos acosan en los sueños? Cuatro personajes y un intruso convocados por un
sueño en la casa de la playa. El mismo verano de todos los años”. Con estas
palabras, el director Andrés Lima resume Penumbra.

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Una obra que arrancó en uno de los ya habituales talleres creativos de la compañía, durante diez días en abril del pasado año. Andrés Lima propuso como tema ¿qué es lo que más os duele?”. Incomunicación, ansiedad, miedo físico, locura… De las derivas que fueron apareciendo del trabajo en equipo, de la improvisación, del aflorar de los sentimientos, surgieron texto, trama, escena.

‘A menudo, en un sueño, una persona es otra persona. Aparece alguien conocido, pero sabemos que no es él, sino otro. Esto “se sabe” en el sueño. En el sueño “se sabe” más allá de la apariencia del sueño. Tampoco mi rostro corresponde a la de la persona que tú sabes que soy. Sin embargo, eso sólo te dará miedo cuando despiertes y, por fin, sepas quién soy’. (Silencio). ‘Pero el hecho de que una persona en un sueño pueda ser otra persona. ¿Significa que cualquier cosa puede pasar? Aunque parezca que todo vale, es
posible descubrir una lógica interna de la cual nadie es responsable excepto el autor, que es usted, si es que sigue ahí todavía. ¿Sigue ahí?’.

Juan Cavestany y Juan Mayorga seleccionan de su texto esta intervención del personaje misterioso como botón de muestra. Yo hubiera seleccionado otras: la puesta en cuestión de la interpretación de los sueños, o la teoría de la casa como escondite donde no ser visto y sobre todo, desde donde no ver a los demás.

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Éste es el decimotercero espectáculo de Animalario en catorce años de existencia. Es una propuesta que demuestra madurez. El elefante inexperto en la cacharerría social ha dejado paso al esfuerzo por saber de la condición humana. Una excelente noticia todo lo que sea alejarse de progresismos de salón y politizaciones oportunistas. La sala llena, el interés y el apoyo del público presente, demuestran que es posible un teatro auténtico y sincero, que es necesario un trabajo duro y esforzado para aportar nuestro granito de arena.

Un reconocimiento especial merece la dirección de Penumbra, donde todo es excelente y original. Excelente el trabajo con los actores, el tono ensoñador general, la irrupción de gestos trastornados, los paréntesis de movimientos mecánicos. Excelente el resultado de una escenografía de tablones y plásticos que podía haber sido un timo de las rebajas de enero pero se eleva a la altura de la propuesta de una forma mágica que nos admira. Excelente la iluminación, que es la contribución básica al argumento. Excelente la música. En fin, una fuerte poética interna sujeta la confusión movediza. En un momento se corre el riesgo de que todo el artificio se derrumbe -con la aparición del inválido- pero por fortuna no llega a ocurrir gracias a una duración mesurada que es otro acierto a reseñar en un momento en que todo el mundo lo pretende grande, grande aunque no ande.

Andrés Lima dirigió Urtain en 2009. Ya lo celebramos entonces. El trabajo aquí es aún mejor. Juan Cavestany, autor de aquella pieza, se ha unido esta vez a Juan Mayorga (La tortuga de Darwin, La paz perpetua, la versión de Platonov de Anton Chejov, todas obras que hemos reseñado en su momento) en este ensamblaje a cuatro manos bien escrito y tramado.

El papel de Luis Bermejo es un acierto, original y conmovedor. Nathalie Poza y Alberto San Juan, que hicieron Tito Andrónico con Andrés Lima, están convincentes en una pareja al mismo tiempo trivial y psicópata, que vive soñando y sueña viviendo, que oscila entre comedia y tragedia, a los que -literalmente- mueven los hilos de un destino ciego e insoldable. A Guillermo Toledo le toca encarnar a la penumbra, una hermosa palabra procedente del latín ‘paene’ (casi) y ‘ombra’ (sombra). La casi-sombra. Nos
llegó su expresión triste, sus movimientos huidizos, su hablar sepulcral.

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La penumbra está entre lo que llamamos Realidad y lo que Carl Jung llamó Sombra, nuestro lado vergonzoso y sombrío. En la penumbra todo es fantasmal, una mezcla de hechos y sueños que asusta y fascina sin que podamos comprender. Quizás la vida pueda ser un Animalario en la Penumbra, un depósito de animales destinados por los dioses a la experimentación en pos de una especie realmente humana, situado casi en el envés, del otro lado de lo que nos parece ver.

PENUMBRA
De Juan Mayorga y Juan Cavestany
Dirección de Andrés Lima
Del 27 de enero al 20 de marzo

Intérpretes
Luis Bermejo, Niño
Nathalie Poza, Madre
Alberto San Juan, Padre
Guillermo Toledo, Penumbra

Equipo Artístico:
Diseño iluminación Valentín Álvarez y Pedro Yagüe
Diseño escenografía y vestuario Beatriz San Juan
Espacio sonoro Nick Powell
Diseño y construcción muñeco niño Román y Cia.
Producción Compañía Animalario.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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