Un tenor en liza con los puritanos, por J.C.Deus

Ayer el tenor peruano Juan Diego Flórez se enfrentó en igualado combate con ‘I puritani’, la excelsa ópera de Vincenzo Belini, en una versión de concierto para el Teatro Real. Fue un espectáculo emocionante presenciar el esfuerzo de este magnífico cantante lítico-ligero de hermosa voz y elegancia extrema, en el reto que para su voz suponía el papel de Lord Arturo Talbo, el heroico puritano que por salvar a su reina pierde a su amada. Diego Flórez tuvo no pocas dificultades, momentos brillantes y pasajes de pánico. Aún sufrió muchas más penalidades la soprano cubana Église Gutiérrez en el papel de Elvira, la desgraciada protagonista. Secundados por brillantes presencias en los papeles secundarios tan poco secundarios de esta ópera, protagonizaron una jornada a pesar de todo inolvidable, conducida desde el foso por Miquel Ortega de forma desigual, al principio con desesperante lentitud y al final acelerada.

‘I puritani’ es una de las óperas más conocidas del belcantismo y una de las más esperadas de la presente temporada, aunque haya habido que conformarse con una versión en concierto, lo que a veces dado la caprichosa veleidad que reina esta temporada en el escenario, puede ser hasta una ventaja. El argumento aumenta sus dificultades sin el refuerzo de la escenografía a la hora de distinguir tres personajes que parecen el mismo (a lo que colaboró el poco contraste tímbrico entre bajos y barítono), pero no hay efectos colaterales que distraigan al afortunado público concentrado en una música instrumental y vocal que está entre lo mejor de la ópera de todos los tiempos.

Karel Mark Chichon tuvo que ser sustituido a última hora por Ortega al frente de la orquesta y eso se notó sin duda. Su visión de la partitura nos pareció sin el suficiente brío durante toda la primera parte, pero aceptable para recrearse en una ópera que alcanza las más altas cotas de lo tradicional del género. El bajo Roberto Tagliavini hizo de padre de Elvira con maestría y fue bien secundado por Nicola Uloivieri como su hermano. El coro brilló en todo su esplendor. El público no llegó a la exaltación que se esperaba y reflejó en sus aplausos contenidos cierta decepción. Quizás todos comprendimos la dificultad de la jornada y cómo Juan y Église estuvieron justo, justo, al borde del precipicio.

Diego Flórez es un favorito absoluto del público del Real, del público español, y del público mundial. Se le considera aún en pleno crecimiento; pero el desafío de ayer para su voz clara, de luminosa plenitud, pero muy limitada de potencia, fue quizás un riesgo desmedido. Y es que este Arturo romántico y viril, fuerte y tierno al mismo tiempo, ha puesto en dificultades a todo el que con él se ha enfrentado, incluso llamándose Gedda, Pavarotti o Kraus, el que parece su referente más claro y del que Diego admira su distinción y disciplina. No abandonemos esta última y no quememos etapas. El peruano debutó en esta ópera en 2004 en Las Palmas, repitió ese mismo año en Viena y no retomó el papel de Arturo hasta el año pasado en Bolonia, cuando consideró que su voz había alcanzado el cuerpo necesario. Pero en Madrid no lo tenía.

De la voz y las aptitudes de Juan Diego poco podríamos añadir a la catarata de elogios que hoy día le rodea. Es un Plácido Domingo de voz menos potente y más dulce, de parecido físico incluso, aunque menos voluminoso, de modales que se semejan a los del madrileño en su delicadeza casi de museo antropológico en estos tiempos crudos que vivimos. Tenía contratada alguna intervención más en el Real pero no sabemos aún si el terremoto Mortier se la ha llevado por delante. Sí que hará con él «El pescador de perlas» en versión de concierto. Hace dos temporadas hizo aquí un Orfeo de Gluck absolutamente magnífico, del que estos días el Teatro Real ha presentado una muy aconsejable grabación.

I Puritani tiene tres actos. Se estrenó el 25 de enero de 1835 en el Théâtre Italien de París. Fue la última obra del compositor, que murió poco después. El libreto es confuso, pero la música está entre la más cuidada y hermosa que compuso Bellini, y brilla notable su ramalazo melancólico. El fraseo es de gran elegancia y demanda capacidades vocales importantes de los cantantes. Por eso ayer vencieron los puritanos.

I PURITANI
Vincenzo Bellini (1801-1835)

Melodramma serio en tres actos.
Libreto de Carlo Pepoli, basado en Têtes rondes et cavaliers
de Jacques-François Ancelot y Jacques-Xavier Saintine

EQUIPO ARTÍSTICO
Director musical Miquel Ortega
Director del coro Peter Burian

REPARTO
Lord Gualtiero Valton Roberto Tagliavini * °
Sir Giorgio Nicola Ulivieri °
Lord Arturo Talbo Juan Diego Flórez
Sir Riccardo Forth Fabio Maria Capitanucci
Sir Bruno Robertson Mikeldi Atxalandabaso °
Enrichetta di Francia Gabriella Colecchia *
Elvira Eglise Gutiérrez *

* Por primera vez en el Teatro Real
° Por primera vez en este papel

Coro Titular del Teatro Real
(Coro Intermezzo)

Orquesta Titular del Teatro Real
(Orquesta Sinfónica de Madrid)

DURACIÓN APROXIMADA
Parte I: 1 hora y 10 min.
Pausa de 25 min.
Partes II y III: 1 hora y 5 min.

FECHAS
29 de abril y 2 de mayo
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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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