La Escuela Yi, meditando en la transformación china, por J.C.Deus

Hasta hace tan sólo treinta años, la pintura china era exclusivamente propaganda del maoísmo -la mayor aberración de la utopía comunista en la que algunos creímos-, hiperrealismo de masas sonrientes y líderes bienamados. En ningún lugar del mundo, los excesos artísticos al servicio de una causa política fueron tan masivos y exagerados. Hay que comprender qué riesgos no correrían los primeros disidentes en plena revolución cultural pintando abstracciones en vez de niños empuñando el libro rojo del camarada Mao. Luego el régimen comenzó una transformación controlada desde arriba, no por ello menos telúrica. Y los artistas chinos corrieron al encuentro de lo que les había sido antes vetado. ‘La Escuela Yi: treinta años de arte abstracto chino’ intenta fijar la transición pictórica china en ochenta y dos obras de cuarenta y ocho artistas de los últimos treinta años. Y es un buen y atractivo trabajo.

La Escuela Yi ha sido presentada esta mañana por su teórico, el profesor chino Gao Minglu, en CaixaForum Madrid, donde podrá visitarse hasta el 16 de febrero de 2009. Es abstracción, pero abstracción trascendente, pintura resultado de meditación, y en ese sentido incluiría las tres ramas del arte occidental, abstracto, conceptual y realista. Tiene obvio significado político-social, pero es expresión de creatividades individuales plenas. Minglu dice que el concepto Yi, -lo que procede de la mente-, es difícil de entender en Occidente. Pero basta pasear por la exposición para captarlo. No estamos ante juegos diletantes, ante experimentos formales o luminosos. Reina la serenidad, la reflexión. Minglu habla de suavidad formal, de ausencia de rupturismo. Y ciertamente se capta.

En la estética china, Yi no significa sólo un pensamiento subjetivo, aunque es fruto de nuestra mente. No equivale exactamente a los términos concepto, idea o significado, sino que representa un estado de contemplación y meditación de los creadores, la forma en que los artistas o los poetas piensan en su entorno o lo observan. En este sentido, la Escuela Yi sería el estilo artístico que expresa la meditación. Así que, practicantes de cualquier escuela de meditación, vayan a comprobarlo y cuéntennos sus sensaciones.

Organizada en colaboración con el Beijing Municipal Bureau of Culture y el Beijing Culture & Art Foundation, la muestra es pionera en Occidente y presenta tres apartados: Yi xiang, «imagen mental», Yi li, «principio mental», Yi chang, «entorno mental», respectivamente definidos por su comisario como un humanismo idealizado opuesto a las consignas revolucionarias, un arte que recupera espacios de privacidad , y el maximalismo que dedica una atención preferente al proceso y al contexto de la obra. Lo más interesante son las obras anteriores a la apertura china, lo más auténtico y espontáneo, lo que interroga acerca de los caminos por los que sus autores llegaron a la abstracción, aislados del mundo exterior, rodeados de un universo conceptual aplastante y unificado.

Yi xiang va desde la Revolución Cultural (1966-1976) hasta la década de los ochenta, -un humanismo idealizado opuesto a las consignas revolucionarias-. Yi li, «principio mental», el momento de expansión urbana y cosmopolita. Y Yi chang, «entorno mental», surgido a finales de la década de los años noventa, que dedica una atención preferente al proceso y al contexto de la obra, el llamado maximalismo.

La irrupción de China ha disparado el interés por su cultura. La milenaria, ciertamente; la actual, también. Testigo, víctima y sujeto de una transformación vertiginosa, brutal. Algo parecido a lo que ha ocurrido en España, pero aún más traumático y veloz. A causa de un aislamiento secular, los artistas chinos han desarrollado en un primer momento un mundo de imágenes propio, sin conexiones con el que se producía en Europa y en los Estados Unidos. El caso de la Escuela Yi es muy significativo. Aunque nació al margen del arte abstracto y del arte conceptual que han dominado la escena occidental de las últimas décadas, mantiene con ellos puntos de contacto. Se trata de un arte vivido como una experiencia de recogimiento y de meditación que indaga en la contemplación, la unidad y la armonía.

El esquema clasificatorio que propone el comisario es sugerente aunque con toda probabilidad demaisado rígido. Pero nos sirve de muletas para iniciar la aproximación. Si pensamos que el Yi está relacionado no sólo con el pensamiento de los artistas sino también con el entorno real y los objetivos de la meditación, la Escuela Yi no puede definirse utilizando ningún concepto occidental moderno como el de arte realista, arte conceptual o arte abstracto, pese a que podría asemejarse a todas estas tendencias, especialmente al arte abstracto.

Primer ámbito: Yi xiang, imagen mental

A finales de la década de 1970, durante la Revolución Cultural, una serie de artistas no oficiales buscaron la libertad individual oponiéndose al arte propagandista de Mao. En este contexto, la Escuela Yi se centró en la búsqueda de la expresión individual y del «arte puro» contra el arte político «conceptualizado». La Escuela Yi se manifestó en la forma estética del Yi xiang o «imagen mental». Los artistas buscaban la unidad y la armonía entre los conceptos y los objetos de la naturaleza, durante el proceso de pensar y observar el mundo exterior.

Yi xiang o «imagen mental» es la idealización de paisajes y objetos de la naturaleza, y fue la forma como diversos artistas chinos empezaron a profundizar de nuevo en el arte moderno hasta la década de 1980: más allá de un escenario natural, es un vehículo para expresar los sentimientos y las emociones de los artistas.

Segundo ámbito: Yi li, principio mental

Los representantes de la Escuela Yi de finales de la década de 1980 dedicaron más atención a expresar sus ideas sobre la manera de reformar la realidad y la modernidad cultural mediante signos culturales y, en este periodo, la Escuela Yi defendió conceptos simbólicos, la esencia y el principio de una cultura y una sociedad ideales. Así, la categoría de la Escuela Yi durante esta época recibe el nombre de Yi li o «principio mental»).

El principal interés de los artistas de este ámbito se centra en representar experiencias de aprendizaje acerca del universo, la cultura e incluso la vida individual utilizando símbolos orientales. Muchas de sus obras son representativas de las «pinturas racionalistas» de la década de 1980.

Aunque estos símbolos parecen figuras geométricas abstractas occidentales, con abundancia de círculos y cuadrados, se diferencian de éstas por tres características principales. En primer lugar, estos círculos y estos cuadrados no parten de la geometría occidental sino de la filosofía espacial oriental. Así, se trata de figuras dinámicas que transmiten sensación de profundidad y expansión hacia el infinito. En segundo lugar, al igual que los objetos naturales vivos, estos símbolos parecen haber sido colocados armoniosamente en «montes y ríos», con un énfasis en las confluencias, las extensiones y la infinitud. Finalmente, estos símbolos se basan en efectos pictóricos orientales, independientemente de los materiales utilizados, por lo que están dotados tanto de vida espiritual como material o, en otras palabras, son «símbolos personalizados».

Tercer ámbito: Yi chang, entorno mental

A partir de los noventa, década en que China se ve desbordada por el libe mercado y el rápido desarrollo urbano, la meditación personal se convierte en una vía para los artistas de la Escuela Yi que les permite aislarse de la sociedad. En este periodo, la Escuela Yi se centra en la experiencia personal de pensar en los materiales y el entorno durante el proceso de creación de unas obras de arte que implican esfuerzo, una repetición intensa y diaria. Así, la Escuela Yi de aquella época representa el Yi Chiang o «entorno mental». Crear obras de arte equivale a meditar en un espacio privado.

Es el «maximalismo», surgido a finales de la década de 1990. Aunque presenta exteriormente el aspecto del minimalismo occidental, sus propósitos conceptuales son distintos. No se interesa tanto por el significado que pueden expresar las obras sino que, por el contrario, dedica más atención al proceso de producción de las obras de arte como experiencias de contextualización. Cada artista utiliza alguna forma concreta y la va repitiendo, como una rutina cotidiana, desde líneas de tinta sobre papel de arroz a huellas dactilares, papeles empapados de tinta sobre planchas de madera, líneas cortas repetidas… Les preocupa especialmente conseguir la «profundidad» invisible que es fruto de «meditar en la contextualización».

En este sentido, los cuadrados y las franjas que aparecen en estas pinturas se consideran el contexto o la representación de un «entorno mental» que actúa como un diálogo entre los artistas y los materiales o entre aquéllos y el ambiente en que viven. Se trata de experiencia y comprensión al mismo tiempo. La filosofía basada en expresar experiencias y pensamientos cotidianos de forma sencilla está arraigada en la estética tradicional china. El propio maximalismo es una forma de resistencia contra muchos años de ideología artística china y de normas establecidas desde la perspectiva del mercado internacional y de las instituciones artísticas. Podemos afirmar que el maximalismo de finales de los noventa fue un «espejo» de la meditación individual silenciosa, inmersa en las circunstancias del estallido de la globalización en China.

En fin, y para terminar, no sé hasta qué punto algo de contextualización hubiera sido necesario. Alguna referencia a la China de cada uno de los tres períodos, a su arte oficial, a su vida pública, ayudaría a comprender el desafío que representaban estas obras. Sin ello, quedan algo disminuidas inmersas en el paradigma occidental, reducidas a veces a ecos de Tapiès o de este o aquel pincel famoso. Pero en conjunto, la exposición parece acertada, coherente y es ciertamente interesante.

Aquí tienen un pequeño panorama para hacerse una idea.

La Escuela Yi: treinta años de arte abstracto chino
Del 14 de noviembre de 2008 al 15 de febrero de 2009
CaixaForum Madrid
Pº del Prado, 36. 28014. Madrid

Horario
Todos los días, de 10 a 20 h.

Servicio de información
www.laCaixa.es/ObraSocial
Tel.: 91 330 73 00
Entrada gratuita a la exposición

ACTIVIDADES PARALELAS

Conferencia inaugural
Jueves, 13 de noviembre (18 h). La modernidad desplazada: arte contemporáneo chino en el contexto mundial.. A cargo de Gao Minglu, comisario de la exposición.
Entrada libre

Ciclo de cine. Paisajes en tránsito. El cine chino de la sexta generación
Entre la demolición del pasado y el esbozo de un futuro todavía no definido, China ha sido el escenario de la emergencia de una nueva generación de cineastas, dispuesta a cuestionar su presente con estrategias cercanas al cine neorrealista italiano, sin renunciar a sus muy identificativas señas de identidad. Con estos tres ámbitos que planteamos en el ciclo, queremos aproximarnos a la sexta promoción de cineastas graduados en la Academia de cine de Pekín. Generación que ha marcado una ruptura, respecto a sus predecesores, interrogando de una manera directa y combativa la realidad de un país que, en su tránsito hacia la modernidad, no presta atención al factor humano.
Coordinación del ciclo y presentaciones a cargo de Jordi Costa, periodista y crítico de Cine.
Aforo limitado.
Entrada: 2,00 € (LKXA, Club Estrella, Carnet Jóven y Carnet +25: 1,00 €)

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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