La agonía de Radio Clásica, por J.C.Deus

El Presidente de la Corporación RTVE, Luis Fernández, y el director de Radio Nacional de España, Santiago González, deberían conocer el estado de ánimo de los oyentes de Radio Clásica tras dos meses de nueva programación. En las últimas tres semanas, los 29 comentarios recibidos a nuestra información ‘Lo están consiguiendo: adiós a Radio Clásica’ no dejan la menor duda, en cuanto a su unanimidad e insistencia, en que una buena parte de la audiencia de la emisora estatal de lo que también se conoce como música culta, está muy descontenta de los cambios introducidos por su nuevo director, Fernando Palacios, y ha comenzado a abandonarla por emisoras europeas del mismo ámbito.

La última prospección del Estudio General de Medios (EGM) atribuía a Radio Clásica a mediados de este año, 109.000 oyentes, en una de las últimas posiciones de la radio temática, con solamente un 0,8% de su audiencia. Comparativamente, Radio 3 tenía el doble de oyentes, unos 200.000, y la emisora madre Radio Nacional de España llegaba a un millón de audiencia. Cifras todas muy bajas, sobre todo en el caso de Radio Clásica, que sin duda empeorará en la segunda mitad de año.

Si opaca y discutible es la gestión de la radiotelevisión estatal española, récord en todas las categorías y en todos los tiempos de déficits en sus presupuestos y deficiencias en su gestión, en el caso de Radio Clásica, la situación empeora cada año. Su último ‘Informe anual de cumplimiento de la función de servicio público’ localizable en internet es el del año 2002, y en él se dice:

ACERCA DEL INMEDIATO PASADO

‘Radio Clásica es la emisora en FM y vía satélite
de Radio Nacional de España que dedica toda su
programación a la música clásica, lo que la
convierte en la única cadena en toda España con
una programación dedicada íntegramente a este
género musical, desarrollando una importante
labor de divulgación de la cultura y convirtiéndose
en la mayor sala de conciertos de España’.

El informe reconoce que ‘el éxito de Radio Clásica depende de la fidelidad permanente a las líneas de programación establecidas, fidelidad muy estrechamente ligada a la de su audiencia, por lo que se puede decir que no es una radio-fórmula pero tampoco una radio generalista o convencional. El único protagonismo en Radio Clásica recae sobre la música, lo que suena y se oye, y no todo lo que la rodea, por importante que sea, como, por ejemplo, la educación musical en España. Sin ánimo de caer en pretenciosidades y con los matices pertinentes, podría decirse que Radio Clásica es a la música lo que el Prado a la pintura o la Biblioteca Nacional al libro’.

Sin embargo, tal como coinciden muchos oyentes, la actual dirección ha intentado cambiar estos presupuestos, para hacer de la emisora una radio convencional donde el protagonismo ya no ‘recae sobre la música’, sino precisamente ‘sobre todo lo que la rodea’. La programación incluye cada vez más palabra y menos música. En estos momentos es una radio de actualidad del mundo musical, trufada de noticieros, entrevistas y prolijos comentarios de divulgación que están consiguiendo que ya hoy por hoy nosea verdad eso de que ‘Radio Clásica es a la música lo que el Prado a la pintura o la Biblioteca Nacional al libro’. ¿Se figuran el Museo del Prado lleno de paneles anunciando exposiciones, de pintores concediendo entrevistas, de comentaristas pontificando sobfre el barroco en el Palatinado y el clasicismo portugués?

El informe de 2002, después de recordar con satisfacción por el deber cumplido, que ‘Radio Clásica es la única cadena en España dedicada íntegramente a la música culta’, añadía:

‘Este protagonismo absoluto de la música es el
punto clave del que se derivan todos los demás
principios que inspiran su programación’.

‘Protagonismo absoluto de la música’ es lo que Fernando Palacios ha venido a proscribir, y ‘protagonismo absoluto de la música’ es lo que debe ser restablecido. Como los comentarios de los oyentes han venido dejando patente en un meritorio complementarse unos a otros desde nuestro primer artículo el 2 de septiembre pasado, titulado ‘Radio Clásica peligra’, se trata de la que la palabra es complemento de la música, debe tender a la brevedad y concreción, y nunca erigirse en sustituto. El informe que comentamos basa su claro dictamen a favor del ‘predominio absoluto de la música’ en una serie de puntos entre los que figura:

‘Moderación en la palabra, prefiriendo la
adecuada, justa, obligada y difícil
explicación y situación histórica y cultural
de lo programado frente a la excesiva y
reiterativa erudición y lucimiento personal
del presentador’.

Si se repasan el casi centenar de comentarios de los lectores de nuestros dos artículos anteriores, podr´´a comprobarse que sus quejas muchas veces señalan violaciones sistemáticas del anterior principio. Además, otros puntos sobre los que se basa el ‘Informe anual de cumplimiento de la función de servicio público’ que comentamos, hablan de ‘adecuación de los contenidos musicales a las horas de emisión’ y ‘equilibrio entre los llamados programas «abiertos» -en directo y variados en sus contenidos y duraciones de las obras elegidas-, los espacios cerrados o «especializados» y los conciertos en directo o en diferido’, cuestiones también de dudoso cumplimiento en la actualidad. Como ejemplo del primer punto, los sábados de 9 a 10 de la mañana un nuevo programa dedicado al ballet, emite una entrevista que dura tres cuartos de hora. Como ejemplo de lo segundo, los oyentes se quejan del espacio desproporcionado que se está prestando a aspectos marginales de la música de calidad como son la canción ligera, las bandas sonoras cinematográficas y el musical americano.

El responsable actual de la radio afirma para compensar estos y otros atentados a la línea programática, han aumentando las trasmisiones en directo de conciertos. Pero ello es una tradición bien antigua de la emisora, y ya durante 2002, Radio Clásica emitió un total de
1.301 conciertos, 517 correspondientes a intercambios con la Unión Europea de RadioTelevisión -90 en directo y 427 en diferido-, y 919 restantes de producción propia, 227 de ellos emitidos en directo -con los medios de Radio Nacional de España- y 557 en diferido, dando cobertura, además, a multitud de festivales, ciclos y certámenes nacionales e internacionales.

Ese año Radio Clásica emitió las temporadas del Teatro de la Zarzuela, del Teatro Real, y de los festivales de La Coruña y de Alicante -31 obras
en total, casi todas producidas en directo, entre óperas, conciertos y recitales-, además de poner en antena las temporadas de la Unión Europea
de RadioTelevisión y del Metropolitan de Nueva York.

Finalmente, es necesario hablar de transparencia y comunicación. La revista mensual destinada a mantener el contacto con los oyentes, informando no sólo de la programación de la Cadena, sino también de aquellos acontecimientos relacionados con la música clásica que puedan ser de especial interés para los amantes de este arte, ha sido suprimida. No existe un Defensor del Oyente. No existe un departamento de ‘cartas al director’, no hay la menor interrelación entre emisor y receptor

Decia el »Informe anual de cumplimiento de la función de servicio público’ de 2002, último que conocemos, que ‘sin Radio Clásica, la vida cultural y musical española sería muy diferente y, probablemente, se vería notablemente empobrecida sin su presencia en el panorama radiofónico nacional, un servicio único que sólo un operador público como RadioTelevisión Española puede prestar a la sociedad’.

ACERCA DE LOS OYENTES

Según la última encuesta sobre la calidad del servicio prestado por Radio Clásica, tras los estudios concluidos en 1991 y 1994, respondida por 4.345 oyentes, de los que el 76,48% fueron hombres y el 21,73%
mujeres, ‘el 23,36% de los participantes respondieron a través de Internet, lo que es un síntoma de que buena parte de la audiencia de
Radio Clásica se mantiene al día desde el punto de vista del empleo de las nuevas tecnologías, alejando así la idea de que la música clásica puede asociarse a personas de avanzada edad y reacias a los cambios y a la Sociedad de la Información’.

La edad media de la audiencia de Radio Clásica se situó en los 49,4 años, y el 65,98% de los oyentes tenían carrera universitaria. Los oyentes que
acudían con frecuencia a conciertos, que se situaba en el 58,18%, frente al 38,64% que no solían hacerlo.

El 96% de los hombres y el 96,39% de las mujeres que participaron en el estudio se consideraban oyentes habituales, cifras muy cercanas a la
totalidad de la audiencia, lo que indica un nivel de fidelidad muy alto.

56,89% escuchaba la Cadena entre una y tres horas diarias, mientras que el 41,13% lo hacía durante más de tres horas cada día; incluso algunos usuarios confesaron escuchar Radio Clásica durante todo el día.

Y el 76,09% lo hacía todos los días.

Los géneros musicales preferidos no diferían de los resultados obtenidos en 1994, destacando –por este orden- los estilos sinfónico, de cámara,
instrumental, ópera, y vocal, seguidos a mucha distancia de zarzuela, jazz, étnica, flamenco y electroacústica. Así, la época preferida fue la Clásica, seguida de la Romántica, la Barroca, el Siglo XX y la etapa Antigua.

El 56% de los encuestados consideraba que existía un gran equilibrio en la programación y, además, un 21% pidió que no se introdujeran cambios en su definición.

ACERCA DEL ENCASTILLAMIENTO

Todos estos datos hablan por sí mismos de la importancia de prestar atención a la audiencia en Radio Clásica, más incluso que en otros medios y formatos de comunicación, más volubles y cambiantes. Pero por el contrario, después de dos meses intentando conseguir un contacto con la dirección de la emisora, no hemos podido lograrlo. La Dirección de Comunicación del Ente ([email protected]) no respondió siquiera a la demanda. Gestiones ante programas concretos, como Acompasados o Correo del Oyente, también fueron despreciados por sus responsables. Algunos oyentes han intentado dirgirse a la única dirección conocida de la emisora [email protected] sin recibir tampoco respuesta alguna.

Una carta al diario La Vanguardia firmada por 155 oyentes de Radio Clásica criticando la nueva programación, recibió una respuesta displicente del director acompañada de una grave afirmación: ‘En una encuesta que hemos realizado recientemente, los oyentes han manifestado su adhesión incondicional a esta «nada nueva» manera de programar’. Si no se facilitan los datos y referencias de tal encuesta, que avalen su existencia y rigor técnico, podría pensarse que es virtual o cocinada, lo que nos colocaría ante un grave caso de prevaricación, perseguible en los juzgados.

Parte de la polémica ha sido originada por la supresión de determiandos programas, sobre todo ‘La noche cromática’. Creasenós que no es nuestro interés defender uno u otro programa, tal o cual comentarista, incluso la presencia de uno u otro género. Hablamos siempre de orientación general y ponemos el acento en el descenso ostensible del tiempo de emisión de lo que da nombre a la emisora, música clásica.

Un lector nos ha facilitado la dirección personal de correo electrónico del director de Radio Clasica, Fernando Palacios ([email protected]). Vamos a escribirle reiterándole el ofrecimiento de una entrevista para que explique sus razones, y pidiendo que al menos escuche a los disconformes, que abra un buzón de sugerencias, que ya que se cree lleno de razón y apoyos, realice una consulta general a la audiencia. Es una petición bien modesta y razonable.

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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