El amor de Juan Diego Flórez, por J.C.Deus

Volvemos a Orfeo, que parece haberse apoderado del Teatro Real de Madrid. Hace unas semanas hablamos del de Monteverdi, ahora le toca al de Gluck. El Amor concede a Orfeo bajar al Averno a rescatar a su fallecida esposa Eurídice, pero no puede contarla el trato. Tanto insiste Eurídice que Orfeo cede, y el encatamiento se rompe haciéndola volver a la muerte. Pero Amor considera que su causa lo justifica todo, y que su impulso debe ser más poderoso que el de la muerte. Así que perdona a Orfeo, devuelve a Eurídice al mundo de los vivos, y todos loan lo ocurrido. Quince años antes de que tenga lugar la revolución de 1789, los protagonistas de Gluck en su alegría final repiten emocionados que las agradables cadenas del amor son mejores que la libertad, que el amor y la belleza son valores superiores a ella.

El tenor peruano Juan Diego Flórez, considerado entre los mejores actuales, recibió las ovaciones más grandes de la temporada el lunes en el estreno de Orphée et Eurydice de Christoph Willibald Gluck. Estaba ‘cantado’ -nunca mejor dicho- porque su carrera avanza meteórica y venía de realizar un histórico ‘bis’ en el Metropolitan de Nueva York, el primero que se concedía tras el de Luciano Pavarotti en una celébre Tosca de los años ochenta . En su triunfo sin paliativos estuvo brillantemente escoltado por las sopranos Ainhoa Garmendia y Alessandra Marianelli, el director musical Jesús López Cobos, y el coro titular del teatro, que en esta obra es el cuarto protagonista, y suena a celestial en manos de su nuevo director, Peter Burian.

Los tres cantantes debutaban en la que está considerada como una de las óperas más importantes de la historia, por cuanto supuso un cambio de rumbo para un género que amenazaba decadencia entre excesos virtuosistas y libretos desnortados. Gluck se propuso renovar volviendo a los orígenes, y para ello qué mejor que el mito de Orfeo, el mismo con que se iniciara el genero operístico siglo y medio antes de la mano de Claudio Monteverdi.

Se ha negado a menudo al compositor germano de origen bohemio Gluck motivos suficientes para desafiar aquel L’Orfeo de Monteverdi, pero a la vista del resultado, hizo bien, muy bien, porque aporta un descomunal paso adelante en cuanto a música, canto y coherencia argumental. Su encuentro en Viena con Ranieri de Calzabigi, literato y aventurero italiano imbuido de la cultura clásica, daría como fruto una nueva esencia expresiva. La ópera estaba escrita en italiano, y el éxito obtenido con su ‘Iphigénie en Aulide’ en París en 1774, llevó a Gluck a adaptar al idioma y los gustos franceses la partitura estrenada en el Hofburgtheater de Viena el 5 de octubre de 1762, con una traducción de Pierre-Louis Moline, nuevas páginas vocales y dos números de danza, algo innovador en aquel momento. En esta versión revisada (la que se escucha ahora en tres funciones en una versión en concierto en el Teatro Real), el papel de Orfeo, escrito originalmente para el castrato Gaetano Guadagni, es modificado para la tesitura de tenor. Y así volvemos a Juan Diego, que tras su apoteósico paso por el Real hace unos años con Il barbiere di Siviglia, asume por primera vez este papel, que exige ante todo una extremada pureza de línea y una delicada musicalidad.

De la voz y las aptitudes del peruano poco podríamos añadir a la catarata de elogios que hoy día le rodea. Es un Plácido Domingo de voz menos potente y más dulce, de parecido físico incluso, aunque menos voluminoso, de modales que se semejan a los del madrileño en su delicadeza casi de museo antropológico en estos tiempos crudos que vivimos. La soprano vasca Ainhoa Garmendia, fue una sorpresa de última hora, atreviéndose al desafío de interpretar a Euridice con prisas ante la baja de la soprano estadounidense Nicole Cabell, atribulada por una enfermedad de su madre. Garmendia, que acababa de intervenir en La Clemenza di Tito, superó la prueba y ha dado un buen paso adelante en su carrera. En cuanto a la joven soprano italiana Alessandra Marianelli, encarnación del Amor, nada más que piropos podrían también decirse.

Diego Flórez ha firmado cuatro óperas en el Real hasta 2011. Tres días antes del estreno explicaba su experiencia en este Orfeo, de ensayos reducidos y mucho trabajo personal, que necesita mucha expresividad y que en su tercer acto se hace aún más difícil. López Cobos siempre había dirigido la versión italiana, y está muy contento de haber podido por fin hacer la francesa, ‘parecida pero muy distinta’, tan coral y además tan desconocida: sólo hay una grabación moderna de la misma. Dice que Mozart debe mucho a Gluck, y considera que se trata de una obra problemática si cae en manos de escenificaciones excesivas y recargadas, pues pueden perjudicar a la música. Y efectivamente, en la austera versión de concierto que presenciamos, no echamos de menos escenarios y vestuarios, pues la obra se sujeta ella sola sobre un texto y una música realmente excepcionales.

Este Orphée et Eurydice contribuye a la revisión del mito de Orfeo planteada por el coliseo de la Plaza de Oriente madrileña en su ciclo Contextos de la presente temporada, junto a L’Orfeo de Claudio Monteverdi, Orpheus und Eurydike de Ernst Krenek, dos conciertos ofrecidos por el grupo sde música antigua de La Venexiana, el espectáculo pedagógico El canto de Orfeo ideado por Fernando Palacios, y diversas conferencias y mesas redondas.

Hablabámos de la inminencia de la Revolución Francesa y de la propuesta revolucionaria de esta ópera: que el amor y la belleza son preferibles a la libertad. ¿Está usted de acuerdo? Yo desde luego no tengo la menor duda. A Jean Jacques Rousseau, uno de los inspiradores de aquella tormenta epocal, esta obra le gustó mucho, y dijo tras su estreno: ‘Emplear un par de horas en el disfrute de tan gran Placer me persuade de que hay cosas por las que aún vale la pena vivir la vida’.

Ah, y una cosa: el viernes la función será transmitida por Radio Clásica. Escuche a Juan Diego Florez y opine ‘de oídas’.

DATOS DE LA OBRA
ORPHÉE ET EURYDICE
[ORFEO Y EURIDICE
Christoph Willibald Gluck (1714-1787)
Tragedia en tres actos
Versión de París de 1774
Libreto de Pierre-Louis Moline, basado en el original de Ranieri de Calzabigi
Ópera en versión de concierto

Director musical Jesús López Cobos
Director del coro Peter Burian
Asistente del director del coro Joan Cabero

Orphée Juan Diego Flórez°
Eurydice Ainhoa Garmendia°
El amor Alessandra Marianelli° *

CORO Y ORQUESTA TITULAR DEL TEATRO REAL
Coro y Orquesta Sinfónica de Madrid

Edición musical:
Bärenreiter-Verlag
Alkor-Edition Kassel GMBH

Mayo: 27, 30
Junio: 2
20.00 horas
La función del día 30 será retransmitida en directo
por Radio Clásica de Radio Nacional de España

* Por primera vez en el Teatro Real
° Por primera vez en este papel

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Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

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