De Cataluña con amor, CaixaForum en Madrid, por J.C.Deus

CaixaForum Madrid es un ejemplo de actitud civilizada y de intervención singular pero no traumática en medio de un tejido urbano machacado por la desidia y brutalidad de autoridades y súbditos. Su nuevo escaparate es una maravilla que eleva, con más modestia pero no como menos elegancia que el Tyssen en su momento, la oferta de belleza de la ‘milla de oro’ madrileña. El nuevo edificio ha costado 60 millones de euros. Donde antes había una gasolinera y una vieja central eléctrica en ruinas, ahora emerge, flamante, un nuevo centro sociocultural.

Te aproximes desde donde te aproximes, no chirría. Mires a donde mires desde el interior, mejora la visión del contexto donde se enmarca. Se crea una hermosa plazuela desde la que contemplar un revitalizante jardín vertical, que se prolonga bajo el edificio suspendido en el aire, que se remata con juegos de agua tonificantes, creando todo ello una isla de quietud y belleza junto a una de las vías más congestionadas de Madrid (Por cierto, llevamos una década esperando el prometido Eje Prado-Recoletos: ya está bien. ¿O es que van a imponerse de nuevo los coches?).

Entras al edificio como a una gruta encantada y subes una escalera señorial por la que te sientes un mortal ascendiendo de categoría. Y visitas un edificio a escala humana, donde no te pierdes ni te cansas, con dos plantas de exposición fabulosas, con rincones para descansar, con pocos pero bien puestos ventanales, con una escalera de caracol que ya está entre las más bonitas de Madrid, modernísima y elegantísima, una escultura gigante, una espiral hacia el cielo.

El hecho de no poder partir de cero nos ha obligado a buscar soluciones singulares para proyectar así un edificio único» dicen los portaqvoces del estudio suizo Herzog & de Meuron, autores de la espectacular rehabilitación y ampliación de la Central Eléctrica del Mediodía. Cuatro han sido los principios de actuación de los arquitectos suizos: restaurar la envolvente de ladrillo de forma artesanal, eliminar el zócalo perimetral de piedra de la fábrica, abrir una nueva plaza pública con entrada por el paseo del Prado y añadir volumetría. El resultado es un sorprendente edificio que, apoyado sobre tres únicos pilares, parece levitar sobre una nueva plaza ganada para la ciudad. Si la central eléctrica disponía de 2.000 m2, CaixaForum Madrid alza 10.000 m2. Y eso realizando una sensible aportación de espacio, facilitando las perspectivas y combianando acertadamente, y eso ocurre hoy día pocas veces, lo sorprendente con lo cotidiano, lo monumental con lo accesible, lo llamativo con lo estético, la arquitectura con la desdichada gente que sufrimos su efecto mayoritariamente aplastante, alienador, desalmado, incómodo y feo. Feo.

Tomen ejemplo las marcas que quieran ganar ciudadanos maduros. La Caixa -sospechosa de complicidad con políticas nada bien vistas en el resto de España- coloca en el centro de Madrid un ejemplo del bienhacer catalán que vale por millones de discursos y anuncios publicitarios. Ojalá sea presagio de un nuevo entendimiento con y desde Cataluña. Dicen que se trata de un nuevo concepto de centro social y cultural al servicio de los ciudadanos. No sólo celebrará exposiciones de arte antiguo, moderno y contemporáneo, festivales de música y de poesía, arte multimedia, sino también debates de actualidad, jornadas sociales, y talleres.

”La Caixa” adquirió en 2001 la vieja Central Eléctrica del Mediodía. La antigua fábrica, proyectada en 1899 por el arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz Encina y el ingeniero José María Hernández, no sólo estaba en ruinas, sino que se encontraba enclaustrada en el denso tejido urbano, desconectada del Salón del Prado, y contaba con una capacidad de 2.000 m2. El proyecto arquitectónico ha permitido quintuplicar la superficie hasta llegar a los 10.000 m2, y ha vuelto a colocar la central en el mapa. Ello ha sido posible incorporando al nuevo centro el espacio que antes ocupaba la gasolinera en el número 36 del paseo del Prado (que cegaba la visión de la fábrica), ahora convertido en una plaza pública ganada en el centro de la ciudad para los ciudadanos. Asimismo, se ha restaurado la fachada de ladrillo de la antigua fábrica de manera artesanal, de forma que recupera su aspecto inicial, y se ha añadido volumetría por arriba y por abajo. La antes olvidada central se alza hoy en el número 36 del paseo del Prado.

La empresa no ha sido fácil: 40.000 de los 115.000 ladrillos que cubren el edificio han sido restituidos, y la fachada ha tenido que ser cosida y encintada. La Central Eléctrica del Mediodía, que otrora se alzó como una gran fábrica cuyo fin era producir electricidad a partir de la combustión de carbón, para abastecer a todo el sector sur del casco antiguo de Madrid, se encontraba en ruinas en 2001, año en que ”la Caixa” compró el inmueble. «Existe un estado general de abandono y ruina que va paulatina e imparablemente afectando tanto al aspecto exterior como a la estabilidad», según reza el informe de los técnicos. Protegidas sus cuatro fachadas por el PGOUM en su grado ambiental, la carcasa de la central se alza nuevamente tal como se concibió en su día, aunque con algunas modificaciones para poder albergar CaixaForum.

La antigua Central Eléctrica del Mediodía fue proyectada en 1899 por el arquitecto Jesús Carrasco-Muñoz Encina y el ingeniero José María Hernández, a petición del empresario José Batlle, sobre el solar de la antigua fábrica de bujías La Estrella, cuya licencia databa de 1857. La manzana, que ocupa una superficie de 1.934 m2, está delimitada al norte por la calle Gobernador, al sur por la calle Almadén (antiguamente, travesía de Fúcar), al este por la calle Cenicero y al oeste por la calle Alameda. Tras una tramitación bastante accidentada, la central se inauguró en marzo de 1901 y pronto se posicionó como una de las principales de Madrid. Una de las originalidades del edificio es la resolución del remate de las fachadas principales.

Dicen en CaixaForum el ayer y el hoy se estrechan la mano. Que el ayer lo conforman cuatro fachadas cuyos ladrillos artesanales, -uno a uno, y utilizando el mortero de cal y el aparejo propios de un siglo atrás-, han sido restituidos, y que el hoy rememora el pasado integrado en una impactante carcasa con envolvente de chapa de fundición que corona la fábrica creando majestuosidad al antiguo edificio. Digan lo que digan los hechos son los hechos. Si puede, vaya a verlo.

TRADICIÓN Y MODERNIDAD

Eliminada la gasolinera, suspendido el edifico sobre tres pilares y excavado el subsuelo de toda la plaza pública, distribuido en siete niveles: dos subterráneos, una planta baja que a cielo cubierto da continuidad a la plaza pública, con entrada por el número 36 del paseo del Prado, y cuatro plantas sobre rasante. El espacio interior es una caja de sorpresas que juega con materiales y formas. El laberíntico trazado espacial de la última planta (restaurante y oficinas administrativas), salpicado por seis nichos irregulares con entrada de luz natural y celosías de chapa galvanizada, contrasta con las salas de exposición (plantas segunda y tercera), dos espacios diáfanos, simples y flexibles.

Las paredes del vestíbulo (primera planta), al que se accede a través de una escalera ceremonial serpenteante que arranca en la plaza cubierta, son de hormigón, mientras que el foyer y el auditorio (sótanos primero y segundo) aparecen revestidos por una malla metálica deformada por presión tipo deployé que dibuja una estructura ondeante y llena de movimiento. Los suelos del foyer y del auditorio están entarimados de madera de roble americano, el vestíbulo con piezas trianguladas de acero inoxidable y las galerías de arte con un pavimento blanco de terrazo continuo. El centro alberga un auditorio de 311 plazas, un foyer repartido en dos niveles, aparcamiento privado, dos salas de conferencias, almacén para obras de arte, un vestíbulo, una librería, una sala VIP, dos plantas de exposición con un total de cuatro espacios, dos espacios multiusos, un servicio educativo, un restaurante y oficinas. El acceso al interior del edificio se realiza por un único punto: a través de la escalera ceremonial que emerge de la plaza pública.

LA NUEVA PLAZA PÚBLICA

Una nueva y espectacular perspectiva se ha abierto en el número 36 del paseo del Prado. CaixaForum Madrid parece estar suspendido sobre una gran plaza de geometría irregular, abierta a los cuatro costados y que ocupa una superficie de 2.500 m2. Esta nueva explanada pública, ganada para la ciudad en el centro histórico de Madrid, está delimitada al norte por la calle Gobernador, al sur por la calle Almadén, al este por el paseo del Prado y al oeste por la calle Alameda. La plaza está formada por tres subplazas: el espacio antes ocupado por la gasolinera (que linda con el paseo del Prado y es a cielo abierto), el área de la planta baja de CaixaForum Madrid (cubierta) y la extensión delimitada antes de las obras por el antiguo patio de la central eléctrica (que linda con la calle Gobernador y también es a cielo abierto).

El suelo de la plaza está recubierto por una estructura de triángulos de hormigón que dibujan planos de diferentes inclinaciones. La plaza cubierta tiene un techo también con formas triangulares irregulares y fuera de plano, que responden al sistema estructural, colocadas según diferentes pendientes, con un acabado de planchas metálicas. Dos fuentes ornamentales bañan la plaza pública.

EL JARDÍN VERTICAL

«Las plantas no necesitan tierra, sólo agua, minerales, luz y dióxido de carbono.» A partir de tan sencillo axioma, Patrick Blanc construyó por primera vez un jardín vertical en 1988, concretamente en el museo de La Villette de París. Su invento está presente hoy en ciudades de todo el mundo: París, Bruselas, Nueva York, Osaka, Bangkok, Nueva Delhi y Génova, por citar algunas. El de CaixaForum Madrid no es sólo el primero instalado en España, sino también el mayor que se ha implantado hasta la fecha en una fachada sin huecos, pues ocupa una superficie vegetal de 460 m2. El resultado lo compone una sorprendente «pintura viviente» multicolor que, más allá de su atractivo estético, actúa como un eficaz agente medioambiental. El jardín vertical dibuja un impresionante tapiz natural formado por 15.000 plantas de 250 especies, que han transformado en un sorprendente jardín una de las medianeras que delimitan el espacio urbano de CaixaForum Madrid. El muro cubre absolutamente toda la medianera que delimita la nueva plaza pública que da acceso, desde el paseo del Prado, a CaixaForum Madrid por su lado norte; es decir, la pared colindante con el número 34 del paseo del Prado.

Insistamos en que este jardín vertical es el mejor de los ejemplo a copiar de todo el conjunto. Que deberían proliferar cosas semejantes en Madrid. Que no se trata únicamente de plantar arbolitos, sino de generar verdor, cubierta vegetal, soluciones con arbustos y plantas, en fachadas, en terrazas, en todo los huecos del entramado urbano (y en los interiores de los edificios, también).

30 AÑOS CON EL ARTE

CaixaForum Madrid toma el relevo de otros dos espacios anteriormente gestionados por la Fundación ”la Caixa” en la capital, y que fueron pioneros en la exhibición del arte moderno y contemporáneo en España en la década de los años ochenta: la Sala del paseo de la Castellana (1980-1985) y la Sala de la calle Serrano (1985-2006). Ambas salas acogieron exposiciones tan emblemáticas para el arte español como Otras figuraciones (1982) y En tres dimensiones (1984), que despertaron gran interés en el extranjero, dando a conocer a artistas como Miquel Barceló, Juan Muñoz y Cristina Iglesias. En cuanto al arte internacional, se presentaron por primera vez en España exposiciones monográficas de artistas tan fundamentales como Marcel Duchamp, Amedeo Modigliani, Giorgio Morandi, Enzo Cucchi y Francesco Clemente, entre otros. También exposiciones colectivas como Italia aperta (1985), El arte y su doble: una perspectiva en Nueva York (1987) y El jardín salvaje (1991) dieron cuenta del arte internacional más reciente. Asimismo, la Sala de la calle Serrano acogió exposiciones de arte clásico y de otras culturas. Entre las muestras más visitadas destacan Kandisky/Mondrian: dos caminos hacia la abstracción, con 82.281 visitantes (1994) y Prerrafaelitas: la visión de la naturaleza, que recibió 97.942 visitantes (2005).

COLECCIÓN PERMANENTE, TEMPORALES, MÚSICA, CINE Y NIÑOS

Mostrar el espíritu de la Colección de Arte Contemporáneo Fundación ”la Caixa”. Éste es uno de los objetivos de la exposición inaugural de CaixaForum Madrid, que reúne una selección representativa de este fondo de arte, que cuenta en la actualidad con cerca de setecientas obras clave del arte de los últimos veinte años y que nació en 1985. Centrada en el arte desarrollado desde 1980 hasta la actualidad, la Colección quiere ser memoria de más de veinticinco años de discurso artístico. Articulada en las dos salas de exposiciones, presenta casi cuarenta obras excepcionales, algunas de las cuales no han sido todavía expuestas en este país, configurando una presentación que celebra la variedad y el alcance de la experiencia del arte actual. Entre los artistas representados cabe citar a Giuseppe Penone, Anselm Kiefer, Georg Baselitz, Francesco Clemente, Ferran García Sevilla y Penck (segunda planta) y a Pierre Huyghe, Cornelia Parker, Liu Jianhua, Carlos Amorales, Gillian Wearing, Roni Horn, Victoria Civera, Simeón Saiz Ruiz, Marlene Dumas, Wilhelm Sasnal y Johannes Kahrs (tercera planta).

En el exterior del edificio, sobre el paseo del Prado y en pleno diálogo con los ciudadanos, se levantan 26 esculturas monumentales del artista contemporáneo Igor Mitoraj. Es la primera exposición temporal que irá seguida por ‘El pan de los ángeles. Colecciones de la Galería de los Uffizi. De Botticelli a Luca Giordano’, con 45 obras realizadas entre los siglos XV y XVII, de las que sobresalen pinturas de Botticelli, Luca Signorelli, Parmiginianino, Luca Giordano y Cristofano Allori. Sólo se exhiben en ocasiones excepcionales. Son piezas que pertenecen a los fondos de la Galería de los Uffizi (Florencia) y que nunca han viajado a España.

A continuación, se presentará una exposición inédita que descubrirá al espectador aspectos poco conocidos de Alphonse Mucha, muy popular por su aportación al art nouveau internacional, pero cuya obra pictórica, especialmente la de madurez, y su excepcional creación fotográfica, apenas han sido mostradas. Compartirá cartel a lo largo de tres meses con Chaplin en imágenes.

La liturgia sufí de los omeyas de Damasco, de la mano de cuatro músicos acompañados por un derviche (Ensemble Al-Kindi); el sonido aterciopelado y cálido producido por la percusión del zarb (Trio Chemirani); una visión diferente de la música tradicional judía del Este de Europa (Di Gojim); voces en las que resuenan las fuerzas naturales de la estepa gracias a las técnicas vocales más fascinantes del mundo (Huun-Huur-Tu), y la legendaria tradición cultural del Kurdistán de la mano de una familia de músicos (The Kamkars): con estos cinco conciertos de músicas del mundo, se iniciará la programación musical.

En cuanto a la música filmada, Jacqueline du Pré, que veinte años después de su muerte sigue despertando pasiones, será la protagonista de un ciclo de proyecciones presentadas por Christopher Nupen, formado en la BBC británica, creador de la productora Allegro Films y con un gran prestigio en el campo del documental musical. Ya en el exterior se ofrecerá a los viandantes los fines de semana una serie de conciertos gratuitos dentro del programa Diversons – Música para la integración, una plataforma de expresión abierta a los grupos de músicas del mundo que, procedentes de diversas tradiciones, residen y elaboran sus propuestas creativas en toda España.

Promover el debate en torno a las grandes transformaciones sociales de nuestro tiempo y profundizar en la génesis de nuestras raíces culturales. Bajo el título ¿Cómo nos afecta la globalización de la economía?, expertos internacionales, como el catedrático de la Universidad de Oxford Paul Collier, nos acercarán al fenómeno de la globalización económica y examinarán sus consecuencias. En el ámbito del cine, el ciclo Cine, estética y pensamiento. Lecciones transversales sobre el estado del cine, trazará un recorrido por el cine y los autores contemporáneos de la última década. En el ámbito de la literatura, el centro organizará una fiesta poética en la que participarán algunos de los poetas españoles más significativos.

Un concierto a cuatro manos: dos para la música, otras dos para la magia; un juego de pistas entre obras de Botticelli y Giordano; una marioneta solista única en el mundo, dotada de hasta cuarenta hilos; una luciérnaga triste porque su luz se ha apagado; un cuarteto de cuerda que no sólo toca, también canta y baila; un divertimento musical que parodia las representaciones de ópera cortesanas del siglo XVIII; las peripecias del barón de Munchausen… El nuevo Centro propone un amplio abanico de actividades para realizar en familia: cine de animación para los más pequeños (a partir de los 3 años), pero también para los mayores (a partir de los 7 años); juegos de pistas para recorrer en familia y de forma amena las exposiciones; un taller de arte contemporáneo a partir del gesto, la materia y la fuerza del color; artes escénicas, y conciertos familiares los sábados y domingos. La programación familiar será estable en el centro, realizándose actividades enmarcadas en las diferentes manifestaciones artísticas, así como talleres sociales.

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA
Autor

José Catalán Deus

Editor de Guía Cultural de Periodista Digital, donde publica habitualmente sus críticas de arte, ópera, danza y teatro.

Lo más leído