Luis Mateo Díez interviene en ‘Poética y Narrativa’

Los días 25 y 27 de abril
Fundación Juan March
Castelló, 77
28006 MADRID

El novelista pronunciará el día 25 de abril una conferencia sobre «Una experiencia de lo imaginario», y el día 27 dialogará con el crítico Fernando Valls donde éste leerá un texto inédito.

Los días 25 y 27 de abril se va a celebrar, en la sede de la Fundación Juan March en Madrid, una nueva sesión de la modalidad Poética y Narrativa, dedicada al escritor leonés Luis Mateo Díez, Premio de la Crítica y Nacional de Literatura por dos ocasiones, quien pronunciará el martes 25 de abril la conferencia Una experiencia de lo imaginario, y el jueves 27 de abril, el profesor de Literatura española contemporánea de la Universidad de Barcelona, ex director de la revista Quimera y crítico literario Fernando Valls presentará la obra de Luis Mateo Díez y mantendrá una conversación con el novelista. Finalmente, éste leerá un texto inédito. La Fundación Juan March inició esta actividad el pasado mes de enero con el novelista Álvaro Pombo y el ensayista José Antonio Marina.

“La construcción de un universo imaginario –señala el autor de El reino de Celama- desde la experiencia de la escritura es el asunto de mi intervención. El planteamiento personal de esa construcción, lo que la motiva y requiere, me da ocasión para reflexionar sobre los elementos sustanciales de la ficción y el sentido de la misma. Partiendo de la idea de que son la atmósfera y los personajes quienes más intensamente sobreviven en mi memoria de escritor, hago algunas consideraciones sobre el hallazgo del tono verbal del relato como camino para que se susciten las atmósferas, los aspectos más físicos y morales del mismo, y para que los personajes tomen presencia, se apoderen del escritor y sostengan la historia que se cuenta a base de nutrir la trama en que los conocemos. Entre los elementos sustanciales de esa experiencia, de la creación de ficciones, se encuentran la memoria, la imaginación y la palabra. Una parte importante de mi reflexión se dirige a determinar lo que cada uno supone en lo que denomino narrativa, lo que la memoria y la imaginación insuflan en esa palabra que adquiere una identidad distinta, se hace narrativa, encamina sus usos y significaciones a crear esa otra realidad que se sustancia en lo imaginario. También la reflexión se extiende sobre los caminos personales que, desde mi vida, desde mi particular peripecia, me hicieron llegar a la escritura y, con ella, al alimento de lo imaginario, a la necesidad de crear esos territorios, esos mundos, que adquieren una existencia propia en la invención.”

REALISMO SIN LÍMITES

Para Fernando Valls, “quien empezó siendo poeta en aquella singular revista que fue Claraboya (1963-1968), ha acabado convirtiéndose en uno de los narradores españoles más importantes de estas últimas décadas. Pero, además, debe ser de los poquísimos autores en nuestra lengua que ha cultivado con fortuna todos los géneros narrativos: el microrrelato (Los males menores, 2002), el cuento (Brasas de agosto, 1989), la novela corta (de Apócrifo del clavel y la espina, 1977; a las recientes que componen El fulgor de la pobreza, 2005) y la novela (La fuente de la edad, 1986; Camino de perdición, 1995; la trilogía de El reino de Celama, 2003, de la que forma parte la extraordinaria La ruina del cielo, 1999; o Fantasmas del invierno, 2004). Obras con la que ha obtenido en varias ocasiones el Premio de la Crítica y el Premio Nacional de Narrativa, y el reconocimiento que supone ser aceptado como miembro de la Real Academia Española.”
“En su pueblo natal, Villablino, se educó con maestros formados en la pedagogía de la Institución Libre de Enseñanza, quienes le inculcaron el placer y valor de la lectura de los clásicos, a la vez que disfrutaba de los calechos y filandones, relatos que durante las noches del duro invierno narraban sus vecinos del valle leonés de Laciana al calor de la lumbre. Nuestro autor es, por tanto, de la estirpe de los conscientes, profundo conocedor de la tradición narrativa popular y culta. Él mismo ha reconocido que se hizo escritor leyendo a Faulkner, aunque su ideal como narrador haya sido Kafka. Con Pavese aprendió a reutilizar los mitos en historias que narran la vida cotidiana; mientras que de Valle-Inclán procede tanto su expresionismo como su concepción de la literatura sustentada en el lenguaje, vehículo siempre del pensamiento.”
“Podría decirse, por tanto, que su principal reto como escritor estriba en que la ficción sustituya a la memoria, que tienda a adquirir la mayor autonomía posible, deshaciéndose de aquellos asideros que la encadenan a la más explícita realidad. Por todo ello, el estilo de Luis Mateo Díez lo conforma su manera de conseguir un determinado clima verbal, otro rasgo sobresaliente de sus singulares fábulas. El peculiar `realismo sin límites´ de Luis Mateo Díez, en el que nunca se echa de menos el humor lúcido, podría tacharse de complejo, trasgresor y metafórico. Sus personajes, a menudo antihéroes, suelen ser individuos insatisfechos que no dejan de indagar en la realidad. Libro a libro, nuestro autor ha intentando siempre ir un poco más allá, procurando ensanchar el territorio de sus ficciones. Ha explorado los recovecos de los géneros narrativos y, como casi todos los grandes escritores contemporáneos, ha barajado con suma habilidad la práctica y la reflexión teórica; buena prueba de ello son libros como El porvenir de la ficción (1992) y Las palabras de la vida (2000). “

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