El último parte del Centro Médico Bautista indica que el periodista vallisoletano, que lleva más de dos meses y medio en Asunción, ha sufrido un ictus cerebral en la región frontal derecha. Además, Julián Lago presenta un cuadro de hipotensión y bradicardia que ni siquiera se ha conseguido solventar con el habitual goteo de inotrópicos.
Se trata de una grave lesión interna, fruto de una falta de riego sanguíneo producida en algún momento y que ahora se añade a sus importantes lesiones neuronales en el hemisferio derecho del cerebro.
Estas lesiones neuronales se produjeron por el largo tiempo transcurrido desde la primera diagnosis errónea en el hospital Insaurralde de Coronel Oviedo, donde tuvo lugar el accidente, hasta la correcta diagnosis y punción que se le practicó en el Centro Médico Bautista de Asunción, a vida o muerte.
Seis horas mediaron desde el accidente, atropellado por el joven Roque Lugo, hasta la llegada a la capital, que han resultado fatales para la recuperación de Lago.
En concreto se trata de la “aparición de una hipodensidad bien delimitada en la región frontal derecha compatible con un proceso parenquimatoso isquémico”, lo cual indica que desde la última tomografía practicada al paciente el pasado día 15 de junio se ha producido un nuevo infarto cerebral del que hasta hoy no se había tenido noticia. Además, Lago ofrece ya pocas respuestas a los estímulos externos en comparación con días anteriores.
Este nuevo dato empeora gravemente la situación de Lago, quien ha permanecido a la espera todo este tiempo de que un avión privado lo recogiese para traerlo a España. Las próximas horas y el traerlo a España son decisivas para salvar la vida de Lago.
Hasta ahora no ha habido suerte en la búsqueda del empresario español afincado en Sao Paulo Miguel Iglesias, quien ofreció al Grupo Hospital de Madrid su jet privado para el traslado, pero no dejó su número de teléfono a los facultativos. y
