Alfonso Basallo.- Ocurrió ante la pasividad de la policía, y sin que nadie se atreviera a denunciarlo. Se quemó un toro de Osborne de cartón en la plaza del ayuntamiento de Tarragona y una muñeca caracterizada de sevillana en el barrio del Serrallo de la misma capital.
Fue en el contexto de unas pequeñas fallas que se celebran en esos barrios desde hace cinco años, pero a la vez son un símbolo de catalanidad frente a símbolos nacionales (el toro y la sevillana), según dijeron los promotores. Coinciden esos actos de violencia simbólica con pintadas contra España en distintos puntos de la zona, tal como cuentan a lanacion.es vecinos de Tarragona.
En 2006, el Gobierno del Tripartito trató de prohibir los recuerdos turísticos españoles de las tiendas (como toros o sevillanas), aunque posteriormente dio marcha atrás.
Fuentes del PP señalan a lanacion.es que el radicalismo ha crecido en los últimos años en Cataluña, singularmente en Gerona y Tarragona, alentados por grupos como las Candidatures d’Unitat Popular (CUP) o los Maulets. El mes pasado un grupo de independentistas quemó una pantalla gigante en la plaza del ayuntamiento de Terrasa cuando iba a emitir el partido de la selección española contra Sudáfrica.
Se teme un recrudecimiento de ese tipo de actos, después de que el juez Pedraz haya considerado que no es delito pitar al Rey. Especialmente el próximo 11 de septiembre, Diada de Cataluña, en el que otros años se han registrado ataques de violencia simbólica como la quema de banderas.
