«En La Razón estamos razonablemente bien porque siempre hemos estado razonablemente mal»

(PD).- La crisis se está comiendo a muchos medios por los pies. No es el caso de La Razón. José Antonio Gundín, subdirector del periódico, lo explica gráficamente: «Nosotros comíamos una vez al día; las demás empresas periodísticas comían tres veces al día… Y ahora tienen que comer una vez al día y por eso sufren mucho». Cree que «sería muy bueno que todas las empresas se pusieran de acuerdo y suprimieran esto de las promociones de cacerolas y tupperwares de raíz». Gundín, un observador de la realidad de excepción, habla para PD también de todo lo que está pasando en España, que es mucho.

¿Por quién apuesta usted para sustituir a Losantos y Vidal en la COPE?

No lo sé. Yo creo que la COPE es una de las grandes cadenas y es una radio fundamental para el espectro radiofónico en España. No estaría bien representado el espectro social, ideológico, político y civil de España si no existiera la COPE. Partiendo de ahí, lo que hay que tener claro es que dentro de esa casa hay profesionales muy buenos… Aunque también fuera. Yo estoy convencido que la COPE va a contar con unos grandes profesionales que van a sacar adelante la cadena, sin duda ninguna.

Los medios de comunicación están siendo grandes sufridores de la crisis económica. ¿Cómo está de salud el diario La Razón?

En La Razón estamos razonablemente bien porque siempre hemos estado razonablemente mal. Yo lo explico así: nosotros comíamos una vez al día; las demás empresas periodísticas comían tres veces al día… Y ahora tienen que comer una vez al día y por eso sufren mucho. Nosotros no sufrimos o sufrimos bastante menos porque estábamos acostumbrados. Somos un periódico joven, con una estructura bastante ajustada, … Es verdad que La Razón está aguantando muy bien, no sólo en el aspecto económico sino también, que es para mí lo más importante, en su difusión.

Decía Ussía el otro día que quizá sea porque ustedes no se han apuntado a la moda de las promociones

Ussía explicaba perfectamente bien lo que es este periódico. Sobre las promociones yo creo que todos los periodistas opinamos más o menos lo mismo. Es la parte más empresarial de los medios –que están haciendo un esfuerzo impresionante- la que han llevado a los periódicos a meterse en esta guerra de promociones que estoy empezando a pensar que se está desvirtuando el gesto tan importante que es eso de acercarse al kiosco a comprar el periódico. Hay mucha gente que se acerca a por una película a buen precio o gratis, una cacerola o unas copas de Bohemia. Eso está desvirtuando el mercado real de la prensa, y no sé hasta qué punto está desvirtuando también la función del periódico. Es algo sobre lo que hay que reflexionar. Yo creo que sería muy bueno que todas las empresas se pusieran de acuerdo y suprimieran esto de las promociones de cacerolas y tupperwares de raíz.

«EL MARIANISMO NO EXISTE»

Hoy mismo ha dicho ZP que los datos del paro que han salido hoy son “muy buenos”. ¿Cómo de “buenos” los ve usted?

Es un dato bueno. Todo lo que sea subida del empleo y bajada del paro es bueno. El aspecto positivo que tiene la bajada en el paro no se puede negar. Otra cosa es que hay que analizar más en detalle el factor de ese crecimiento. Hay un componente estacional que se debe a la industria turística y se están recogiendo también los empleos creados por el Plan E.

¿Pero esto es puntual o son brotes verdes de verdad?

En otoño todo esto desaparecerá. No conviene echar las campanas al vuelo porque sabemos que en septiembre, octubre y noviembre serán meses peores.

No sólo el Gobierno habrá respirado tranquilo, también los sindicatos…

Yo es que creo que los sindicatos ni respiran ni les circula la sangre. Les pinchas ahora a los sindicatos y no les sale absolutamente nada. Bueno, salvo en algunas autonomías, como en la Comunidad de Madrid –que es donde va mejor económicamente la cosa-. Ahí es, curiosamente, donde los sindicatos están más activos en contra del Gobierno de Esperanza Aguirre. Algunos sindicalistas deberían dejar el sindicato y pasarse a la política, siguiendo ejemplares trayectorias como la de Manuel Chaves.

También de la situación laboral en Telemadrid están siempre muy pendientes…

Sí, curiosamente no ocurre en Cataluña, ni en Andalucía, que es una balsa ejemplar en las relaciones laborales,… Estamos hablando de un sindicalismo utilizado como ariete político, nada más. Eso perjudica mucho, empezando por los propios movimientos sindicales, que se desvirtúan y pierden credibilidad entre la gente. La gente no es tonta y se da cuenta de que hay una malversación política de la función sindical.

Sobre la oposición: en Génova, al menos, ha terminado por triunfar el marianismo.

Yo es que no creo que exista el marianismo, la verdad. Lo que ha habido en el PP es una etapa post-Aznar marcada por el trauma de la derrota y se abrió un proceso con Mariano Rajoy, designado como candidato a presidente del Gobierno, en el que éste ha tenido que ganarse el puesto a pulso. Fueron cuatro años durísimos, en el que tuvo que buscar su hueco.

¿Sabe usted qué diferencia de verdad al aznarismo de esta nueva época liderada por Rajoy en el PP? ¿Ideológicamente hay diferencia?

No, no, en absoluto. Lo que hay es un cambio de estilo, una suavización de las formas,…

¿Cómo ve a Rajoy?

Yo creo que es un buen político pero no es un líder carismático, capaz de generar por sí mismo un movimiento que lleve su nombre. Puede ser que exista el aznarismo, pero no, desde luego, el marianismo.

¿En los medios más a la derecha le parece que Mariano Rajoy está más asentado como líder?

El poner en duda el liderazgo de Rajoy no era sólo cosa de algunos medios. Era el reflejo de unas dudas internas del propio PP y de unas dudas del propio electorado del PP. No nos engañemos, los medios de comunicación siempre son reflejos de estados de opinión que se generan en la sociedad.

¿Usted cree que sigue cuestionado su liderazgo?

Yo no diría que no sigue estando en cuestión en una parte del propio electorado. No creo que el sector que lo pone en cuestión sea el mayoritario pero se deja sentir, se hace oír.

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