(PD).- Las señeras catalanas, muchas independentistas, poblaron el fondo norte de Mestalla; algunas ikurriñas, banderas del Athletic y pancartas pidiendo la reagrupación de los presos de ETA afloraron en el fondo sur. Y una sonora y estruendosa pitada unió a la mayoría de las dos aficiones cuando comenzaron a sonar las primeras notas del Himno Español. Pero los millones de telespectadores que estaban pendientes de la pantalla, no pudieron verlo ni escucharlo.
Televisión Española, que retransmitía el encuentro en directo, aprovechó el momento para conectar con San Mamés, donde se habían reunido miles de seguidores del Athletic, y dejó a los telespectadores sin escuchar la protesta de la grada.
El Rey, acompañado de Doña Sofía, aguantó en el palco y, pasado el chaparrón, volvió a saludar a los aficionados como si nada hubiera pasado. Ni siquiera vio una gran pancarta que, unos minutos antes, se había desplegado en la Grada de la Mar, frente al palco, en la que se podía leer We are nations of Europe. Good Bye Spain (Somos naciones de Europa.
Adiós España) con fotos de Rodríguez Zapatero y Mariano Rajoy y firmada por partidos radicales. Apenas duró unos instantes.
Ya habían tenido su minuto de gloria y tapaban a los aficionados de las gradas inferiores.
Todo eso se escuchó y se vio en el interior del estadio de Mestalla, pero no en la mayoría del resto del territorio español, ya que Televisión Española censuró las imágenes y el sonido.
SOMOS NACIONES DE EUROPA, ADIOS ESPAÑA
Luego, al término de la primera parte, Televisión Española brindó a la audiencia la versión del himno español, pero ya en diferido, sin que se escucharan los pitidos y aderezada con imágenes de algunos hinchas respetuosos. Es decir, una grabación censurada.
El ente público divulgó poco después un comunicado:
«Por un error humano el himno nacional no se ofreció en directo antes del comienzo del partido de Mestalla entre el Barcelona y el Athlétic de Bilbao. Dicho fallo se intento subsanar emitiéndolo íntegramente en el descanso. La dirección de TVE pide disculpas por este hecho.»
UNA RETRASNMISIÓN DESASTROSA
La retransmisión de la final de la Copa del Rey fue un despropósito. No se puede ocultar la realidad, ni se debe hurtar información.
¿Qué no quería que se viera quien dio las órdenes de dar paso a conexiones en directo a Bilbao y a Barcelona mientras sonaba el himno español? ¿Fue una orden política que no se mostrará ningún plano general de la grada?
Todo fue bochornoso, pero lo más patético fue que al descanso pusieran el himno, con el sonido montado en el que no se oía ni un silbido (la pitada se escuchó en el sonido ambiente de todas las emisoras de radio) mientras se veía a los jugadores de ambos equipos escuchando con respeto la Marcha Real, intercalando planos de aficionados, supuestamente de ese momento, escuchando con consideración el himno.
Y a la conclusión de esa pantomima de montaje, que obligaron a hacer a los profesionales de TVE, mostraron imágenes de sus Majestades los Reyes de España, don Juan Carlos y doña Sofía, saludando a su llegada al palco, unas imágenes en diferido que habían sucedido en directo una hora antes.
