(PD).- El ministro Pérez Rubalcaba se sacudió el muerto de encima citando a Mortadelo y Filemón, pero resulta dificil creer que no estaba enterado del affaire. El, que los sabe casi todo y suele estar en todas las salsas, llevaba meses siendo puntualmente informado de lo que hacían los patosos agentes secretos del Madrigate y quizá sepa mucho mejor que nadie, qué se esconde tras la filtración a El País.
Afirma Manuel R. Ortega en la magnífica Brújula de los Medios que escribe en El Semanal Digital que, cuando Juan José Güemes, pese a la rabieta de Juan Cruz, soltó lo de la pésima situación financiera de Prisa y el presunto intento de ablandar a alguna entidad financiera, puso el dedo en la llaga.
La pregunta ya estaba corriendo desde el comienzo del serial de El País. Y de hecho ha calado en ciertos ámbitos capitalinos, como señala Garganta Profunda.
Es más, no hay que ser un lince para darse cuenta de que la alusión tiene un claro objetivo. Tal vez habría que preguntar a algún periodista su opinión por ciertas prácticas desempeñadas, según dicen, desde esa misma entidad. Que tome nota quien lo estime oportuno.
Retomemos el tema. Los últimos episodios del culebrón del Madridgate han causado un efecto, digámoslo así, un tanto contraproducente.
Para empezar, las palabras de Francisco Mercado el pasado viernes en Telecinco dejaron un sabor extraño en la boca de algunos prisaicos. Eso, claro, antes de conocerse algunos hechos épicos de Mercado, como el haber resucitado a la madre de Eduardo Zaplana en relación a unos supuestos regalos.
Pero, a decir verdad, no sólo en eso que llaman «derecha» –habría que verlo– se está al tanto de algunas de sus andanzas. También podría preguntárseles a los llamados «amigos de ZP» y, sobre todo, a Miguel Barroso, el ahora marido de la ministra de Defensa Carme Chacón. Al fin y al cabo, Mercado se firmó otro serial de esos de ajuste de cuentas de Prisa contra los que andan trayendo de cabeza al grupo polanquista. Culebrón que acabó en los tribunales con resoluciones a favor de los aludidos.
Por cierto, Javier Moreno, experto en la no publicación de rectificaciones, además de presunto director de El País y gurú de postín en predicciones políticas (¡vaya ojo clínico con Rosa Díez, chuleta! Remember lo del Palace…), tuvo que publicar la de Barroso en portada. Aunque pudo hacer trampa y sacarla en un festivo.
Ya ven… En cuanto a las «pruebas» de este asunto, sólo una pregunta: ¿Qué carallo es eso de publicar unos folios que los puede haber escrito un espía, un detective, el último becario de la redacción o San Apapucio?
Cambiando de tema, este fin de semana estuvo la portada del Magazine de El Mundo con el flamante director de Comunicación de Francisco Hernando, El Pocero, posando como «Tintín asexuado». ¿Será que, además de «momento pala», también se puede tener un «momento Tintín»? No comment…
Y ya como asunto más serio, este sábado falleció Jesús María Zuloaga Zuloaga, veterano periodista y padre del subdirector de La Razón de idéntico nombre, especializado en asuntos de terrorismo. A El Zulu y a sus hermanos Carlos y Javier, un abrazo y nuestro más sentido pésame.
