María Garaña: «No importan los horarios, sino la productividad»

María Garaña: "No importan los horarios, sino la productividad"

(PD).-Han luchado.Lo han logrado. Y la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE)les ha premiado.Siete mujeres que han llegado a lo más alto. Han cumplido sus sueños. Entre ellas madres. Y a su lado compañeros de viaje. Hombres que saben que la mujer es un activo que hay que utlizar, con los que la sociedad avanzará más. En la entrega de premios, todas ellas se mostraron visiblemente emocionadas por el reconocimiento de toda una vida de esfuerzos.

María Garaña, presidenta de Microsoft Ibérica, ha sido galardonada a la Mujer Directiva del año. Rosa MªVañó, directora general de Castillo de Canena Olive Juice a la Mujer empresaria. Carmen Moreno, directora de RRHH del Corte Inglés de Serrano, ha sido premiada a la Mujer Joven Directiva. A la Trayectoria profesional, el premio ha recaido sobre Mª Luisa Álvarez, secretaria general de la Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administraciones y Políticas Públicas. El premio al medio de comunicación impulsor de las mujeres profesionales se lo ha llevado la revista TELVA. En cuanto el premio a la Excelencia tuvo que ser para dos profesionales, debido a la imposibilidad de elegir. La primera, Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes, y la segunda, Elisabeth Vincent, presidenta del Instituto de Cirugía Laparoscópica.

¡Qué más da cuantas horas estemos en la oficina!Esa mentalidad proviene de nuestra cultura. Lo realmente importa es la productividad. «En Microsoft no tenemos horarios. Hay 400 puestos físicos para 800 empleados» afirma María Garaña. Esta empresa es un ejemplo de que en los tiempos en los que vivimos se pueden hacer muchas cosas. Los móviles,los ordenadores etc…provocan que el concepto de horario laboral quede obsoleto.

Porque todos, hombres y mujeres, queremos una vida equilibrada. A todas ellas les une el coraje, la pasión, la tenacidad y el trabajo duro. Las empresas deben valorar los resultados. Deberían ser el reflejo de cómo es la calle. Y en la calle hay de todo: hombres y mujeres. Ninguna está dispuesta a renunciar a la vida personal o a la maternidad. Pero tampoco a una carrera de éxito.

Lo más difícil ya está hecho. Pero queda mucho por hacer. Las galadonadas le pasan el relevo a las nuevas generaciones. «Teneis que seguir», nos decían a las allí presentes. Ya no se trata de que las empresas hagan una declaración de intenciones, debemos tener las mismas oportunidades, y «deben acabarse las empresas de tipo paternalista» decía María Garaña. Ahora se debe apostar por los objetivos y las espectativas. Apostar por la autoresponsabilidad.

Para todas ellas, en nuestra sociedad, el hombre debe cambiar de mentalidad. Debe ser el primero en tener vida personal. Instar a los trabajadores a irse a casa, y no condenarles a interminables jornadas de trabajo. Ellos también son padres y parejas. Tienen amigos, vida social. Una vida que hay que cultivar y que no tiene porque quedar reducida al fin de semana.

En cuanto a ellas, deben olvidar el sentimiento de culpabilidad. Juntos, se puede conseguir un mundo mejor.

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