El fotógrafo español José Cendón y otros tres periodistas, secuestrados en Somalia

El fotógrafo español José Cendón y otros tres periodistas, secuestrados en Somalia

(PD).- El fotógrafo español José Cendón, ganador del World Press Photo y el Pictures of the Year y en la nómina para la agencia francesa AFP, es uno de los periodistas secuestrados en el norte de Somalia, según el conductor del vehículo en el que viajaba cuando fue capturado, Liban Said Omar.

Huir de las comodidades del mundo occidental y apostar por una vida de aventura puede parecer una rareza en estos tiempos, pero hay personas que están dispuestas a hacerlo y una de ellas es el fotógrafo independiente José Cendón, nacido en Venezuela pero gallego hasta la médula.

Este fotógrafo, pese a sus 34 años, es todo un veterano en tierra de conflictos. Ha visto la cara de la guerra y la miseria porque le «gusta meterse en todos los meollos».

En declaraciones a Efe por teléfono desde Bossaso, la capital de la provincia nororiental de Puntlandia, donde sucedieron los hechos, Omar no pudo precisar la identidad del otro periodista occidental secuestrado, aunque dijo que podría tratarse de un británico que trabaja para el periódico «The Daily Telegraph».

Además de los dos periodistas occidentales secuestrados, otros dos somalíes, residentes en Bosasso, que trabajaban para los primeros como traductores, están también en poder de los secuestradores y no se han facilitado sus identidades.

Los dos periodistas occidentales, según Omar, llevaban siete días en el hotel International Village de Bosaso para cubrir la información sobre los piratas somalíes, que tienen sus refugios en la provincia nororiental de Puntlandia.

El secuestro se produjo cuando se disponían a trasladarse al aeropuerto de Bossaso para abandonar la zona.

Dos periodistas continuan desaparecidos

Otros dos periodistas extranjeros siguen desaparecidos en Somalia desde que fueron secuestrados en agosto pasado, junto con un camarógrafo somalí que se encontraba con ellos, y supuestamente trasladados a un escondite en el sur del país por una banda armada.

Los secuestrados son la canadiense Amanda Lindhout y el fotógrafo australiano Nigel Brenna, que fueron capturados cuando visitaban unos campos de desplazados en las afueras de Mogadiscio junto con el camarógrafo local Abdifatah Mohamed Elmi, que también hacía de traductor.

Los periodistas y empleados de organizaciones humanitarias extranjeros han sido el objetivo de bandas armadas en Somalia, sobre todo en Bosasso, que han secuestrado a algunos de ellos para cobrar rescates.

En diciembre de 2007, una banda somalí secuestró a la médico española Mercedes García y a la enfermera argentina Pilar Bauza, que fueron puestas en libertad en enero de este año tras pagar un rescate de 200.000 dólares, según medios locales.

Las trabajadoras humanitarias fueron secuestradas semanas después de que la misma banda dejara en libertad al camarógrafo francés Gwenlaouen Le Gouil, capturado cuando filmaba el tráfico de emigrantes indocumentados en la región de Puntlandia.

Puntlandia, región que declaró su autonomía de Somalía, país que no tiene un Gobierno firme desde 1991, cuando fue derrocado el dictador Mohamed Siad Barre, se encuentra en la costa del golfo de Adén, que da acceso al estrecho de Bab el Mandeb, al mar Rojo y al canal de Suez, por donde pasa una buena parte del tráfico marítimo mundial.

El caos político en que está sumido el país, con un Gobierno Federal de Transición fracasado y con gran parte de su territorio bajo el control de milicias islámicas y algunos señores de la guerra, ha hecho que proliferen las bandas de delincuentes armados y, en Puntlandia, los piratas, que amenazan a la navegación.

En este año, los piratas somalíes han secuestrado decenas de barcos y obtenidos decenas de millones de dólares en rescates, con operaciones cada vez más atrevidas y alejadas de sus puertos base, lo que ha causado temor en las compañías navieras, algunas de las cuales han cambiado sus rutas.

Los piratas, que utilizan embarcaciones rápidas, armas modernas y equipos muy avanzados de comunicación y navegación, amenazan las costas del golfo de Adén y el océano Índico y han hecho que algunas navieras dejen de utilizar el canal de Suez y viajen de Asia a Europa o el norte de África por el cabo de Buena Esperanza.

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