(PD).- El obispo de Córdoba, Juan José Asenjo, con motivo del inicio del Adviento el próximo domingo, ha destacado que, además de «para recordar la primera venida del Señor», éste es «tiempo también de vigilancia», por lo que animó a los cristianos a tener una «actitud crítica», que les lleve «a apagar el televisor» y no ser arrollados así por «los criterios paganos».
Esta será previsiblemente la última Navidad que Juan José Asenjo celebre como obispo de Córdoba, ya que ha sido nombrado arzobispo coadjutor de Sevilla, en sustitución del actual, Carlos Amigo Vallejo. Asenjo tomará posesión de su nuevo cargo el 17 de enero próximo en la catedral hispalense y aún se desconoce quién será su sucesor en Córdoba.
En su carta pastoral semanal, Asenjo explica que «la actitud de vigilancia debe matizar toda la vida del cristiano, para saber distinguir los valores auténticos de los aparentes», y en este contexto «los medios de comunicación social, en muchos casos difunden modos de pensar y de actuar que nada tienen que ver con los auténticos valores humanos y cristianos», ya que, «en demasiadas ocasiones canonizan formas de comportamiento ajenas al espíritu cristiano».
«Se impone, pues, –prosigue la carta de Asenjo– una actitud crítica» ante lo que se ve, escucha o lee, «y una independencia de criterio ante los mensajes contrarios al Evangelio con los que, de forma directa o indirecta», los medios de comunicación «agreden» a los cristianos.
Por ello, a juicio del obispo de Córdoba, esta actitud crítica llevará en muchas ocasiones a los cristianos «a apagar el televisor» o directamente a «no encenderlo». De esta manera, el obispo garantiza que los cristianos quedarán protegidos de los «criterios paganos e, incluso, anticristianos, que en ocasiones los medios brindan».
De igual modo, Asenjo subrayó que «la vigilancia es también necesaria para que no se debilite» la «conciencia moral, para conservar una conciencia recta, que distingue el bien del mal, lo justo de lo injusto, lo recto de lo torcido. De lo contrario, la conciencia puede endurecerse hasta perder el sentido moral, el sentido del pecado», lo cual, según sentenció, es «un peligro real para los cristianos de hoy».
Asenjo invita además a poner los medios necesarios para conservar la rectitud moral: «la confesión frecuente, precedida de un examen sincero de conciencia, y el examen de conciencia diario (…) son la mejor garantía para mantener la tensión moral y la delicadeza de conciencia».
Por último, el obispo de Córdoba alerta de «las tentaciones del demonio» que ponen en peligro «el mayor tesoro del cristiano: la vida de la gracia, que es comunión con el Padre, el Hijo y el Espíritu, que vive en nosotros y nos da testimonio de que somos hijos de Dios». Asenjo concluye recordando que la vida de la gracia es «prenda y anticipo de la vida de la gloria, a la que Dios nos tiene destinados».
