(PD).- Por enésima vez, volvió la novia del agresor del profesor Jesús Neira pero esta vez la rebelión, desde el primer momento, de los espectadores en el plató hizo perder los papeles a Jordi.
La nueva entrega del culebrón de aventuras y desventuras de Violeta Santander en La Noria de Jordi González pudo acabar en tumulto. De forma chulesca y sorprendente, en una noche-madrugada que fue a la deriva, Jordi sorprendió a la audiencia de Telecinco con una nueva entrega de la serie de trama negra que administra de manera tozuda o le imponen en su cadena.
La respuesta del público presente en el plató no se hizo esperar al ver la entrada de Violeta Santander, vestida de tiros largos para la ocasión, muy maquillada, y más desafiante que nunca. El abucheo fue de órdago y se sucedió durante el toma y daca de preguntas y respuestas que hizo perder en un momento los nervios al presentador que chilló al público.
Para no fallar al ritual de las últimas noches, Violeta amagó con levantarse, insultó a la audiencia y se enfrentó con dureza a Nacho Abad además de arremeter contra Jordi, quien tuvo que responder que no bebe y por lo tanto no está borracho y sabe lo que dice.
Todo comenzó en esta nueva entrega por la resaca de lo que sucedió el viernes donde, como informó El Semanal Digital, Antena 3 pulverizó a Telecinco y su tercer grado, a golpe de talonario, al ex director de la Guardia Civil. Jordi improvisó un nuevo morbo con Violeta en base al vídeo del nuevo programa Rojo y negro de Nacho Abad.
Al margen de improperios, más bilis, y nuevo talón para Violeta y su novio, Antonio Puerta, este nuevo docudrama no aportó más pero ofreció una imagen turbia de La Noria.
Tras salir como se pudo del charco, y de promocionar aún más el vídeo conseguido por Nacho del ataque al profesor Neira -la agresión más mediática que se ha producido en nuestro país desde que Ruiz Mateos golpeó con saña a Miguel Boyer y le rompió las gafas-, nuevo tropezón para Jordi.
El impresentable ex marido de Raquel Mosquera, que engrosó a su cuenta corriente un sustancial cheque, compareció sin pena ni gloria. Tras mostrar que no habla español cuando no quiere, hizo perder las casillas a todo el que se le puso por delante hasta que el programa se enganchó de nuevo con la historia de Roldán mostrando que la estrella de La Noria cada vez es más pálida en las madrugadas de los domingos.
