Carmen Rigalt: «Roldán ha vuelto a dar el cante; la culpa es de Telecinco»

(PD).- «Otra vez Roldán. Un hombre, un reo. Desde el ostracismo de su tercer grado penitenciario, el ex director de la Guardia Civil ha vuelto a dar el cante. La culpa es de Telecinco, que le ha ofrecido poltrona y bafles. En su delirio por batir récords de audiencia, las teles son capaces de cualquier cosa«. Carmen Rigalt da un palo a la cadena con la que suele colaborar, Telecinco.

Según escribe Rigalt en su columna de El Mundo, «si alguien pretendía que el tipo dijese dónde está el dinero, iba de culo».

«Se apoltronó Roldán frente a Teresa Campos y apenas rebulló en su asiento durante las tres largas horas que duró el numerito. Su imagen, abotargada y tocineta, blandurria, era todo un poema. O se había tomado un cóctel de lexatines o es que se ha hecho budista y ha aprendido a trascenderse. Algo habrá sacado de sus largas comparecencias ante los jueces. Percibí la impotencia de Campos, maestra del género y poseedora de unos reflejos a prueba de mentirosos profesionales. «Yo no dije que venía a la tele a tirar de la manta», puntualizó el reo. Lógico. Nadie esperaba que, a estas alturas, Roldán fuera a destaparse con una revelación sustancial, y menos en un plató televisivo. Su actitud fue la de una pared de frontón que devolvía las preguntas según le iban llegando; de ahí que su toda su intervención sonara a tomadura de pelo. Bien es verdad que, en uso de sus derechos, el espectador podía cambiar de cadena e ir en pos de las desventuras sentimentales de Raquel Mosquera, que ha intentado suicidarse con unos lingotazos de Mimosín. No era el caso».

Sigue la periodista:

«Nos habría gustado ver cómo se se desestabilizaba Roldán ante determinadas preguntas, pero nos dejó con las ganas. Era una seta. Sólo reaccionó (un poco) cuando uno de los periodistas que secundaban a Campos en el Gólgota televisivo lo señalaron por haber afanado el dinero de los huerfanitos del Cuerpo. «!De los huerfanitos, no!», respondió Roldán, preocupado por dejar en buen lugar su corazoncito».

Y concluye su columna en El Mundo:

«El ex director de la Guardia Civil llegó a la tele y fue sometido a las preguntas de los redactores del programa, como se hace con todos los famosos que pasan por caja. Una vez y otra vez le preguntaron por Paesa, González, Corcuera o Vera. Nadie le pilló en renuncios, como corresponde a un delicuente cuya experiencia en el control de mentiras está probada. Pero fue Paesa el depositario de la mayoría de interrogantes, pues en él estrelló Roldán la principal responsabilidad: el destino de la pasta. Sacó de quicio al equipo de entrevistadores, que vertieron en él una larga sinfonía de descalificativos, desde «chorizo» a «desalmado». Sólo les faltó escupirle. Roldán era el hueso que arruina al entrevistador más astuto. Telecinco, para compensar tal desgaste, debió rascarse el bolsillo y ofrecerles una indemnización en concepto de daños y perjuicios. Qué menos».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído