La sustituta de María Teresa Campos tiende una trampa a Isabel Durán

(PD).- Isabel Durán se presentaba confiada a su asalto catódico semanal en Telecinco. Al fin y al cabo, lo más difícil ya lo había hecho: salir vivita y coleando del plató de La Noria. Lo de La Mirada Crítica este lunes a primera hora debía ser pan comido. Un rato agradable. Sin demasiado sobresalto… Y así fue, aunque no contó precisamente con la colaboración de los responsables del espacio informativo.

Con María Teresa Campos de baja, su sustituta, Yolanda Benítez, debió creer necesario añadir un plus de tensión al plató. Y, para ello, nada mejor que reunir alrededor de la mesa a la propia Durán con Enric Sopena y María Antonia Iglesias. Era la primera vez que se veían las caras desde que Isabel Durán abandonó su asiento en La Noria, ofendida por las palabras de Iglesias y Sopena, que la vincularon con la extrema derecha.

De hecho, y así lo reconocen fuentes solventes del programa de María Teresa Campos a El Semanal Digital, Durán había pedido no coincidir ni con la otrora directora de Informativos de TVE en tiempos de Felipe González ni con el director de El Plural. Pero, pillada a contrapié, se topó de nuevo con ellos en La Mirada Crítica. La audiencia manda en la televisión, sin duda, aunque las enrevesadas expectativas de los responsables del espacio por elevar la apuesta quedaron lejos de verse cumplidas.

Con la muerte de dos soldados españoles en Afganistán a manos del terrorismo talibán sobre la mesa de debate, de inmediato se percibió las dos posturas antagónicas. Tanto María Antonia Iglesias como Enric Sopena defendieron la necesidad por parte del Gobierno de Zapatero de replantearse su contribución y, a la postre, eran partidarios de salir cuanto antes del país centroasiático. Isabel Durán mantuvo la necesidad de seguir apoyando la guerra antiterrorista, pero reclamó al Ejecutivo el reconocimiento de que nuestros soldados están en una misión de alto riesgo.

El ambiente consiguió caldearse un poco con la irrupción del ex presidente José María Aznar y, cómo no, Irak. Durán recordó que la contribución española en aquella guerra fue humanitaria e Iglesias, que vio su oportunidad de oro, tildó de «enternecedor» el intento «de reivindicar el pacifismo de Aznar». El toro no vino para nada bravo y el rifirrafe entre las dos periodistas estuvo lejos de colmar las expectativas de la cadena. Dicen que la cámara, como el algodón en el azulejo, no engaña. Otra vez será.

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