(PD).-El poeta favorito de ZP, Antonio Gamoneda, se despacha a gusto en Público. Habla de la retirada de su firma al manifiesto a favor del castellano promovido por Fernando Savater. Ataca a El Mundo por haberlo «manipulado» y da una imagen de la literatura nada utópica: «La poesía no es un instrumento que de manera directa vaya a cambiar el mundo».
El Premio Cervantes ha arremetido contra El Mundo por «una manipulación política de mi persona y a partir de ese momento yo ya tengo que identificar ese manifiesto no como el manifiesto de Savater sino como el manifiesto de El Mundo».
Quisieron aprovechar que soy de León y me suponen una relación especial con Zapatero.
Ante la pregunta de si le molestó que se manipulase el manifiesto con intenciones políticas o que se emplease para defender una postura política concreta?, Gamoneda afirma que «a mí el ser meneado por la derecha española me jode».
En ese periódico, cuando firmé el manifiesto se me calificó varias veces como insigne. Tres días después, cuando retiré mi firma, reprodujeron un artículo mío de El País convenientemente recortado para que, decían, se viese la catadura moral e intelectual del sujeto. Primero, insigne y al poco, lo de la catadura…
Su visión de la fuerza de la literatura rompe el estereotipo adolescente del escritor comprometido con una escritura en favor de la utopía:
La poesía no es un instrumento que de manera directa vaya a cambiar el mundo. Gabriel Celaya, comunista declarado, tenía una expresión: la poesía es un arma cargada de futuro. Cuando escuché aquello, me recordó que un fascista como José Antonio Primo de Rivera también decía que a los pueblos sólo les habían movido los poetas. Creo que a los dos se les ocurrió la misma tontería.
