(PD).- Los medios chinos, de por sí controlados y aún más supervisados con motivo de los Juegos Olímpicos que se inauguran el próximo 8 de agosto, tienen una nueva restricción que guardar. El Gobierno ha advertido de que no tolerara anuncios «obscenos, sexuales, superticiosos o humillantes». Hasta que la competición termine, el objetivo es erradicar toda la publicidad que avergüence a un país empeñado en controlar su imagen de cara a todo el planeta.
Estas limitaciones, según han advertido las autoridades desde su página oficial, abarcan desde los productos que aseguren aumentar la potencia o los órganos sexuales hasta los cigarrillos.
En lugar de eso, la publicidad debe focalizarse en asuntos relacionados con la cita olímpica de Pekín, como pueden ser, según recomiendan, unas «Olimpiadas verdes» o las «Olimpiadas cultas».
Otros temas peliagudos son el de la religión, cualquiera referido a la reconstrucción después del devastador terremoto en Sichuan o todos los que tengan algo que ver con la «soberanía, integridad territorial o seguridad nacional».
Aquéllos que violen las leyes «tendrán que atenerse a la Ley», recuerda esta nueva batería de normas, promovida de manera conjunta por los seis ministerios del Gobierno chino, incluido, por supuesto, el de Propaganda.
China ha desarrollado una campaña contra los anuncios vulgares de televisión y prensa, así como contra los productos que tengan reclamos extravagantes.
Los anuncios de alimentos y tónicos naturales están particularmente extendidos en China y la publicidad televisiva repite una y otra vez que las hierbas medicinales pueden servir para remediar prácticamente todo: calvicie, impotencia o la falta de concentración.
