(PD).- Hablar de la BBC en el mundo de los medios de comunicación es sinónimo de hablar de calidad, de trabajo bien hecho, de datos contrastados, de precisión en la información.
“Si lo dice la BBC, debe ser verdad”, es una frase acuñada a lo largo del tiempo, ganada a pulso por los miles de profesionales que han pasado por el medio británico, de referencia universal.
Explica Pedro Sanz en Periodistas-es que hace unos meses, la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) editó en español el libro “Directrices Editoriales. Valores y Criterios de la BBC”, que viene a ser el manual de la praxis periodística de la radio televisión pública británica, la British Broadcasting Corporation.
Según manifestó en la presentación de la obra el director de política editorial de dicho organismo, David Jordan, “la BBC es una entidad conocida en el mundo por su eficacia, exactitud e imparcialidad. La palabra es nuestro tesoro. Si la BBC lo dice, debe ser verdad”, fueron algunas de sus referencias.
Valores como la responsabilidad y la ética son normas que se tienen muy en cuenta en el manual en cuestión, y que debieran ser premisa en cualquier profesional de cualquier latitud, porque un medio de comunicación puede llegar a perder credibilidad en un minuto, por mucho que haya conseguido atesorarla a lo largo del tiempo.
De ahí que la precisión y la verdad deban prevalecer por encima de la rapidez en transmitir la noticia, algo que algunos medios están dejando de tener en cuenta, o no lo han tenido nunca. En este sentido, Jordan advierte que “nos enfrentamos a una sociedad que cuestiona todo y está dispuesta a contrastar cualquier información, de ahí la autoexigencia de los profesionales para evitar pagar un alto precio”.
Este aviso para navegantes del periodista británico parece venir al pelo para algunos profesionales de los medios de comunicación de nuestro país, que en ocasiones se dedican a pescar en río revuelto, con el anzuelo hecho señuelo del “todo vale”. Pescadores de algunas ganancias económicas, políticas o futuribles, pero que dejan a la profesión a la altura de lo que piensan los ciudadanos acerca de la misma. Es decir, de las peor consideradas.
La sola enumeración del Índice de temas recogidos en “Directrices Editoriales. Valores y criterios de la BBC”, da una idea de la seriedad de la obra ante la que nos encontramos, es decir, las Normas de Estilo que deben seguir los profesionales británicos del medio en cuestión. Temas como valores editoriales de la BBC, directrices, exactitud y precisión, imparcialidad y diversidad de opinión, justicia, participantes y consentimiento, intimidad, delitos y actividades antisociales, daños y perjuicios, menores, política y políticas de Gobierno, guerra, terror y emergencias, religión, integridad editorial e independencia, relaciones externas, interactuar con la audiencia, legislación, responsabilidad y oficinas de comunicaciones son abordados en la citada obra para ser tenidos en cuenta a la hora de ejercer una profesión, la de periodista, que debe ganarse día a día el respeto a su trabajo, a su forma de ganarse la vida, al igual que otros profesionales lo hacen en diferentas campos.
Con la diferencia que aquí, en el mundo de la información, un trabajo mal hecho puede acabar echando por tierra la trayectoria de años de buenhacer, de responsabilidad.
Es cierto que como humanos los profesionales de los medios de comunicación podemos tener fallos, equivocarnos, cometer errores en un momento determinado, y ello se subsana con el reconocimiento del hecho.
Pero lo que no es de recibo es lo del “todo vale”, en aras de la libertad de expresión que algunos esgrimen como “sancta santorum” de la profesión. Libertad absoluta, pero junto a un respeto consecuente. La BBC británica lo tiene muy claro en la obra ahora traducida al español, y que sin lugar a dudas servirá de referencia para los profesionales de nuestro país.
