(PD).- Ni un día tardó el Grupo Zeta en desmentir rotundamente al ex presidente de Extremadura después de que éste se calentara y cantase victoria en la dura pugna por el conglomerado mediático creado por el difundo Antonio Asensio. Y es que en los despachos de Zeta no cayó nada bien que Juan Carlos Rodríguez Ibarra, con su peculiar estilo, entrase como un elefante en una cacharrería en una negociación que está siendo más que discreta.
En un escueto comunicado, Zeta desmentía el que pueda darse por hecho que el grupo haya sido adquirido por el empresario extremeño Alfonso Gallardo. Pese a reconocer negociaciones avanzadas, «a día de hoy no se ha llegado a ningún acuerdo y prueba de ello es que ni siquiera se ha firmado un preacuerdo en este sentido», tal y como informa El Semanal Digital.
Por lo que se ve, el hecho de que Rodríguez Ibarra se congratulase de la venta y asegurase que «en los años 60 y 70 mandamos emigrantes y ahora compramos siderúrgicas y medios de comunicación», no gustó nada en la dirección de Zeta.
No obstante, en medios profesionales se da como «hecha» la venta de Zeta a Gallardo por algo más de 500 millones de euros y que dejaría a un lado al otro pujador, Imagina, el consorcio formado entre Mediapro y Globomedia.
De hecho, Gallardo ha sido calificado como un «tapado» de Prisa en la batalla por Zeta. Los directivos del grupo polanquista, interesados en segar la hierba bajo los pies de los nuevos chicos mediáticos de José Luis Rodríguez Zapatero, han asesorado en todo momento los pasos del empresario extremeño en la negociación. Además, la vinculación de Gallardo con Prisa es sobradamente conocida. Al margen de la sintonía personal con el difunto Jesús Polanco, fue el empresario que accedió a comprar las cabeceras andaluzas de Prisa.
