El premio “Cenutrio”, por fomentar valores negativos con su publicidad, a Farmaindustria

(PD).- «And the winner is… ¡Farmaindustria!«. Y en esta ocasión, para bochorno de la poderosa patronal de los laboratorios, por «fomentar valores negativos» con su anuncio «Lo importante es la marca».

Si los Premios Sol de publicidad eligen a los anuncios más creativos del año, los Premios Sombra, ideados como contrarréplica por Ecologistas en Acción, señalan a los más sexistas, antiecológicos, discriminatorios, insolidarios, xenófobos y consumistas del año.

Los de esta primera edición (o contraedición), hechos público el sábado pasado en San Sebastián, ya tienen sus nueve impresentables ganadores: los anuncios de Coca-Cola, IKEA, Honda, Lancia, Farmaindustria, Knorr, Renault, Metro de Madrid y Banco Santander. Éste es el veredicto inapelable del jurado:

El premio «Lavadora verde«, que destaca aquel anuncio cuyos valores medioambientales y ecológicos contrastan con lo que hay detrás del anunciante, ha sido para «No te esfuerces», de Honda. Éste sugiere que el ciudadano ha cumplido con su participación en la protección del entorno tan sólo adquiriendo el modelo de coche anunciado.

El premio “Florero” distingue a la publicidad que utiliza a las mujeres (y cada vez también más a los hombres) como objetos sexuales, promoviendo un modelo único de belleza y una peligrosa obsesión por la perfección estética que provoca tanto consumismo como insatisfacción. Un ejemplo destacado es el anuncio ganador de este año, «Musa» de Lancia, cuyo eslogan pregunta: “¿Desde cuándo a alguien le importa si eres bella por dentro?”.

El premio “Cenutrio” ha sido adjudicado a «Lo importante es la marca«, de Farmaindustria, por fomentar valores negativos para el desarrollo de lo colectivo y un consumo basado en la marca para algo tan esencial, en nuestro sistema sanitario, como los medicamentos.

El premio “Tortilla de silicona” se otorga a aquel anuncio que pretende substituir nuestra rica tradición culinaria por un modelo industrializado de alimentación, eliminando de nuestra dieta productos frescos y naturales. «De la tierra a tu mesa», de Cremas Knorr, es el anuncio ganador de este año, donde se muestra un paquete de cremas de verdura precocinado con unas enormes raíces. Sin embargo, Unilever, la gran multinacional de la alimentación y la cosmética que hay detrás del producto, representa más bien una industria de la alimentación productivista hasta el extremo, basada en la explotación intensiva de aceite de palma, soja y otros monocultivos que terminan con la soberanía alimentaria de agricultores y sus recursos naturales.

El premio “Chimenea”, al anuncio de un producto contaminante y dañino para el medio ambiente, ha sido otorgado este año a «Coche Coronel Tapioca», de Renault, un vehículo todocamino que aparece en el anuncio dentro del cauce de un río, transmitiendo una, cuanto menos, curiosa idea de lo que es el respeto por la naturaleza.

El premio “Me lo llevo” destaca el anuncio que fomenta un consumo irracional, como es el caso de «Crédito ágil», de Banco Santander. Una oferta de dinero rápido y cómodo para el consumo que, sin embargo, termina engrosando la creciente deuda familiar tanto como la cuenta de resultados del banco anunciante (el Banco Santander ha sido durante el primer trimestre de 2008 el banco que mayores beneficios obtuvo en todo el mundo).

El premio “Ombligo del mundo” se otorga a los anuncios más despectivos, prejuiciosos y xenófobos con otros pueblos diferentes al nuestro. En esta edición se hace con el premio «Para cuando crezcas», de Metro de Madrid, por ridiculizar una pequeña aldea asiática que justamente no necesita de nuestro costoso e insostenible modelo de transporte.

El premio «Lavadora roja» se ha adjudicado al anuncio «Viva la bata», de IKEA, por popularizar un concepto del mueble de usar y tirar que es claramente insostenible en el actual escenario de crisis ambiental y, sin embargo, hacerlo con pretendidos valores sociales, solidarios e incluso revolucionarios.

Por último, con el premio especial «A toda una trayectoria«, los Premios Sombra reconocen la labor publicitaria de una marca que ha trabajado año tras año, durante una larga vida, por extender un consumo acrítico e irresponsable de un producto más bien poco beneficioso.

El premio ha sido concedido, por unanimidad del jurado, a Coca-Cola y su chispa de la vida.


LOS PREMIOS CENUTRIO
(La argumentación del jurado en el caso Farmaindustria)

Numerosos estudios de investigación demuestran que el uso de medicamentos genéricos es semejante al de los de marca para el tratamiento de una enfermedad, suponiendo un gran ahorro de fondos públicos que pueden revertir en la calidad del sistema sanitario.

Sin embargo, existen presiones y toda una estrategia de marketing por parte de las empresas farmacéuticas para que gobiernos y consumidores utilicen sus marcas, siendo la industria con mayor tasa de ganancias del mundo, incluso por encima de la banca.

El hecho de que en la actualidad existan convenios de investigación entre multinacionales farmacéuticas y universidades públicas, bajo contratos en los que las corporaciones conservan el derecho de impedir o aplazar los estudios si son desfavorables a sus intereses empresariales, supone un buen ejemplo de los riesgos para la salud pública que tiene la defensa de estos intereses privados.

Todos hemos oído hablar de efectos secundarios de gravedad de algunos medicamentos tras su introducción en el mercado para tratar alguna dolencia, siendo los efectos adversos de los medicamentos la cuarta causa de muerte en Estados Unidos.

Sólo el medicamento Vioxx de Merck, retirado en 2004, según estudios de la propia farmacéutica, habría matado a unas 250.000 personas en todo el mundo.

De especial falta de ética son los ensayos clínicos con humanos, como el caso de la multinacional Pfizer, el laboratorio más poderoso del mundo, a espera de juicio en Nigeria por experimentos ilegales que en 1996 causaron la muerte y malformaciones a unos 200 niños y niñas.

La Ley de patentes impide la comercialización de genéricos durante 20 años desde introducción del medicamento por parte de la empresa, lo que conlleva la condena a millones de personas en países empobrecidos.

Es conocida la denuncia de Novartis (junto con otras 39 farmaceúticas) al gobierno sudafricano, acogida a la injusta Ley de patentes, para impedir la utilización retrovirales genéricos contra el Sida, enfermedad que afecta al 25% de la población del sur de África y que supone la muerte de 2,5 millones en el continente africano.

Más recientemente, la misma multinacional ha demandado a la India para lograr la exclusividad de un medicamento contra el cáncer.

Estos son sólo unos ejemplos: experimentación con humanos, control de patentes de fármacos a precios abusivos, generación de deuda externa en países empobrecidos mientras las multinacionales cuentan con ingentes beneficios, biopiratería sobre medicamentos tradicionales usados por comunidades indígenas, fomento de medicamentos para “curar” la obesidad, la celulitis o la alopecia cuando millones de personas mueren de enfermedades de “pobres” como el paludismo, la fiebre amarilla o el dengue.

No parece que las multinacionales tengan como objetivo el cuidado de la salud de las personas y del planeta, sino el aumento continuo de sus ya enormes beneficios.

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