(PD).- Hay una relación proporcional entre la estupidez humana y el dolor físico que ésta puede causar: a mayor sea la primera, más intenso será el segundo.
¿Hacen falta muchas luces para suponer que si uno se dedica a dar vueltas a un pequeño tiovivo revolucionado por las ruedas de una moto tiene bastantes posibilidades de acabar con un hueso roto?
No, no hace falta ser muy inteligente… aunque los protagonistas de este vídeo no lo saben.