El Robert Capa ruso era un artista del Photoshop


(PD).- La manipulación de la célebre fotografía de un soldado soviético izando la bandera con la hoz y el martillo sobre el Reichstag berlinés, en 1945, quedará al descubierto como exponente de un prehistórico «photoshop» de la propaganda de Moscú.

Una retrospectiva del prestigioso museo berlinés Martin Gropius Bau documenta el artificio que el fotógrafo Yevgueni Chaldej realizó sobre un momento histórico que, según los expertos, tal vez nunca existió como tal.

La muestra se inaugurará el próximo jueves, pero el semanario Der Spiegel avanza un par de imágenes trucadas detectadas por los expertos.

Borrar detalles «molestos»

Primero, Chaldej retocó la imagen del presunto y valeroso soldado del Ejército Rojo, ya que aparecía con dos relojes en la muñeca, lo que apuntaba al pillaje en plena caída del Tercer Reich.

El fotógrafo rascó en el negativo, explica el comisario de la exposición, Ernst Volland, autor de un libro sobra la caída de Berlín y la toma del Reichstag, el 2 de mayo de 1945.

No satisfecho con esa mejora, Chaldej se centró en otra más compleja: sustituyó, con un montaje sobre otro negativo, la bandera que aparecía mortecina por otra con la hoz y el martillo al viento.

¿Cuántas fotos manipuló Chaldej?

Chaldej, fallecido en 1997, quitó hierro a sus manipulaciones con el argumento de que, de todos modos, fue una hazaña histórica. Los historiadores discrepan sobre cuántas versiones, entre imágenes reales o trucadas, llegó a hacer el fotógrafo.

Se ha hablado de un centenar, así como que la imagen fue claramente «escenificada», que los soldados no lo eran y que ni siquiera se tomó durante la caída del Reichstag, sino algo después.

El ojo soviético de la II Guerra Mundial

Yevgueny Jaldei, nacido en Ucrania el 10 de marzo de 1917 y falleció el 6 de octubre de 1997 a la edad de edad de 80 años, fue el autor de una de las fotos más célebres e intensas de la II Guerra Mundial: dos soldados del Ejército Rojo enarbolando la bandera soviética el 2 de mayo de 1945 en la cornisa de un Reichstag en ruinas. Para muchos la imagen resumió la derrota definitiva del nazismo.

Jaldei nació en Ucrania, donde siendo aún niño escapó de los pogromos antisemitas en los que murió su madre. Comenzó a hacer fotos cuando era adolescente y pronto desarrolló un estilo característico, personal y a la vez de gran contenido histórico.

En un estudio de 1934, en el que aparece un obrero soviético contra un fondo de chimeneas que vomitan columnas de humo, en la región industrial ucraniana de Donbass, une realismo soviético con un toque personal todavía palpable hoy.

Esta imagen y sus famosas instantáneas de la guerra y del proceso de Nuremberg, en 1946, cuando retrató a Hermann Goering sentado debajo de la vistosa talla de Adán y Eva colocada sobre una de las entradas del tribunal, las tenía siempre a mano en una enorme carpeta de cartón para mostrarlas a los visitantes que llegaban a su piso de Moscú para comprarle copias de sus históricas fotos.

Jaldei realizó su mejor obra durante los dos años que permaneció junto al Ejército Rojo en su avance desde Murmansk hasta Berlín. Más tarde comenzó a trabajar para la agencia soviética Tass y para el periódico del Partido Comunista, Pravda.

En calidad de fotógrafo oficial de Stalin, le encargaron captar imágenes de gran contenido propagandístico del desfile de la victoria en la Plaza Roja de Moscú, en 1945, donde centenares de estandartes capturados a los nazis fueron lanzados a los pies del líder soviético.

Jaldei nunca obtuvo el éxito económico del que disfrutaron otros famosos fotógrafos de guerra norteamericanos o británicos. Pero en los últimos tres años, con el 50 aniversario de la victoria aliada y del proceso de Nuremberg, surgió un nuevo interés por su obra, y con él la oportunidad de complementar su pequeña pensión con la venta de sus fotos.

Durante mucho tiempo circularon varias historias sobre la realización de la famosa foto del Reichstag, hasta que el verano del año pasado, Jaldei aclaró que él mismo había confeccionado la bandera soviética con un par de mantas del Ejército Rojo. «Más tarde, el brigada me ordenó que descosiera las mantas y se las devolviera», dijo, añadiendo con una sonrisa torcida, que el censor del Ejército Rojo, al notar que uno de los soldados llevaba dos relojes, lo que sugería que las tropas se habían dado al saqueo, retocó la foto.

Las fotos de guerra de Jaldei, incluida la de Stalin en la conferencia de Potsdam y otras menos conocidas, como las de las ejecuciones en la horca de los nazis declarados culpables en el proceso de Nuremberg en octubre de 1946, fueron tomadas con su cámara predilecta, una Leica adquirida por poco dinero en una tienda de segunda mano.

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