El País cambia para no morir

El País cambia para no morir


(PD/Agencias).- Comienzan con el sombrío diagnóstico de Bill Keller, director de The New York Times: “Si no entendemos lo que está pasando ahí fuera, moriremos». Cuando Keller dice «ahí fuera» se refiere a la revolución de las comunicaciones. Y cuando pronostica que «moriremos» está hablando de la prensa escrita. Hay que reconocerle cierto coraje a El País, que es probablemente uno de los mejores diarios del mundo y que sigue siendo el líder de la prensa escrita en español.

El diario del Grupo PRISA no cita entre las amenazas que se ciernen a su alrededor el crecimiento de rotativos como El Mundo o la aparición de supuestos competidores como Público, el periódico de los «basketball people» de Zapatero.

A propósito de Público, que despertó temores en el Grupo PRISA y que se perfilaba como un competidor directo de El País entre los lectores de «izquierdas», su salida ha tranquilizado a Juan Luis Cebrián y a los sucesores de Polanco.

El comentario que se atribuye a Cebrián, cuando tuvo el primer ejemplar de Público en sus manos, es elocuente:

«Nada de que preocuparse con estos… ni siquiera corren en nuestra misma pista».

«Enumera y sin rubor: la extensión de Internet, la prensa gratuita y local, las modificaciones en los hábitos de consumo de información…

Y concluye que los diarios cambian porque todo a su alrededor cambia, se reinventan para seguir siendo relevantes.

El periodismo munial ha entrado en una etapa nueva y El País, que revolucionó el panorama de la prensa española cuando nació, hace más de 31 años, parece haber optado por cioger el toro por los cuernos y relanzarse renovando casi todo.

Afirma su joven director, Javier Moreno, en un artículo titulado «De cómo y para qué se ejerce el periodismo» que cambian por responsabilidad:

«No estamos hablando de que las fotos sean más grandes o más pequeñas; no estamos toqueteando unos detalles en los márgenes para ver si las páginas quedan un poco más modernas; no pretendemos más vistosidad como puro efecto pirotécnico».

El cambio será visible el próximo fin de semana y no aclara todo Moreno, porque un par de páginas de que aparezca la cita de Keller, quien insiste en que la prensa escrita tiene que cambiar o morirá, afirma que no creer que el periodismo esté en crisis: «Si nos hubiéramos de preocupar por el futuro de los periódicos, mejor haríamos en hacerlo por el futuro de la democracia misma».

En cualquier caso, Moreno deja patente que El País seguirá apoyando las opciones políticas que ha sostenido desde su nacimiento. En ese sentido y aunque a Zapatero le espera algún disgusto, por la frivolidad con que La Moncloa está apoyando a La Sexta en la «II Guerra del Fútbol» y por el flirteo con los «juveniles» de Público, el diraio de PRISA continuará -coordinado con la Cadena SER- respaldando a fondo al PSOE.

Escribe Moreno:

«Tenemos una idea muy clara de qué país queremos, porque ser independientes no implica cargar con la losa de la indiferencia o la equidistancia: aspiramos a una sociedad abierta, liberal, moderadamente progresista, lo que muchas veces ha venido a identificarse con las posiciones del centro izquierda de este país, aunque a propósito de sonadas trifulcas con Gobiernos socialistas los más tontos o los más interesados hayan realizado muchos aspavientos de incredulidad que, de ser sinceros, tan sólo muestran un grado supino de desconocimiento de cómo se ejerce el poder, de cómo se ejerce el periodismo independiente, y de cómo se relacionan ambas cosas entre sí. Y así pretendemos seguir, igual de beligerantes, de independientes y de incómodos para todos los poderes como, con el apoyo de nuestros accionistas, ejecutivos y redactores, hemos venido siendo desde 1976. Ni más, ni menos».

ALGUNAS CLAVES DEL CAMBIO QUE ANUNCIA EL PAÍS

Explican este domingo, en las páginas del propio periódico, que la decisión germinó a principios de este año. En febrero pasado y apoyándose en una macroencuesta hecha en el otoño de 2006, se creó «el comité para el cambio».

Uno de los detalles que más llama la atención es que se percibía, desde la redacción, que muchos lectores consideran aburrido y parcial al periódico. Ahí el cambio es muy complicado, porque deberá luchar contra la inercia y no está claro que El País, acostumbrado a navegar a velocidasd e crucero y con el apoyo del poder, sea capaz de ejercerlo.

El otro cambio, el estético, es más sencillo y para ejecutarlo se contrató a los británicos Terry Watson y Ally Palmer, un equipo puntero en diseño de prensa.

Las decisiones son lógicas y simples. El texto seguirá siendo central, pero habrá mucho más espacio para la información visual, gráfica e infográfica. También cambiará el órden interno del periódico, agrupando en la primera parte la información internacional, nacional y económica, dejando muchas páginas a lo que Moreno describe como «las realidades más cercanas al lector»: vida, enfermedades, ciencia, medio ambiente, gastronomía, ocio, diversión, cultura, entretenimiento y espectáculo.

Todo bastante lógico y muy obvio, a la luz de lo que están haciendo totativos como The New York Times o vista la tremenda presión que, sobre la prensa de pago, hacen los diarios gratuitos y ejerce Internet.

LA PORTADA

El País estrenará acento y adaptará su lema, incorporará nuevos elementos gráficos y más opinión.


INTERNACIONAL, NACIONAL, ECONOMÍA

La información internacional seguirá abriendo el diario, como ocurre desde 1976. Después vendrá una de las novedades del rediseño: las páginas de España. Inmediatamente detrás,la sección de Economía, ahora situada después de Deportes.

OPINIÓN

Es una de las grandes apuestas, con nuevos ilustradores y viñetistas.


SOCIEDAD, CULTURA, DEPORTES

Tras la Opinión, se agrupan los contenidos de Sociedad, Cultura y Deportes, con una doble página inicial que servirá de transición. La idea central -aquí- es estimular la participación de los lectores, muy al estilo de lo que es el «Yo Periodista» que ahoira llevan en la versión online.

LOCAL

Las páginas de información local -urbana o regional-, que ahora se sitúan después de la información de España, vuelven a agruparse en forma de cuadernos centrales del diario.

ÚLTIMA

Ahí los cambios son sólo cosméticos. Se mantiene la fórmula del columnista y la entrevista.

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